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Revista Ideele N°294. Octubre 2020La barbarie islamista ha vuelto a golpear Francia el viernes 16 de octubre, cuando Abduallakh Anzorov, un refugiado de Chechenia [territorio habitado por musulmanes de Rusia] de 18 años asesinó a Samuel Paty, profesor de colegio de 47 años, quien había utilizado caricaturas del profeta Mahoma en su curso de educación cívica para ilustrar la libertad de expresión y la laicidad, valores republicanos centrales en Francia. El empleo de ese tipo de material didáctico es ordinario en los programas escolares y se funda en los principios del orden democrático de un país donde la religión está subordinada al Estado y donde la mayoría de ciudadanos se declara sin religión. En efecto, en 1905 se estableció la estricta separación entre la iglesia y el Estado, y la inclusión de la religión en la esfera privada. La laicidad es una especificidad de la República francesa, que figura en la Constitución de 1958, y que establece que las creencias religiosas deben permanecer en el marco privado, sin ninguna relación directa con el Estado y con la esfera pública. En virtud de este principio y de la libertad de expresión propia de la democracia, se admite el derecho a la sátira y al sarcasmo de personajes políticos, y también el derecho a la “blasfemia” irreverente contra personajes religiosos, siempre en el marco fijado por la ley. Contrariamente a otras democracias europeas, que admiten la existencia de comunidades religiosas y/o étnicas en el espacio público, en Francia la ciudadanía se construye sobre la base de la afirmación de la preeminencia de las leyes republicanas sobre las creencias religiosas. Todos los comunitarismos son considerados nocivos y contrarios a la nación única e indivisible.
El odioso crimen perpetrado contra un profesor de la educación nacional ha sacudido fuertemente a la nación francesa, que descubre con horror que el extremismo terrorista islamista ha crecido en forma desmesurada en el país. No es la religión musulmana la que está en el centro de este penoso asunto, sino la ideología islamista que pretende imponer las reglas del islam en los Estados modernos, siguiendo el modelo del califato musulmán de la Antigüedad. Esta ideología anacrónica, totalitaria y sanguinaria ha inspirado la emergencia de la organización terrorista Al-Qaeda y luego el Estado Islámico que logró controlar vastos territorios en Siria y en Irak [Villasante 2017[1]]. Desde hace dos décadas, el islamismo totalitario se incrementa en el mundo entero y capta a la juventud musulmana radicalizada que busca una “causa” por la cual vivir y morir.
Vivimos un periodo de cambios políticos y sociales trascendentes en Francia. La muerte del profesor Paty, digno defensor de la educación nacional libre y laica, ha provocado una toma de conciencia inédita hasta ahora del peligro real que representa el islamismo en Francia y en Europa en general pues este nuevo totalitarismo es transnacional. La repuesta debe ser también transnacional, europea y mundial. El combate será muy largo y penoso pues en modo paralelo se enfrenta la pandemia de Covid 19 y su segunda ola en Francia y en Europa.
En este texto presento un análisis sintético del atentado terrorista que ha costado la vida al profesor Paty teniendo en cuenta la coyuntura en Francia y las posiciones de los partidos políticos. Veremos que la muerte del profesor Paty marca un hito central en las relaciones entre el Estado y la sociedad en Francia, y en las estrategias políticas urgentes que se imponen para contener y vencer la barbarie islamista.
Los hechos de violencia y el modus operandi del terrorismo islámico contemporáneo
El asesinato del profesor Paty fue perpetrado en modo atroz, siguiendo el modelo inaugurado por los crueles miembros del Estado Islámico [EI] en Siria e Irak: la decapitación de los “infieles” con armas blancas, tal y como se realiza el degollamiento ritual [halal en árabe] de los corderos en las prácticas musulmanas. Además, los actos de barbarie se filmaban para aterrorizar a los “infieles”. Cientos de videos de ejecuciones han circulado en las redes sociales.
