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Revista Ideele N°294. Octubre 2020Octubre 2015: Keiko Fujimori tiene 35% de intención de voto. Viene sólida, creciendo durante el año. Los analistas hablan mucho del 25% de voto histórico del fujimorismo y de su masomenos quince por ciento de voto “duro”. PPK tiene 14% y se mantiene en ese número todo el año. García y su diezmo, Acuña por ahí, la Vero con K ni aparece. A seis meses de las elecciones generales en las que por cortísimo margen y gracias a la izquierda y a que llovió en Florida, PPK terminó siendo presidente del Perú, brevemente. Por lo menos lo que respondieron 1808 peruanos a IPSOS en la quincena de octubre 2015.[1]
Los titulares y los comentarios sólo hablaron de eso que finalmente es lo que importa de las encuestas, a doce, seis, tres, un mes de las elecciones: la posición de los candidatos. Más ná. Pero, alerta de spoiler: eso es exactamente lo que jamás debemos ver hasta dos meses antes de los comicios, cuando la campaña madura realmente. Claro que eso da flojera a los amigos periodistas, eso de andar explicando otras cosas. Mejor digo quién va ganando y ya tá, todos felices, aunque no sirva de nada.

Aun así, tampoco hay que dejar de mirar el panorama. Hicimos un recuento de las últimas 4 campañas (dos presidenciales nacionales y dos municipales en Lima) para ver cómo iban las encuestas seis meses antes. Medimos del puesto 1 al 5 en cada uno de esos eventos y los comparamos con los resultados finales. El cuadro que obtuvimos es el que se presenta. Tampoco hay enorme controversia. Solo en las municipales 2018 Muñoz no aparecía entre los 5 primeros. Pero en el resto de casos, los principales candidatos ya están delineados[2] seis meses antes:
Entonces, ¿mejor que no haya encuestas? Varios aplaudirían, pero no, no es la intención de este artículo hablar de “la mermelada de las enkuestadoras bendidas que arreglan sus núMeros por fajos de dólare$$$“. Yo trabajo haciendo encuestas, he colaborado con las encuestas de opinión pública en Apoyo (hoy Ipsos) y GfK y no me consta que se falseen los resultados. Por lo tanto, lo que voy a tratar de hacer es tratar de poner en frío qué es lo relevante cuando veamos los resultados de una encuesta por estas épocas prelectorales.
Si el ejercicio de la política electoral debería ser como un Mundial FIFA: las mejores selecciones, fair play y VAR que funciona; esta campaña será más parecida al Mundialito de El Porvenir, con el perdón de El Porvenir. No porque Forzay haya sido alcalde de La Victoria, sino porque la más baja será a la yugular. El que no se quiera mojar, mejor que no participe.
Sirven y bastante para entender el punto de partida y los elementos sobre los cuales trabajar las distintas candidaturas, desde el lado de los políticos. Desde los analistas, para entender mejor el panorama y poder generar ideas fuerza sobre cómo viene la campaña. Ligar los datos con la teoría (o con el sentido común valgan verdades). En este segundo punto, hay lecciones de la elección congresal 2020 que aún me resuenan, por la falta de sustento de lo que aún se dice sobre ellas. Al ser el último “mapa electoral” y reciente, algunos detalles que todavía no quedaron suficientemente claros:
- Las 5 fuerzas políticas con mayor votación apenas representaron el 42% del voto válido (esto es, excluyendo blancos y viciados). Si lo prefieren, solo el 34% del total de votos emitidos. Es decir, de cada 10 personas que votaron, solo 3 marcó en su cédula el símbolo de alguno de los 5 primeros. Precaria representatividad, ¿no?
- Pero ese tercio de votantes se convierte en 63% de representantes gracias a la cifra repartidora. Las 5 agrupaciones con más votantes -un tercio- colocaron 82 congresistas -dos tercios-.
- AP no llegó ni al 11% de votos válidos. Hay sólo 4% de diferencia entre AP y Somos Perú (la agrupación con representantes con menor votación).
- La “sorpresa” de la votación, el FREPAP, representa 8% de votos válidos. Fueron conocidos como la manifestación del Perú profundo. Pero su voto es Lima, especialmente Lima Provincias. Algo en la selva y casi nada más. Fue gran beneficiado con las dispersión de los votos y con la promesa de un congreso “moral”. Pero las encuestas previas ya le daban más o menos 5% en válidos. El problema fue la magnificación por la cifra repartidora, más que “las encuestas no lo vieron”.
Y podríamos escribir mucho más sobre lo que pasó. Pero mejor sobre lo que pasará. Sin hacer un ejercicio de clarividencia, las últimas encuestas de intención de voto presidencial o la expresión actual de las preferencias -sin campaña aún- lo único que nos dice es qué hay detrás de esas preferencias.
Porque sabemos que en el Perú el voto se decide la última semana, incluso se llega a cambiar la preferencia. Por dos razones, o queremos tener un voto útil y no desperdiciarlo en “principios” sino desperdiciarlo en realidades; o más bien porque en la última semana es cuando nos toamos en serio todo esto.
