Me invitaron a escribir unas líneas sobre la desnaturalización de la garantía financiera que ojalá corrijan. Sugerí lo que espero hacer a continuación. Citaré a Nicholas Nassim Taleb sobre ética y el principio de precaución en una pandemia. Y a John Rawls sobre equidad. Les sugiero que lean este trabajo de Taleb, escuchen este diálogo suyo con un médico con el que trabaja y lean a Rawls.
El Gobierno hizo bien en aislarnos. No existe el falso dilema entre el aislamiento social y la economía. Sin aislamiento social todos hubiéramos estado mucho peor de lo que estaremos. El Estado es precario. Somos la quinta economía más informal del mundo. La inversión en salud es simplemente muy baja y de una calidad muy pobre. Lo lógico es mejorar la calidad de la salud, no solo pedir más recursos para dispendiarlos. Como es obvio, no hay prevención de pandemias, ni de fríaje, ni de huaicos, ni de terremotos, ni de cambio climático, ni casi nada. Dos de cinco niños siguen con anemia sin futuro pese a los avances recientes. Y así.
Idealmente, esta crisis debió servir para llegar a los peruanos más vulnerables. En algo servirá, pero no como aún puede servir. Uno de diez peruanos del nivel socioeconómico E y uno de tres del D tienen refrigerador. Son 32% y 27% de la población, respectivamente. Tres de cuatro peruanos son informales. La inmensa mayoría tiene que trabajar para comer. No basta con que el Presidente y el ministro hablen en la televisión o que soldados, policías y reservistas nos pidan nuestros documentos o los metan presos. Hacen mejor quienes pintan círculos cada dos metros en el piso. La app que (no) usamos es un juguete. PCM dejó pasar dos mucho mejores, me consta. Ayudan a alentar cuando sales del aislamiento o hasta en tu casa, a ordenar la distribución de subsidios o las compras, por ejemplo.
Algunas madres gestantes, niñas y abuelas son las más vulnerables usualmente. En esta pandemia son nuestras abuelas y quienes las cuidan. El bono de 380 soles es seis veces Juntos y cuatro Pensión 65. Llega a más del doble de los pobres o casi, si usamos la pobreza multidimensional Ayuda mucho. Fue una de las medidas en que el equipo económico rompió el molde. Muy bien.
¿Y qué de las nativas, de las campesinas y las abuelitas de los asentamientos humanos? ¿Qué medidas hay para las dos primeras? Rawls, Amartya Sen y los socialcristianos, para citar tres visiones progresistas de equidad, hubieran empezado por ahí. ¿Y los venezolanos? El virus no distingue dónde naciste. No hay dilema, de nuevo. Sea por razones humanitarias o egoísmo puro, no debimos dejar a 1.3 millones hermanos fuera. ¿Y los penales? ¿Cómo es posible que el ministro de Justicia haya sacado el cuerpo cuando el timer de la bomba ya se inició?
Probar quién tiene el virus es la mejor política económica. Varios le propusieron al gobierno que compre con convenios de gobierno a gobierno (G2G). No lo hizo. Trabaron las compras privadas. Trabaron la impresión 3D de ventiladores en universidades privadas. Recién llegan las pruebas y los robots que impidan que más laboratoristas se enfermen. La idea es hacer diariamente las diez mil que teníamos cuando se inició esta crisis. Era imposible sin pruebas y robots.
Se debió convocar a científicos. No hay ni decenas de científicos de verdad, de los que investigan, publican en publicaciones líderes indexadas y trabajen con sus pares en todo el mundo. Los necesitamos para innovar con las pruebas y producirlas acá. Los necesitamos para ayudar a pensar. Los médicos no son científicos. Taleb lo explica en el video.
Los médicos no son iguales. Gotuzzo no es igual a Maguiña, un actor politiquero. Ambos están en un Consejo. Hay dos. Matuk no es Yamada, Ñopo o Jaramillo. Y no tiene al CIUP o GRADE atrás. Se supone que viene un tercero con científicos. ¿Para qué quiere tres Consejos un gobierno que elige bien o mal en la misma pandemia?