Abduallakh Anzorov se inspiró directamente de estos métodos bárbaros. Utilizó un cuchillo de cocina de 35 cm y decapitó al profesor Paty en plena calle, delante de su centro de trabajo, en una pequeña ciudad (Conflans-Sainte-Honorine, Yvelines) de la región parisina. Luego del crimen, Anzorov tomó una foto de la cabeza del profesor (a las 4.57 pm) y la publicó en su cuenta Twitter con el mensaje siguiente: “En nombre de Allah el misericordioso, el muy misericordioso, a Macron [presidente de Francia], el dirigente de los infieles, he ejecutado uno de tus perros del infierno que ha osado rebajar a Mahoma, calma a sus colegas antes que se les inflija un duro castigo.” Anzorov fue avistado por vecinos que llamaron a la policía. Pocos minutos después lo encontraron y le ordenaron que se detuviera, pero él respondió con un arma de defensa (tipo Airsoft) gritando “¡Allahu akbar! [¡Allah es grande! en árabe]. Entonces, le dispararon. Murió por el impacto de diez balas (Le Monde del 17 de octubre[2]).
Las encuestas policiales han determinado que el terrorista checheno había estado buscando una víctima en Internet y que había encontrado el video de un padre de familia que acusaba al profesor Paty de “insultar al profeta Mahoma”. Así fue como se propuso el objetivo de encontrarlo y de asesinarlo (Le Monde del 25 de octubre[3]). Este modus operandi se ha vuelto ordinario en los medios islamistas mundiales. Si antes se necesitaba pertenecer a una célula terrorista para perpetrar atentados, desde hace varios años muchos jóvenes musulmanes se radicalizan solos, siguiendo los programas de las redes sociales destinados a captar reclutas con problemas personales, a veces patológicos, y de auto exclusión de la sociedad. Son los llamados “lobos solitarios” del islamismo contemporáneo, extremadamente difíciles de identificar por los servicios policiales. Notemos desde ahora el rol central que han jugado las redes sociales en este espantoso crimen y las implicaciones sociopolíticas negativas de la falta de control de Facebook y Twitter, entre otros medios de comunicación masiva y anárquica.
Veamos algunos detalles sobre el asesino, sobre un atentado precedente, sobre el contexto judicial de los ataques y sobre el rol de un padre de familia francés de origen arabo-musulmán que lanzó un llamado a agredir al profesor Paty en las redes sociales, y que fue visto por el criminal.
• Anzorov había llegado de Moscú (Rusia) a los 6 años de edad, junto con su padre, su madre y un hermano menor. Eran refugiados chechenos y tenían sus papeles en regla. Precisemos que Chechenia es una antigua república soviética, habitada por musulmanes, que ha tenido dos guerras para independizarse de Rusia pero que sigue bajo su control. En 2007 el Emirato del Cáucaso proclamó su adhesión al Estado Islámico, las violencias políticas han provocado la muerte de decenas de miles de personas y más de 250 mil refugiados en Europa. En Francia se estima que habría entre 15 mil y 20 mil rusos de origen checheno llegados después del 2000. La familia de Anzorov había logrado acceder a un nivel de vida decente; lo cual hace evidente que las explicaciones que asocian la pobreza extrema al terrorismo no son siempre pertinentes. Este hecho ha sido también destacado en el caso de nuestra guerra interna; el Informe Final de la CVR ha establecido en efecto que la extrema pobreza de Ayacucho no explica cabalmente la radicalización de los senderistas: para volverse sanguinarios necesitaron adoptar la ideología comunista-maoísta de Abimael Guzmán que pretendía realizar una “guerra popular”. El totalitarismo comunista es similar al totalitarismo islamista; ambos pretenden transformar la sociedad entera e imponer reglas de vida de control social total.
La Policía francesa ha precisado que Anzorov no estaba fichado en sus servicios por radicalización islámica, aunque si tenía antecedentes de delincuencia juvenil (Le Monde del 17 de octubre). Toda la familia estuvo en detención preventiva y sus padres han declarado que no saben cómo explicar su gesto de barbarie; sólo afirman que “había cambiado” desde hace un año, que era solitario, taciturno, con pocos amigos. No se sabe todavía cómo se ha realizado su radicalización, pero se ha determinado que abrió una cuenta Twitter en junio de 2020, en la cual se encuentran muchas citas del Corán sobre la guerra santa [en árabe jihad], comentarios contra los “infieles”, y contra el proyecto de ley del gobierno anunciado en setiembre contra el separatismo islámico luego del atentado de un joven pakistaní contra dos personas que trabajaban cerca del antiguo local del periódico Charlie Hebdo. Anzorov tenía una centena de abonados a su cuenta, muchos de origen checheno que evocaban con vehemencia el islam radical. Precisemos que, aunque los fieles musulmanes insisten en el mensaje de paz del Corán y del profeta que lo escribió, en realidad muchas secciones de este libro santo [inspirado de la religión judía y cristiana] conciernen “la guerra santa contra los infieles”, que fue el marco histórico en el cual se desarrolló y expandió en el mundo entero esta nueva religión monoteísta a partir del siglo VII. Esos pasajes son ampliamente citados por los islamistas que pretenden reimplantar las reglas coránicas en el presente [sumisión de las mujeres, separación estricta entre hombres y mujeres, uso de velo y de barba, primacía del islam sobre las reglas estatales], y vengarse de la “dominación occidental”.
