El Congreso, el compadrazgo, el antaurismo y FREPAP

Escrito por Revista Ideele N°294. Octubre 2020

Si hay un órgano de gobierno que nos sirve para comprender al Perú porque lo refleja con total claridad, es el Congreso de la República. A él llegan, a través de sus congresistas, los principales intereses económicos y políticos de cada región. Es a partir de estos intereses y de su carrera política como podemos visibilizar esa fiera a la que se refiere Francisco Durand en El Perú Fracturado (2007) y que controla a más de la mitad del país: la amalgama entre informalidad e ilegalidad que, coludida con la formalidad y la modernidad, nos acecha desde el nacimiento del narcotráfico durante el gobierno de Francisco Morales Bermúdez y que para esta década se ha agigantado con la minería, con las bochornosas condiciones laborales del trabajo informal, la corrupción en poderosos sectores de construcción y exportación y los compadrazgos con funcionarios del Estado.

Desde esta perspectiva, importa y mucho, comprender a las bancadas que actualmente conforman el Congreso menos desde un enfoque como partido político que implica hablar de bases, elecciones internas e ideología, y más como élites que congregan a las principales cabezas de grandes compadrazgos verticales en torno a sus intereses político económicos, que encuentran en los partidos la posibilidad de abandonar el movimiento local y regional y dar el salto hacia el blindaje de los intereses de la fiera que permite la legislación.

Buen ejemplo de ello es Alianza para el Progreso y su fundador, César Acuña. Cajamarquino, hijo de agricultores sin educación formal, que logra dar el salto a ser empresario en el rubro educación y de inmediato, como congresista y alcalde, fortalecer la legislación y funciones a favor de su sector económico. Su bancada, conformada mayoritariamente por congresistas de regiones norteñas del país, tiene además de su líder, a catorce de ellos denunciados o sentenciados por cohecho, cobros indebidos, omisión de tareas, porque durante su desempeño como funcionarios públicos, se dedicaron a coludir con la fiera informal e ilegal que cuenta con veintidós congresistas a su servicio. No es de extrañar que ese partido vote en contra del sistema universitario vigente, que está logrando regirse por una clara normatividad contra el compadrazgo, ni tampoco que vote a favor de toda medida que permita regresar a la puerta que abrió el Congreso en tiempos de Fujimori al enriquecimiento producido por una educación informal, armada a la diabla. En una y otra nota política sobre APP, siempre queda en suspenso la pregunta de cuál es su propuesta ideológica. Y será difícil encontrarla, pues tendrían que justificar el sistema de compadrazgo en el que se han desenvuelto.

Comprender la falta de postura política ideológica de las bancadas en el Congreso será muy difícil, pero si observamos sus posiciones políticas religiosas, comprenderemos cómo sostienen sus compadrazgos: el evangelismo fujimorista, el catolicismo extremadamente conservador de la Coordinadora Republicana y la cada vez más notoria presencia de una afinidad religiosa entre el antaurismo de Unión por el Perú y el mesianismo del Frente Popular Agrícola del Perú iluminan claramente  sus alianzas. 

Julio Cotler en “La mecánica de la dominación interna y del cambio social en el Perú” (1966) describe el poder que ejercían los parlamentarios hasta pasada la primera mitad del siglo XX a través de los nombramientos, a nivel local y regional, de los funcionarios del Estado: maestros, jueces, prefectos, de manera que estas figuras patronales distribuían favores entre sus allegados, logrando expandir sus oportunidades económicas y políticas. Ese sistema que debió desaparecer tras las reformas velasquistas y la reorganización social que propuso la Constitución de 1979 se mantuvo firme. La Reforma Agraria no logró acabar del todo con esas figuras patronales, ni tampoco Sendero Luminoso a pesar de que las que atacó directamente en las comunidades campesinas y ciudades del sur del Perú y también en Lima. Al finalizar el conflicto armado, con el Estado desmontado y reducido por el modelo neoliberal y abierto por el fujimorismo, se recompone un compadrazgo fortalecido en medio de la informalidad que, desde entonces, ha sido promovida como única alternativa de crecimiento económico: nuestro modelo primario exportador, intensivo en capital, requiere de poca mano de obra y parece no importarle cómo incorporar al grueso de la población económicamente activa. El costo es que hoy vemos los altísimos y sofisticados niveles internacionales de  compadrazgo, que en el más burlesco extremo, nos ha dejado con cuatro expresidentes encarcelados y no con cinco, porque Alan García prefirió quitarse la vida. 