Los médicos tampoco son especialistas en políticas públicas de salud, como los profesores no lo son de políticas educativas, ni los economistas sabemos (ciertamente todo o a veces nada) del arte de la economía, de la dismal science. Para comprar pruebas hay que saber comprar en el Estado precario. Para que centros de salud públicos y privados puedan atender a peruanos sin seguro o asegurados en el SIS, EPS o ESSALUD no hay que ser viróloga. Hay que ser gerenta con experiencia pública. Están ayudando 24 x 7. Déjenlas que gerencien. A los médicos que curen. A los científicos que innoven y elijan lo que conocen mejor que nadie. Habrá cooperación. No la hay si algunos han rodeado el poder y marginan a los que les agradecen su dedicación, pero discrepan.
Se distribuyen subsidios, se usa el ahorro y se ha creado una garantía financiera. Los tres grupos de medidas suman 12% del PBI. Esto no tiene precedentes en nuestra historia y es muy raro en el mundo. Estamos en el club de Dinamarca, Alemania o Estados Unidos en el uso del ahorro. Para eso se ahorra, para esto sirve ser prudentes.
Sin embargo, la garantía financiera a las micro empresas se desnaturalizó. La garantía al 100%- que proponía el BCR- buscaba llegar rápido a unas 361 mil micro empresas vulnerables que generan mucho empleo. La garantía financiera al 98% es radicalmente distinta. Obliga a evaluar, sobre todo a las microfinancieras. Y además se redujo el monto del préstamo a un mes y se pusieron algunos candados. Ojalá digan que se renovará al 100% de garantía para las microempresas mientras estemos aislados. BCR y SBS son instituciones autónomas con servicio civil. Tienen más de dos décadas de experiencia lidiando con crisis financieras en todo el mundo. El MEF no. Está en su ADN decir que no y poner candados. Aplicaron los dos principios que cité con el bono, pero no acá. Ojalá lo corrijan.
Probar quién tiene el virus es la mejor política económica. Varios le propusieron al gobierno que compre con convenios de gobierno a gobierno (G2G). No lo hizo. Trabaron las compras privadas. Trabaron la impresión 3D de ventiladores en universidades privadas. Recién llegan las pruebas y los robots que impidan que más laboratoristas se enfermen. La idea es hacer diariamente las diez mil que teníamos cuando se inició esta crisis. Era imposible sin pruebas y robots.
El Estado precario, políticamente excluyente, que genera privilegios en serie es nuestro mayor lastre. Los mercas también son una plaga. Y la ilegalidad, que está representada en política. Urresti, Luna y Antauro son ejemplos de lo segundo. Keiko, Joaquín, Ana, Pier, Alan, Jorge, Javier Maurice y Elías son los ejemplos que nos costaron tres años de crisis política previas a la pandemia. Ya perdimos tres años. Perderemos otro a un costo terrible que se pudo evitar y aún puede reducirse si se dejan ayudar por los mejores, no colegas supuestamente ilustrados en lo que no lo están ni con experiencia en todo lo que se requiere.
Estos lastres históricos no se resuelven en medio de una pandemia. Pero sí se puede decidir bien, casi siempre. O corregir lo que se decidió mal. Basta con un puñado de personas para que esto ocurra. Es inmoral que no sea así.
Médicos, enfermeras, personal de salud, científicos y laboratoristas del INS, Unilab y otros laboratorios privados, dirigentas de asentamientos humanos que distribuyen donaciones, policías, soldados, reservistas y muchos que nos cuidamos y cuidamos a otros somos más, más solidarios y más fuertes. Desde los héroes de la lista previa hasta todos nosotros, volveremos a salir adelante. Sobrevivimos a la oligarquía ignorante, prepotente, injusta y vendepatria; Velasco; la hiperinflación; la vesania terrorista y la guerra sucia; la cleptocracia; la venganza de Keiko y la inmoral tetudez corporativa.
La volveremos a hacer. No sé si seamos más país después de esta tragedia. Aún es tiempo.
Crédito: Agencia Andina.pe
Revista Ideele N° 291 Mayo 2020
Deja el primer comentario sobre "Buenas y malas decisiones (bien intencionadas) en tiempo de pandemia"