• Antes del horrible crimen de Anzorov, hubo un atentado el25 de setiembre de 2020 en Paris: un pakistaní de 25 años, Zaheer Hassan, con estatuto de refugiado en Francia desde 2017, atacó con un hacha a dos empleados de una sociedad de producción confundiéndolos con periodistas de Charlie Hebdo: no se había enterado que el periódico se había mudado a otro local. Por fortuna las dos personas fueron solamente heridas y el atacante se encuentra en prisión (Le Monde del 25 de septiembre[4]).
• Ambos atentados se han realizado en un contexto especial: la apertura del proceso judicial contra los autores del espantoso atentado contra el periódico satírico Charlie Hebdo, en enero de 2015, durante el cual fallecieron 12 periodistas. Ese año fue horriblemente marcado por los atentados del islamismo sanguinario en Francia.
Notemos también que la prensa norteamericana, tanto republicana como demócrata, ha aportado interpretaciones incoherentes y desatinadas al asesinato del profesor Paty, presentando a los islamistas como “representantes del islam”, y negando la validez del derecho a la libertad de expresión y a la “blasfemia” en el sistema constitucional de Francia. Esas interpretaciones demuestran simplemente el alto nivel de ignorancia y de incultura de cierta élite norteamericana ante la realidad francesa y europea en general.
Recordemos que el 7 de enero los hermanos Kouachi asesinaron en Paris a 12 reporteros por haber publicado caricaturas del profeta musulmán. El hecho tiene antecedentes en la decapitación de Theo van Gogh, director de cine neerlandés y crítico del islamismo, en noviembre de 2004, asesinado por un neerlandés de origen marroquí.
El 8 de enero, una policía municipal fue asesinada en Montrouge.
El 9 de enero hubo un atentado antisemita en el supermercado Hyper Cacher, de comida judía casher (permitida), donde murieron 4 personas [Villasante abril de 2015[5]].
Anteriormente, en marzo de 2012, Mohamed Merah francés de origen musulmán, asesinó fríamente a siete personas, tres militares, un civil y 3 niños judíos del colegio Ozar Hatorah de Toulouse.
Otros atentados sin víctimas fatales tuvieron lugar en febrero, marzo, abril, junio, julio, agosto y octubre de 2015.
El 13 de noviembre hubo tres atentados espantosos reivindicados por el Estado Islámico: en cuatro restaurantes de Paris fallecieron 40 personas, en la sala de teatro Bataclan fueron asesinadas 90 personas y en el Estadio de Francia murió una persona. En total hubo 130 muertos [Villasante, noviembre de 2015[6]]. Desde ese entonces se estableció un plan de vigilancia anti terrorista muy importante en todo el país, se desplegaron más de 10 mil soldados que vigilan cotidianamente las estaciones de tren, los aeropuertos y los principales ministerios. Desde 2016 se han frustrado 32 atentados en el territorio francés y se han clausurado 15 mezquitas islamistas y 13 asociaciones islamistas, como lo recordaba el Ministro de Justicia Eric Dupond-Moretti (Le Monde del 19 de octubre). En 2019, la lucha contra el terrorismo y la radicalización islámica se ha visto comprometida por el movimiento de reivindicación social de los “Chalecos amarillos”, que se ha detenido solamente con el inicio de la pandemia de Covid 19 en marzo de 2020.
• El asesinato del profesor Samuel Paty fue propiciado por los ataques en su contra lanzados por un padre de familia francés de origen arabo-musulmán. Veamos algunos detalles del proceso.