Comprender la falta de postura política ideológica de las bancadas en el Congreso será muy difícil, pero si observamos sus posiciones políticas religiosas, comprenderemos cómo sostienen sus compadrazgos: el evangelismo fujimorista, el catolicismo extremadamente conservador de la Coordinadora Republicana y la cada vez más notoria presencia de una afinidad religiosa entre el antaurismo de Unión por el Perú y el mesianismo del Frente Popular Agrícola del Perú iluminan claramente  sus alianzas. 

Jesús Contreras, en su clásico estudio sobre el compadrazgo en Chinchero (1979), determina cómo esta institución, no solo en Perú, sino en toda América y Europa, se origina en dos sacramentos cristianos: el bautismo y el matrimonio. Para ser compadre y comadre, el padrino y la madrina (aclara Contreras) no se escogen en función de los hijos, sino en beneficio del vínculo que de ahora en adelante tendrán con el padre y la madre: se crea un lazo espiritual equivalente al familiar, que implica una serie de obligaciones recíprocas. Entre ellas, la de no poder negar la ayuda solicitada. Existen por supuesto, compadrazgos horizontales de solidaridad, pero los que aquí nos ocupan son los verticales, como los que presenta nuestro Congreso (y también el Ejecutivo) a través de relaciones de poder políticas y económicas que se sostienen en férreas razones espirituales, pilares del orden social que sostiene al compadrazgo. De ahí que la mayoría congresal manifieste un interés opuesto al nuevo orden que requiere la modernización. Es claro que harán lo indecible para defender a  la informalidad que impide reportar al Estado todas nuestras acciones económicas, educativas y sanitarias para que las supervise.

En las últimas elecciones a este breve período congresal, se intensificó en todo el Perú una campaña de voto informado y de no dejarnos convencer por congresistas denunciados y mucho menos sentenciados. FREPAP era el que tenía candidatos con menos antecedentes y este hecho favoreció la simpatía electoral entre votantes acostumbrados a convivir con vecinos israelitas. Pero la prensa se alertó al ver su protagonismo. Y esto se debe a que la región donde están fuertemente asentados es Caballococha, capital de una de las provincias más extremas del Perú, Ramón Castilla, en Loreto. Su población casi alcanza los 50 mil habitantes, de los cuales aproximadamente 30 mil son al mismo tiempo, según Roger Rumrill (2020), integrantes de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU) y miembros del FREPAP. En esta zona conocida como Triple Frontera (de Colombia, Brasil y Perú) que solo cuenta con algunas colonias, y población dispersa y desorganizada, muchos israelitas están dedicados al cultivo de la coca, en uno de los centros de narcotráfico que el Estado peruano ha declarado en emergencia el año 2014. La policía de Brasil ha detectado laboratorios clandestinos. Pero las pocas autoridades como alcaldes y regidores, son también del FREPAP y como no existe institución u organización que pueda hacerles contrapeso, les ha dado mucho poder económico y político en la Triple Frontera, dicen los especialistas. De ahí la alerta encendida al temer que ese compadrazgo sería el que ha llegado hasta el Congreso. Sin embargo, los proyectos de ley presentados por FREPAP este año han dado cuenta de un apoyo muy claro a la población de su zona: han sido propuestas sobre protección a la población agrícola, impedir el ingreso de transgénicos, acceso a educación privada con menores requerimientos económicos. Hasta ahora (dicho sea de paso) no se ha presentado ningún proyecto de ley en el Congreso respecto del narcotráfico, pues la Comisión de Defensa Nacional y Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Droga encabezada por Daniel Urresti de Podemos, acompañado por dos congresistas acusados de corrupción (uno que fue de APP y otro que sí lo sigue siendo), según la página web del Congreso parece no haber realizado ni una sola sesión. Las únicas noticias sobre el narcotráfico este año han estado vinculadas a las Fuerzas Armadas.

Otra preocupación sobre FREPAP al comenzar el año estuvo directamente relacionada con su postura religiosa, al recordarse, además del dañino rol profético de Ezequiel Ataucusi Gamonal, el drama de unos niños abandonados y abusados en una comunidad israelita en Madre de Dios hace ya más de diez años; también se temía que se desencadenara una serie de medidas para someter a las mujeres, obligadas a llevar la cabeza cubierta por un pañuelo, pero eso tampoco ocurrió. De hecho, la bancada presentó un proyecto para dar cadena perpetua a violadores. Eso sí, y sin que nos tenga que sorprender, han cerrado filas con las demás bancadas contra el aborto, incluido el terapéutico. Salvo esa postura, el partido “teocrático, nacionalista, tahuantinsuyano, revolucionario, agrario-ecologista, de larga base e integracionista”, a diferencia de congresistas evangélicos de otras bancadas, no ha realizado rituales ni ha propuesto ningún proyecto vinculado con prácticas religiosas.