Pero no seamos negativos, vamos a ver este punto de partida.
Te conozco bacalao…
Aunque suene repetitivo, el principal trabajo que hay que hacer en estas semanas no es ver cuánto puntaje saca un candidato. Hay cosas más importantes por ahora. Por ejemplo, ¿qué tan conocido o conocida es? Vale la pena ver la última encuesta de DATUM[3] y notar eso. Sólo 4 posibles candidatos tienen desconocimiento menor a 20%: Keiko, Yorch, Acuña y Urresti. Estos 4 no necesitan que los presenten, es más fácil para ellos hablar directamente al público. Hay otro grupo de candidatos con un desconocimiento entre 20 y 35%: Mendoza, Guzmán, Lescano entre ellos. Todos los demás, van contra el tiempo. Con una campaña sin medios ya para qué insistir.
El antivoto es poderoso. Puede marcar un punto de no retorno. Si Keiko ve sus cifras de antivoto y cree que son de preferencias se desmaya. Fujimori casi llega a 50% de popularidad negativa, de gente que no votará por ella. Duro panorama. El resto aún pasa piola. Pero es un indicador que hay que mirar toda la campaña.
Ahora veamos las intenciones detrás de la intención de voto, según Ipsos septiembre[4] e IEP octubre[5]. Con el riesgo de saber que este artículo quizás ya no tenga sentido en el momento que lo estés leyendo. El Perú es el Perú, pe, parafraseando al gran Puma Carranza.
Forzay y los demás
Como le debe haber pasado a Keiko, a Reggiardo, a tantos otros, Forsyth debería estar rogando porque las elecciones sean mañana. Gana fácil con 23%. Mirando de arriba la tabla. Pero los que están tan arriba seis meses antes, suelen estar bastante más abajo seis meses después. Hay una dinámica de voto compleja que tiene que ver con votar por candidatos y no por partidos o proyectos en general. Más del 70% de peruanos dice que vota por candidatos independientemente de la agrupación en la que está (este dato es DATUM). Eso hace su preferencia muy volátil. Este es el país de los independientes, no sólo en lo económico, también en lo político. Así, en la medida en que vayan apareciendo sus “defectos”, habrá más probabilidades de que caiga.
Pero por ahora, anda sólido el Yorch. Es el “candidato de la pandemia”, pues su preferencia aumenta a más de 20% desde abril de este año. Sus notas de autoridad con toques de popularidad gracias a sus dos apariciones diarias en noticieros por semana[6] han hecho que cale en esta época tan incierta. Pero más en el NSE A que en el NSE D (se cae bastante en el E). Genera más entusiasmo en los jóvenes que en los viejos. En las mujeres que en los hombres. En Lima y la Sierra Centro que en el resto del país. Pero ¿se trata de amor o es solo una atracción inicial? ¿Falta llegar más gente al tono? Habrá que ver. Sin desesperar. Es muy probable que mantenga su liderazgo hasta febrero. En marzo es cuando calienta la cosa.
Acá la pregunta que siempre hay que hacerse es qué debería hacer el candidato. Afianzarse donde ya está o buscar sus lados flacos y atacarlos. Con claridad en esta campaña debe buscar lo primero. Afianzando Lima, el NSE BC, el voto femenino y joven, estará en segunda vuelta. Enfocar el interior resultará por lo menos complicado en un Perú aún en pandemia. ¿Riesgos? Su capacidad de gestión en La Victoria. Pero además, la historia con su hoy exesposa que lo muestra como un agresor y que pasa piolaza por ahora.
Pero el candidato al que hay que prestarle mucha más atención es al blanco /viciado (o al “ninguno / nadie” del IEP, habría que ver cómo se midió). Si bien ya está en sus cauces normales -alrededor del 20%-, ha tenido porcentajes grandes que han llamado la atención. La inclusión de algunos nombres como De Soto, Cillóniz o Diez Canseco (el único que no estará con seguridad) hace que esa cifra baje de un mes a otro.
No es poca cosa esta constatación, pues parecería que la población está a la espera de una candidatura rompedora de derecha. La cifra de BV baja 10 puntos solo metiendo esos nombres. Quizás por ahí hay una clave. El electorado siempre muestra una tendencia más para la centroderecha independiente que para el otro lado. No hay mucho más que decir sobre el BV. Los cortes por segmentos son más normales.
Los demás. Poco qué decir aún. Urresti tiene 10% de preferencias con Ipsos. Tiene que hablar más a las mujeres, al NSE E y salir de Lima si quiere capitalizar. Pero es otro candidato “atacable”. El juicio por homicidio debería pesar en la campaña.
Para IEP, destacable segundo lugar de Mendoza. Es raro que vuelva a estar fuerte en el sur, cuando Ipsos y Datum la debilitan bastante. Veremos cómo evoluciona. Pero lleva un importante voto femenino, que otros, como Guzmán por ejemplo, parece que han perdido. Mendoza aparece segunda entre jóvenes, entre mujeres y en el NSE D/E. Parece que el ejercicio de votación interna ha servido para ubicarla bien.
