La hora de los grandes cambios en Educación

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Hace unos días el presidente Vizcarra anunció que se comprarán 840 tablets con Internet móvil para estudiantes de las zonas rurales y de los quintiles 1 y 2 de pobreza ubicados en las zonas urbano marginales, más 97 mil tablets para docentes. Enhorabuena. Hace siete años proponíamos que en lugar de dotar de libros se dote de tablets a los estudiantes como ya se venía haciendo en Corea del Sur. Si se hubiera hecho entonces, cuánto habríamos avanzado hasta hoy.

Mientras haya educación privada de élite no habrá equidad educativa

El presidente Vizcarra aspira, con la dotación de tablets, acortar la brecha digital que separa a los estudiantes más desfavorecidos de nuestro país. Es un buen gesto del presidente y su equipo de Gobierno, pero insuficiente e ineficaz para cerrar la brecha de desigualdad en nuestro país. El apartheid educativo y la brecha entre pobres y ricos en el Perú y otros países no se cierra con más tecnología en las manos de los estudiantes. Implica cambios profundos en la cultura nacional y en las políticas educativas y sociales.

Mientras tengamos escuelas privadas de alta calidad a las que sólo pueden acceder el 2% de la población más rica del Perú[1] junto con escuelas del sector público y privado que funcionan con muy pocos presupuestos y que, en consecuencia, sólo pueden acceder a muy pocos recursos tecnológicos y capacitación permanente de sus profesores, será imposible cerrar las brechas de inequidad en educación y, por tanto, las brechas en la economía. ¿Por qué? Porque mientras el 2% recibe una educación con mejores condiciones, orientada a forjarlos como los líderes que manejarán el país desde la economía y la política, al resto solo se le concederá una educación para ocupar los puestos de empleados y subordinados de ese 2% privilegiado.

Por cierto, para que el sistema funcione y se eliminen los reclamos y exigencias de una Educación de Calidad para Todos, sin exclusiones, se necesitan excusas potentes y responsables directos. Nada mejor que culpar a los pobres de su pobreza creando las justificaciones necesarias e incuestionables para ello. Las becas y los COAR (Colegios de Alto Rendimiento Académico) son los mejores antídotos para ahogar los reclamos por la inequidad educativa, que más luego se traduce en más inequidad económica y social. El mensaje es: puedes triunfar si eres pobre, pues si te esfuerzas, estudias y eres talentoso puedes acceder a una beca o a un COAR en tu región y recibir una educación privilegiada parecida a la que recibe el 2% privilegiado y escapar de la pobreza. Si no lo haces es por tu propia responsabilidad, flojera y falta de esfuerzo. Entonces, hay una gran competencia por salir del montón a través de este ticket hacia la prosperidad que ofrece el Gobierno, convirtiendo en una verdad incuestionable el hecho de que todos pueden acceder a una buena educación, y a una mejor calidad de vida, si son competentes y competitivos. La excusa perfecta para no operar las grandes transformaciones que se requieren con vistas a una educación pública de calidad para todos, y, más adelante una sociedad justa y sostenible.

Transformación educativa

Los pequeños cambios y los pequeños ajustes no resuelven las grandes crisis, las postergan, incrementando la desigualdad y embalsando el reclamo social. Lo justo es operar una transformación auténtica de la educación peruana y, con ella, de la educación privada, porque profundiza la segregación, el racismo y el apartheid educativo, ensanchando la brecha económica y social entre una clase privilegiada, amurallada en su bunker de riqueza, frente a la gran masa de peruanos que sobrevive y vive a su servicio al otro lado de esos muros.

La educación tiene la delicada misión de transformar a las personas que transformarán la sociedad y el mundo. Para hacerlo así, desde un enfoque de Desarrollo Sostenible y Humano, se debe proveer a todos los peruanos de las mismas oportunidades y medios para su educación. Es obvio que la educación actual no aspira a ello, pues no todos reciben una educación que los habilite para ser ciudadanos con los mismos derechos y las mismas oportunidades de desarrollo. En días recientes el representante de una asociación de colegios privados afirmó que solo el 20% de sus afiliados estaba en condiciones de pasar a la educación virtual cuando se declaró la cuarentena en el Perú. GRADE, en una investigación de pocos años atrás, reveló que la mayoría de escuelas privadas en Perú son de subsistencia, con menos de 200 estudiantes y con pensiones que apenas dan para sufragar los costos salariales y operativos. De hecho, muchas de estas escuelas ya quebraron y sus estudiantes hacen cola para pasar a la educación pública porque sus padres ya no pueden financiar las pensiones a causa de la pérdida de sus trabajos.

El tiempo es propicio para poner los cimientos de una nueva y mejor sociedad reconciliada entre sí y con su medio natural, enfocada en el Desarrollo Sostenible. Uno de sus instrumentos ha de ser la educación, una educación que contribuya efectiva, democrática y solidariamente a ese propósito.

En esa ruta hay pequeños y grandes pasos que dar y que propongo a continuación en esta primera entrega.