No todos en FREPAP provienen de las canteras originarias de los israelitas. La actual vocera de FREPAP, María Teresa Céspedes,  proviene de Unión por el Perú, partido en el que estuvo hasta el año 2010, cuando se da el giro hacia el etnocacerismo. De la bancada de UPP, cuatro integrantes son fidelísimos de Antauro y tres de ellos lo acompañaron en el Andahuaylazo el año 2005. Otros tres están actualmente investigados por participar de organizaciones criminales. Su principal objetivo es liberar a Antauro, quien, desde la cárcel, ha buscado establecer alianzas con FREPAP mucho antes de este período congresal.

De la guerra etnosanta a la iglesia Tawantinsuyana: la reivindicación de los “demonios” y el color insurgente de la fe, es el libro que el 2013 publicó de manera virtual el mayor retirado. Si teníamos alguna duda de que el compadrazgo exige un tratamiento más religioso que ideológico, queda aquí totalmente establecido que el líder etnocacerista, admirador de Ataucusi, ve en los Israelitas la posibilidad de restablecer un nacionalismo basado en el Tawantinsuyo, y entonces alaba a AEMINPU como la “primera religión” que nace en territorio peruano después de la conquista española.

¿Y FREPAP cree en una alianza con UPP? Además de haber sido las únicas bancadas que defendieron hasta el final la vacancia presidencial del Presidente Martín Vizcarra por los audios presentados por el congresista Alarcón de UPP, hay dos cuestiones que se han presentado como complementarias. Una es la cuestión de la pensión universal para todos los peruanos desde el nacimiento propuesto en el mes de junio: UPP presentó el proyecto ley de eliminación de las AFP y de creación del sistema previsional unificado para el otorgamiento de pensiones universales, a la par que FREPAP propuso crear la Superintendencia Nacional de Pensiones que se encargaría de los ahorros previsionales de los afiliados que reemplazarían precisamente a las AFP. En el mes de agosto, nuevamente convergieron en otra cuestión; en esta ocasión mediante dos proyectos para prorrogar por diez años más el ingreso y producción de cultivos transgénicos: el de FREPAP, que planteaba un sistema de producción alimentario sostenible y protector del equilibrio biológico y el de UPP con el fin de proteger la soberanía agraria mediante cultivos naturales orgánicos.

Pero días después María Teresa Céspedes se enfrentó a José Vega de UPP por querer controlar la Mesa directiva de la Comisión que presenta a los candidatos al Tribunal Constitucional. “El Frepap no se va a prestar a maniobras políticas que busquen la impunidad, ni incentiven actos de corrupción de funcionarios”, señaló Céspedes. Vega es el único congresista que forma parte de UPP desde antes del giro etnocacerista. Ya en mayo Alarcón consiguió que el Frente de Antauro no se separara por culpa de Vega. En setiembre, UPP se encuentra tramitando el cambio de denominación para llamarse Frente Patriótico Peruano. Veamos si los lazos se estrechan o no durante las próximas elecciones con el FREPAP. Ya sabemos cuáles son los temas que los unen.

Obras referidas

Contreras, Jesús. “El compadrazgo y los cambios en la estructura de poder local en Chinchero (Perú)”. XLIII Congreso Internacional de Americanistas, Vancouver, 1979

Cotler, Julio. “La mecánica de la dominación interna y del cambio social en el Perú”. Política y sociedad en el Perú: cambios y continuidades, (Perú Problema, 23) Lima, IEP, 1994

Durand, Francisco. El perú fracturado: formalidad, informalidad y economía delictiva, Lima, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2007

Humala, Antauro. De la guerra etnosanta a la iglesia tawantinsuyana. (La reivindicación de los “demonios” y el color insurgente de la fe), Lima, edición del autor, 2012

Rumrill, Roger. “La geopolítica de la Triple Frontera amazónica y el FREPAP”. Nodal: noticias de América Latina y El Caribe, 3 de marzo de 2020. Consulta 10 de octubre de 2020 https://www.nodal.am/2020/03/la-geopolitica-de-la-triple-frontera-amazonica-y-el-frepap-por-roger-rumrrill/

Sobre el autor o autora

Carla Sagástegui Heredia
Escritora y humanista. Doctora en Arte, Literatura y Pensamiento por la Universidad Pompeu Fabra y licenciada en Lingüística y Literatura con mención en Literatura Hispánica por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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