Samuel Paty era profesor de historia y geografía en un colegio situado en una pequeña ciudad (Conflans-Sainte-Honorine, Yvelines), habitada mayormente por familias de clase media. Como en años anteriores, este año escolar se había reiniciado en setiembre, en medio de la crisis sanitaria por el Covid 19. A inicios de octubre, el profesor Paty anunció que en el curso de educación cívica y moral se abordaría el tema de la libertad de expresión a partir del análisis de algunas caricaturas de Mahoma, profeta del islam. No era ninguna novedad; ya lo había hecho en los años anteriores. Sin embargo, un padre de familia, Brahim C., que tenía una hija en la clase del profesor, se quejó ante la directora del colegio, acusando al profesor de “ofender la religión musulmana”.
La directora organizó una investigación y determinó que no había nada incorrecto en el curso del profesor. No obstante, Brahim presentó una denuncia en la comisaria, y el profesor Paty fue citado para hacer una deposición. Al enterarse de la acusación, el profesor presentó a su vez una denuncia contra el padre de familia por acusaciones calumniosas. Además, días antes del crimen (el 7, el 8 y el 12 de octubre), el padre de familia publicó tres videos en Facebook repitiendo sus calumnias, tratando al profesor de “delincuente”, e indicando además el nombre, el teléfono y el colegio del profesor Paty “que ofende al islam”. Era un llamado al crimen apoyado por un agitador fichado por la Policía, Abdelhakim Sefrioui, activista del grupo violentista Hamas de Palestina, antisemita notorio, que lo acompañó al colegio, a la comisaria y que filmó los videos. La investigación policial ha determinado que Brahim tiene una media hermana terrorista que se encuentra en la zona de guerra de Irak y de Siria, donde actuaba el Estado Islámico (Le Monde del 19 de octubre[7]).
Las carencias de las políticas públicas y las posiciones de los partidos políticos ante el islamismo
El horrible asesinato del profesor Paty ha chocado profundamente la sociedad francesa y las sociedades europeas. El presidente Emmanuel Macron, acompañado del Primer ministro, Jean Castex, del ministro del Interior, Gérald Darmanin, y del Ministro de Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, ofreció declaraciones en el lugar de la tragedia, asegurando a la nación que el crimen no quedará impune: “(Los islamistas) no pasarán, el obscurantismo y la violencia que lo acompaña no ganarán. Ellos no nos dividirán.” Los sindicatos de la educación nacional han declarado encontrarse en estado de conmoción por la horrible muerte de un colega asesinado porque enseñaba el civismo, la libertad de expresión, el pensamiento crítico y los valores de la república francesa. La sociedad entera ha demostrado su adhesión a los valores de la nación; el día domingo 18 de octubre, decenas de miles de personas se han manifestado en las principales ciudades del país, con mascarillas, para expresar su homenaje póstumo al profesor Samuel Paty, para condenar el islamismo sanguinario y manifestar su apoyo indefectible a los profesores de los futuros ciudadanos del país.

Un homenaje nacional póstumo, en presencia de la familia del profesor Paty, fue realizado el miércoles 21 de octubre en la antigua Universidad La Sorbona, lugar emblemático del conocimiento, de la cultura y del debate de ideas en Francia.
• Ante la tragedia reaparecen antiguas discusiones sobre la relación entre la religión musulmana y las reglas de la República francesa, en particular la laicidad; y, por otro lado, sobre las políticas públicas que debían haber integrado a los franceses de origen musulmán a través de la educación nacional, y que no lo han hecho por diversas razones.
Para comprender esta problemática debemos evocar dos procesos paralelos: el aumento de la religiosidad islamista a nivel mundial desde el nacimiento de Al-Qaeda y los atentados del 11 de setiembre de 2001. Y, por otro lado, el aumento de la ideología islamista totalitaria en el suelo francés. En Francia no existen censos étnicos o religiosos, se considera que los franceses deben reconocerse en tanto ciudadanos sin distinciones particularistas que son causa de “separatismo”. No obstante, la población musulmana francesa (practicante o no, llegada al país desde los años 1960 como mano de obra barata) está estimada a 8% es decir 5,2 millones de personas sobre un total de 65 millones de franceses. Los católicos son 43% y los no creyentes 45%. Además, 43% de los migrantes se declara musulmán, la mayoría proviene del norte de África y habla árabe (Marruecos, Argelia, Túnez) (Enquête TeO1 2008, Ined-Insee).