  1. Inclusión con equidad.

Hace bien el Gobierno de Vizcarra en dotar de mejores tecnologías a los educandos más pobres del Perú. Haría más bien si facilita la progresiva, ordenada y fácil incorporación de los niños y adolescentes que se han quedado sin educación privada y requieren, con urgencia, retornar al sector público. Tiene que hacerlo derrumbando trabas burocráticas y facilitando un rol proactivo desde las DRE/GRE y las UGEL a fin de que se pongan al servicio de los traslados respectivos, ubicando a los desplazados en las nuevas aulas virtuales que los acogerán temporalmente o en aulas con pocos estudiantes. Es un hecho que la escuela con asistencia presencial no tendrá continuidad este año, sobre todo en el ámbito urbano, porque atentaría contra la salud pública y la vida. No sin razón algunas madres han expresado que “prefiero que mis hijos pierdan el año escolar a que pierdan la vida o nos la hagan perder”. Esa es la dimensión del problema. Las soluciones también tienen que ser de gran magnitud.

Deben crearse nuevas aulas virtuales para los acogidos y conectarlos a la brevedad posible con medios alternativos de educación con apoyo de Internet, radio y televisión. Se puede hacer contratando, a tiempo completo o parcial, a los docentes que quedaron desempleados o a quienes tienen en lista de espera. También se puede poner en marcha programas de prácticas pre profesionales por Internet con estudiantes de educación desde el 7mo ciclo de formación. El objetivo es: incluir a los estudiantes que dejaron la escuela privada por falta de recursos.

En esa misma línea, tienen que generarse respuestas, también desde las UGEL/DRE/GRE, para los niños y adolescentes desplazados físicamente en las tres primeras grandes movilizaciones hacia las regiones del Centro, Oriente y Sur. La pobreza, que expulsó a muchas de estas familias de sus lugares de origen, los vuelve a expulsar ahora de la gran ciudad. De seguro continuarán estas oleadas también en el interior del país, suele ocurrir en todo el mundo en respuesta a las grandes conmociones naturales, económicas y/o sociales. Por principios de equidad, de derecho y de búsqueda del bien común, el Estado está obligado a facilitarles condiciones básicas de protección de su vida, su salud, su transporte y su educación. Los desplazados por el coronavirus en nuestro país merecen atención inmediata, suficiente y gratuita.

2. Respetar la diversidad dando autonomía

Este será un año en el que las clases presenciales no se restablecerán con normalidad en todo el país. El reto principal del Gobierno en este aspecto es, luego de un diagnóstico lo más certero posible, tomar decisiones y emitir normas pertinentes y viables para asegurar una educación que facilite procesos de aprendizaje, enseñanza y realimentación pertinentes, desde los enfoques de derechos, equidad y bien común propuestos por el Currículo Nacional. Deben ser normas que, siendo de carácter nacional, dejen suficiente espacio para la autonomía local y regional que permitan implementar acciones de acuerdo a sus respectivos contextos. Perú es un país muy diverso, con grandes diferencias en cada región.

Los especialistas en educación de cada región conocen mejor que el Gobierno los procesos y alternativas educativas que se deben implementar en sus ámbitos de acción, sea bajo las modalidades presencial, virtual, semipresencial, u otras. Además, hay valiosas y diversas experiencias, útiles para este contexto, que se han aplicado en distintas regiones, como por ejemplo la educación en alternancia, la EBA (en base de ciclos y que combinan las modalidades presencial y semipresencial, clases fines de semana), la tutoría en ámbitos rurales, etc.

Sin duda surgirán innovadoras alternativas para dotar a los peruanos de una educación pertinente y desde un enfoque de desarrollo territorial real, aprovechando los recursos y potencialidades de la familia, la cultura y la ecología local y regional.

3. Acortar el desplazamiento de docentes y estudiantes

El transporte público y privado en base a petróleo, en todas sus modalidades, ha sido ralentizado abruptamente, lo que traído -como efecto secundario- un beneficio para la naturaleza, expresado en el retorno de los animales silvestres a los hábitat que les fueron expropiados por la raza humana, así como la limpieza de los mares y los ríos, incluido el Río Rímac que ahora es transparente y hermoso. El reto es conservar lo más posible esta ganancia para la ecología, la vida y la educación.

El retorno a otra normalidad debe ser progresivo y ordenado, ocasión especial para planificar y generar condiciones para una normalidad amigable con el medio ambiente y entre los seres humanos.

En educación se tienen que implementar acciones para evitar los largos desplazamientos, de docentes y estudiantes, en las ciudades, que contribuyen a generar el caos vehicular y la contaminación ambiental, así como la propagación de enfermedades. Miles de estudiantes de la periferia se desplazan a diario al centro de la ciudad para recibir una educación que consideran sus padres es de mejor calidad. Miles de educadores atraviesan la ciudad para llegar a sus centros laborales cada día. En los ámbitos rural y de frontera la problemática es, a veces, más dura por la lejanía y el aislamiento familiar que provocan. Esto tiene que cambiar.