De Soto aparece con cierta importancia. Quizás se trate solo de una posición temporal, de novedad. Capitaliza un voto fósil, mayor de 40, NSE AB y masculino. Lo terrible para el es que es son segmentos que se pelearán muchos candidatos.
Todos los demás se pelean migajas.
¿Y si Keiko no va?
Keiko no llega desde hace mucho a las dos cifras. A diferencia del 2016, su fuerza es más limeña, aunque conserva un arraigo popular que hoy Forsyth todavía le arrebata. Consideramos que estrategias como La Escuela Naranja no aglutinan, sirven más bien para “formar marca”, para generar un cambio de posicionamiento que trate de capturar jóvenes urbanos, para formar cuadros, que para intentar ganar una elección. SI con todo el recorrido por el Perú que hizo el 2014-15 no alcanzó, ahora parece mucho más improbable. Da la sensación de ser el inicio de la campaña y no algo que la vaya a llevar a Palacio. Frente a eso, preguntamos, ¿y si no postula? ¿si cumple con la promesa de que ningún Fujimori postulará el 2021? Esa promesa no tiene por qué mantenerse el 2026.
Veamos. La bankada naranja está razonable. Han tenido varias votaciones impensables en otras épocas. Tratan de alejarse del fujimorismo, perdón, de posiciones intransigentes y populistoides. La misma Keiko sacó todo un speech contra el populismo. Dejan adrede sola a Martha Chávez para que se pelee hasta con su sombra. Van construyendo una imagen calmada, cauta, hasta razonable incluso. Llaman a Alberto pero no a sus ayayeros. El acercamiento con alguien como Patricia Juarez podría terminar incorporando a varios ex Solidaridad y terminar de apostar por una tecnocracia. Total, el roba pero hace obra se lo pelean, ¿no?
Pensando en el futuro, podría ser una estrategia muy interesante que Keiko no se presente en seis meses, pero sí en cinco años y seis meses. Si está en libertad y el Perú sigue existiendo desde luego.
El cero a la izquierda
Lo mismo de siempre. Veremos si Mendoza mantiene esa expectativa con la que noviembre la recibirá. Veremos si sigue fuerte en el sur. Recordemos que está UPP y UPP tiene el sur. Arana suma 1%, pero junto a Roque Benavides. Gracioso que en algo estén juntos.
La campaña
Si el ejercicio de la política electoral debería ser como un Mundial FIFA: las mejores selecciones, fair play y VAR que funciona; esta campaña será más parecida al Mundialito de El Porvenir, con el perdón de El Porvenir. No porque Forzay haya sido alcalde de La Victoria, sino porque la más baja será a la yugular. El que no se quiera mojar, mejor que no participe.
Va a correr sangre. Hay ánimo exacerbado y todos tienen basura debajo de la alfombra. El que resista mejor parado probablemente consiga unos puntos extras. A todos los van a acusar -con razón- de algo. Todos van a apelar al sentido del yonofui y quemeinvestiguenafondo. Habrá que ver qué cosas hacen más daño que otras. Eso nos llevará a pensar en la legitimidad del presidente que entre el 28 de julio del 2021. Si llega a entrar alguien.
Nota: como hemos señalado, este artículo se escribió un 20 de octubre, se hizo un update un 25 de octubre y tiene una vigencia limitada. Quizás ya nada de lo expresado acá tiene algún sentido.
[1] https://www.ipsos.com/sites/default/files/publication/2015-10/6201015_INF_V4_19oct15%28OD%29.pdf
[2] Para este análisis, se usaron encuestas de Ipsos Perú. Para los resultados presidenciales se pusieron las posiciones de primera vuelta.
[3] https://www.datum.com.pe/new_web_files/files/pdf/Encuesta%20DATUM%20-%20Setiembre%20-%20Octubre%202020_201019030932.pdf
[4] https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2020-09/intencion_de_voto.pdf
[5] https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2020/10/Informe-IEP-OP-Octubre-2020-Aprobaci%C3%B3n-Vizcarra-e-intenci%C3%B3n-de-voto-v2.pdf
[6] Datazo de Útero que contaron. Da 430 apariciones en noticieros en 36 semanas. 12 por semana. Dos por día. Ni Vizcarra. http://utero.pe/2020/09/22/el-candidato-de-la-tele-contamos-todas-las-veces-en-las-que-la-tv-nos-obliga-a-ver-a-forsyth-haciendo-cosas/
Como puede ser posible esto, 35% de intención de voto para Keiko, después de haber recibido más de diez millones de soles de la corrupción empresarial a cuenta de regalar al país sin ningún remordimiento y sin ser nadie en el manejo político del país, como seria si llegara a ser presidenta, se llevaría al país en conteiner. Realmente con este tipo de votantes se está cayendo en un circulo vicioso de la corrupción.