Según una encuesta del Instituto francés de opinión pública (IFOP) de 2016: 46% de musulmanes son laicos, 25% son musulmanes que respetan la laicidad y los principios de la República, y 28% son musulmanes “ultras” que viven en ruptura con los valores republicanos (Hakim El Karoui[8]). Por lo tanto, si es evidente que la mayoría de personas de origen o de religión musulmana (70%) está integrada a la sociedad francesa laica, una minoría (casi 30%) se mantiene al margen, rechaza la laicidad, y representa un vivero de reclutamientos del islamismo terrorista promovido por el Estado Islámico y por sus satélites en todo el mundo.
¿Qué ha hecho el Estado francés ante el incremento del islamismo y los graves atentados de 2012 y 2015?
Varios analistas han señalado que el Estado francés no ha tomado consciencia del grave problema del incremento de corrientes ultra religiosas extremistas y violentas en el seno de la población musulmana desde hace 30-40 años. Se ha actuado con negligencia en nombre de la democracia, del “respeto del Otro” y de la “protección de minorías musulmanas”, y los islamistas se han aprovechado de ello para desarrollar su ideología de violencia sanguinaria.
Estos sectores extremistas acusan además a la sociedad francesa de ser “racista, anti-musulmana” cuando ello sea totalmente falso; el racismo y la xenofobia están presentes en la sociedad como en el resto de Europa, pero no se observa un racismo anti-musulmán. Lo que se detesta en Francia y en Europa es el islamismo violento y prepotente que considera que el islam es superior a las leyes estatales. Con el paso del tiempo y de los atentados también se detesta ver a los extremistas vestidos con ropa “islámica” en las calles y en los lugares públicos. Para imponer la laicidad en Francia se ha prohibido los velos de las mujeres en los lugares públicos y en las escuelas del país en 2004. Curiosamente no se han prohibido las barbas y las túnicas de los hombres islamistas.
La reconocida filósofa Elisabeth Badinter [feminista, escritora y esposa de Robert Badinter, ex ministro de Justicia que propuso la abolición de la pena de muerte en 1981], ha recordado que el islamismo francés comenzó en 1989 cuando tres escolares musulmanas se negaron a quitarse el velo en un colegio de Creil, contrariando la ley republicana sobre la laicidad. Junto con cuatro colegas, Badinter firmó una declaración denunciando la manipulación del islam político de la cual eran objeto las adolescentes y exigiendo el respeto de la ley republicana. Pero el Ministro de Educación de ese entonces, el socialista Lionel Jospin, se negó a intervenir y así comenzó la “desgracia de la escuela republicana”. Badinter piensa que el crimen del profesor Paty “es el resultado de una sucesión de sumisiones a las exigencias islamistas.” Y denuncia también la posición de diversos grupos de izquierda que han asumido un rol absurdo de “defensa de las minorías musulmanas”, negando o minimizando el peligro del extremismo islamista por temor, por demagogia y “para no hacerle el juego a la extrema derecha” que acusa todos los “extranjeros” de delincuencia y de comportamientos anti-franceses (Badinter, L’Express n° 3616: 25[9]). Es cierto que las izquierdas en Francia han asumido con frecuencia posiciones de “defensa de minorías” solamente para oponerse a la extrema derecha del Frente nacional de la familia Le Pen. La miopía de esas posiciones electoralistas es evidente y criticable. El islamismo tiene que ser denunciado como cualquier otra forma de extremismo político.
Dicho esto, los partidos y los gobiernos de izquierda [Mitterrand, Hollande] y de derecha [Sarkozy, Chirac] han denunciado el islamismo sin llegar a tomar las medidas urgentes para aniquilarlo. El 16 de octubre de 2020 marca una ruptura en este modo de funcionamiento que evitaba un enfrentamiento directo con el Frente nacional por confort y por cobardía. El gobierno de Emmanuel Macron, muy tibio al inicio frente al islamismo, ha empezado a tomar medidas urgentes para proteger al cuerpo docente de otros ataques islamistas y para reprimir a los islamistas a nivel colectivo e individual.