Es ocasión para abrir un período excepcional de traslados de estudiantes y reasignaciones o permutas de docentes para ubicarlos en centros cercanos a sus viviendas fortaleciendo la calidad educativa. En las zonas alejadas es preciso construir viviendas decentes para docentes que tienen que vivir allí para trabajar. Se tiene que facilitar horarios flexibles y de tipo Escuelas en Alternancia (2 semanas de trabajo intensivo por 2 semanas de trabajo a distancia), con remuneraciones especiales significativas, que sean atractivas. Se podría dar nombramiento automático a docentes que por dos años se desempeñan en tales ámbitos de trabajo.

Otra estrategia para facilitar el desplazamiento de docentes y estudiantes con bajo impacto ambiental es promover, facilitar y generalizar el uso intensivo de bicicletas para el traslado a la escuela. La negligencia de gobiernos anteriores permitió que miles de bicicletas donadas por el Gobierno chino para estudiantes de zonas alejadas se quemaran en una de las bodegas del Ministerio de Educación ubicada en la Av. Venezuela hace algunos años atrás. No puede volver a ocurrir que por negligencia o corrupción se impida la mejora de la educación.

El alcalde de Lima ha anunciado que se viene planeando el uso de bicicletas en la gran ciudad. Enhorabuena. Se tiene que hacer en todo el país, facilitando la producción nacional de bicicletas con insumos locales y dando oportunidad al trabajador local. Existen valiosas experiencias de producción de bicicletas ecológicas. Años atrás estudiantes universitarios peruanos presentaron en una feria de innovación tecnológica bicicletas desarmables elaboradas con madera. Esta es una oportunidad para dar ese gran salto en la innovación tecnológica y la producción Made in Perú. Se debe impulsar el lanzamiento de nuevos emprendimientos como la producción de bicicletas eléctricas o alimentadas con energía solar. Hay CETPRO en el Perú que producen termas de agua con energía solar. Años atrás un CETPRO, ubicado en Huachipa, Lima, que educa técnicos para la minería de avanzada instaló un panel solar sobre un auto Volkswagen y lo hizo funcionar ¿Por qué no aprovechar nuestro talento y potencial para diversificar y mejorar la producción nacional al servicio del Perú?

Conclusiones

Todo cambio significativo con alcance nacional requiere de normas que le den respaldo y la hagan viables financieramente. Las propuestas reseñadas y otras más que son necesarias para mutar hacia un país sostenible y con justicia y equidad requieren ese respaldo. Sin embargo, hay que precisar que los grandes cambios tienen su origen en las demandas sociales de la población, que los hace suyos y los comienza a implementar con sus posibilidades, para luego requerir su generalización. Los grandes cambios no son dádivas del poder sino conquista de sus pueblos.

Los recursos para financiar los grandes cambios existen. El Papa Francisco ha hecho un llamado a los más ricos del planeta a compartir lo acumulado gracias al trabajo de quienes ahora están amenazados por la pobreza y la falta de empleo. Hay quienes vienen planteando un impuesto a la riqueza para financiar los programas necesarios de asistencia y desarrollo en esta hora crucial. América Latina es la región más desigual del mundo y Perú no es la excepción pues cuenta con más de 10 multimillonarios según la revista Forbes[2] en su ranking de los hombres más ricos del planeta.

Es hora de grandes cambios. Hay que decir en voz alta al Gobierno que si no adopta decisiones y pone en marcha estrategias para aplanar la curva de la desigualdad educativa, no lograremos aplanar la curva de la brecha económica en el Perú. El martillo para lograrlo tiene su fuerza en la decisión de hacer de la educación pública una educación de calidad para todos los peruanos. Esta es una solución que compete no sólo el Gobierno. Lo debe hacer  pero  en diálogo y compromiso con las organizaciones políticas, económicas, sindicales, sociales y la comunidad nacional. En especial, en diálogo con los miembros del Acuerdo Nacional, en la que están representadas diversas organizaciones que pueden lograr concertaciones para el corto, mediano y largo plazo. Tienen que estar a la altura de las circunstancias. Son el medio para salir de esta crisis con una visión de futuro deseable y alcanzable para bien de todos los peruanos.


[1] Ver Los colegios privados más caros de Lima. En Revista “San Jerónimo” N° 169: 17s, de marzo de 2020.

[2] Recuperado de https://gestion.pe/tendencias/conozca-10-multimillonarios-peru-33054-noticia/

Sobre el autor o autora

Wilfredo Rimari Arias
Magister en gestión de la educación, PUCP. Docente de posgrado de la UNIFÉ, Asesor en Educación de la Asociación Cultural "San Jerónimo". Especialista en Proyectos de Innovación en Educación, consultor del MINEDU y otras instituciones.

2 Comentarios sobre "La hora de los grandes cambios en Educación"

  1. Humberto Luis Allca León | 23 mayo 2020 en 08:59 | Responder

    Articulo importante donde hace mencion del apartheid educativo, en nuestra patria, educación privada, pública y dentro de ella la desigualdad COAR, EDUCACIÓN BÁSICA, y otros.
    Cambios profundos y estrategicos en nuestra realidad peruana.

  2. Alfredo Rodriguez Torres | 25 mayo 2020 en 19:23 | Responder

    Los cambios solo serán posibles cuando a la reflexión se le agregue la acción. Es imposible tener una educación republicana en una proto república

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