Varias acciones severas ya han sido tomadas y se esperan otras en las próximas semanas. Se ha capturado a los autores de 80 mensajes de apoyo al atentado registrados en cuentas de redes sociales e identificados en la plataforma gubernamental Pharos que sirve a señalar los contenidos ilícitos en Internet. Los representantes de Twitter, Facebook, Snapchat y otras redes sociales han sido convocados por el gobierno para que controlen los contenidos de violencia en sus redes. Se espera una ley contra ese tipo de contenidos en diciembre. Varias asociaciones civiles que apoyan el islamismo están en vías de disolución. El ministro del Interior ha declarado que se prepara la expulsión de 231 extranjeros responsables de crímenes de terrorismo, fichados “S” [Seguridad] por radicalización; 180 ya se encuentran en prisión y 51 están en libertad y serán capturados rápidamente. En fin, las escuelas y colegios serán protegidos por la Policía a partir del 2 de noviembre, día de retorno a clases luego de las vacaciones de otoño. Los profesores recibirán un apoyo masivo de la jerarquía regional y nacional para impartir sus cursos de educación cívica, los funcionarios serán protegidos y las redes sociales mejor controladas (Le Monde del 23 de octubre[10]).
En fin, la sociedad francesa deberá tomar una parte activa en el largo proceso de transformación global que se inicia este año, ya lamentablemente marcado por la pandemia de Covid-19 y la crisis económica y social que sacude el mundo entero.

Reflexiones finales
• Según Elisabeth Badinter: “la situación es cada vez peor; habría que cambiar las leyes, organizar una guerra ideológica y legislativa contra los islamistas. Y eso no se hará sin replicas terribles de parte del campo adverso. Nuevos atentados, más numerosos, más sanguinarios. La situación no puede arreglarse en el pacifismo pues se ha ido demasiado lejos. Es una guerra que tenemos que librar, pero no estoy segura que los franceses estén listos. No solamente porque pueden tener miedo, lo cual es comprensible, sino también porque los islamistas van a gritar a la dictadura ante la menor medida que los concierna. Nuestros adversarios van a jugar en ese plano, con la complicidad de sus aliados de izquierda, una buena parte de los “insumisos” [de Luc Melenchon] y de ciertas universidades donde “clusters ideológicos” van a desarrollar la argumentación victimaria.”
• Muchos representantes de los franceses musulmanes laicos y religiosos, defensores del orden republicano, se han pronunciado luego de la muerte del profesor Paty, denunciando la “pandemia del islamismo terrorista” (Le Monde del 23 de octubre[11]). Sin embargo, la voz de este sector mayoritario (70%) de los franceses de origen musulmán, bastante silenciosa en general, debe ser más audible en adelante pues contrariamente al discurso islamista no existe un “racismo anti-musulmán” en Francia, lo que existe es un rechazo profundo del extremismo de la ideología islamista.
• Este atentado provoca también reacciones internacionales. Estos últimos días se desarrollan manifestaciones y ataques frontales de los grupos islamistas de varios países musulmanes (Qatar, Jordania, Pakistán…) contra “los infieles franceses”; se llama además a boicotear los productos franceses. El presidente de Turquía, el lamentable populista Erdogan, ha insultado al presidente Macron y pretende liderar esta nueva ola de agresiones de los extremistas islamistas contra Francia. El Palacio del Eliseo francés, la Unión Europea y otros países europeos (Alemania, Italia) han condenado esas agresiones absurdas de los ultra religiosos musulmanes.
Notemos también que la prensa norteamericana, tanto republicana como demócrata, ha aportado interpretaciones incoherentes y desatinadas al asesinato del profesor Paty, presentando a los islamistas como “representantes del islam”, y negando la validez del derecho a la libertad de expresión y a la “blasfemia” en el sistema constitucional de Francia. Esas interpretaciones demuestran simplemente el alto nivel de ignorancia y de incultura de cierta élite norteamericana ante la realidad francesa y europea en general (Bernard Haykel y Hugo Micheron, Le Monde del 22 de octubre[12]).
• Vivimos un periodo de cambios políticos y sociales trascendentes en Francia. La muerte del profesor Paty, digno defensor de la educación nacional libre y laica, ha provocado una toma de conciencia inédita hasta ahora del peligro real que representa el islamismo en Francia y en Europa en general pues este nuevo totalitarismo es transnacional. La repuesta debe ser también transnacional, europea y mundial. El combate será muy largo y penoso pues en modo paralelo se enfrenta la pandemia de Covid 19 y su segunda ola en Francia y en Europa. Esperemos que estos retos de envergadura sirvan para afirmar la solidaridad de las sociedades que defienden la democracia y los valores republicanos de libertad contra el oscurantismo islamista.
Post-scriptum
El día jueves 29 de octubre, a las 9 de la mañana, un migrante de Túnez de 21 años, recién llegado de Italia a inicios de octubre, ha atacado la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción Niza, en el sur de Francia, y ha asesinado con arma blanca a tres fieles que se encontraban rezando, gritando “Allah akbar” [Allah es grande]. Dos señoras de 70 y de 45 años y un hombre de 50 años, sacristán de la iglesia. La Policía municipal fue alertada y el asesino pudo ser capturado, actualmente se encuentra en un hospital con heridas de bala. El presidente Macron fue de inmediato al lugar de la tragedia y ha anunciado el aumento de las fuerzas militares que deberán proteger los lugares de culto católicos, los ministerios y los colegios pues la semana próxima se reinician las clases escolares. La Policía ha precisado que se han identificado mensajes llamando a la violencia contra los franceses en las redes sociales de Al-Qaeda. Otras tentativas de atentados de hombres con cuchillos han sido registradas en Lyon y en Avignon; y un guardia de la embajada de Francia en Arabia Saudita ha sido herido por un saudita (Le Monde del 29 de octubre[i]). Francia se prepara a enfrentar esta nueva ola de barbarie islámica y ha recibido mensajes de apoyo de parte de la Unión Europea.
[1] Villasante, Sobre el Estado Islámico: ¿La caída de Mossul implica el fin del terrorismo islamista?, Revista Ideele n° 272, octubre
http://revistaideele.com/ideele/content/sobre-el-estado-islámico-¿la-ca%C3%ADda-de-mossul-implica-el-fin-del-terrorismo-islamista
[2] Le Monde del 17 de octubre, Attentat de Conflans, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/10/17/attentat-de-conflans-un-hommage-national-sera-rendu-a-l-enseignant-assassine-vendredi-annonce-l-elysee_6056408_3224.html
[3] Le Monde del 25 de octubre, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/10/24/conflans-comment-le-terroriste-a-cherche-d-autres-cibles-sur-les-reseaux-sociaux-avant-samuel-paty_6057197_3224.html
[4] Le Monde del 25 de septiembre, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/09/25/plusieurs-blesses-dans-une-attaque-a-l-arme-blanche-dans-le-11e-arrondissement-a-paris_6053596_3224.html
[5] Villasante abril de 2015, El reclutamiento de jóvenes para la guerra santa islámica y los atentados en Francia, Memoria n° 16 (20 de abril) http://idehpucp.pucp.edu.pe/el-reclutamiento-de-jovenes-para-la-guerra-santa-islamica-y-los-atentados-en-francia/
[6] Villasante noviembre de 2015, Los atentados de París y la expansión del Estado Islámico en Francia, https://idehpucp.pucp.edu.pe/opinion/los-atentados-de-paris-y-la-expansion-del-terrorismo-del-estado-islamico-en-francia/
[7] Le Monde del 19 de octubre, Attentat de Conflans : les dernières révélations de l’enquête, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/10/19/attentat-de-conflans-nous-etions-convaincus-que-ca-allait-mal-finir_6056528_3224.html
[8] Ver el Informe Un islam français est possible, 2016, https://www.institutmontaigne.org/ressources/pdfs/publications/rapport-un-islam-francais-est_-possible.pdf
[9] Badinter, L’Express, https://www.lexpress.fr/actualite/societe/elisabeth-badinter-cela-ne-peut-plus-se-regler-dans-le-pacifisme_2136804.html
[10] Le Monde del 23 de octubre, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/10/23/apres-l-attentat-de-conflans-le-gouvernement-veut-renforcer-la-protection-des-fonctionnaires-et-le-controle-des-reseaux-sociaux_6057123_3224.html
[11] Le Monde del 23 de octubre, https://www.lemonde.fr/societe/article/2020/10/19/apres-l-attentat-de-conflans-de-nombreux-imams-condamnent-l-assassinat-de-samuel-paty_6056566_3224.html
[12] Le Monde del 22 de octubre, https://www.lemonde.fr/idees/article/2020/10/21/une-deroutante-cecite-americaine-face-au-phenomene-du-djihadisme-dans-l-hexagone_6056765_3232.html
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