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Revista Ideele N°295. Diciembre 2020Si de años catastróficos hablamos, el 2020 se lleva el mayor premio. Un año atípico en todos los aspectos de la vida y como tal el fútbol no fue la excepción. Pasaron ochenta y dos años para que Alianza Lima perdiera la categoría por segunda vez en su historia. Para los conocedores del fútbol, no es la primera vez que el club de La Victoria deja la primera división del fútbol nacional. Fue en el año 1938 que se dio este hecho que esperaban no se repitiera nunca más.
Podríamos decir que el descenso de Alianza fue la crónica de una crisis anunciada que inició con la partida de Pablo Bengoechea. El técnico uruguayo consiguió con el equipo blanquiazul un campeonato y dos subcampeonatos nacionales, la mejor racha del club en años. Parecía que habían encontrado el rumbo y la fórmula, pero todo fue un sueño, sólo un sueño. Y eso es lo que pasa cuando se tiene a dirigentes que creen saber que es lo mejor para el club y terminan generando exactamente lo contrario.
La caída de Alianza Lima no es más que la suma de malos factores que lo llevaron a su actual situación. La contratación de jugadores con una fama cuestionable fuera de las canchas, la salida de jugadores que fueron pilares fundamentales en temporadas anteriores, la idea de tener que cambiar de estilo de juego y la renuncia del entrenador que les dio todo. Sumado a ello, vino una pandemia mundial y una cuarentena que dejó a los jugadores confinados en sus casas durante varios meses, perdiendo ritmo y entrenamiento. El peor escenario posible para que el club perdiera la categoría.
Así como Alianza Lima, otros grandes equipos han caído y resurgido mucho más fuertes. Sin irnos muy lejos el descenso más recordado y polémico del fútbol se dio en Argentina: River Plate descendió a la segunda división del fútbol argentino en el año 2011 y hoy es uno de los equipos más coperos del continente de la mano de Marcelo Gallardo como director técnico. Asimismo, muchos de los grandes equipos brasileños han llegado a la baja, entre ellos Corinthians en el 2007, Vasco da Gama en 2008, Inter de Porto Alegre en 2016 y el más reciente Cruzeiro el año pasado.
En Europa la historia se repite. El descenso más reciente fue del Hamburgo en el 2018, dejando al Bayern de Múnich como único equipo de la Bundesliga que nunca ha perdido la categoría. En Inglaterra la mayoría de grandes equipos han jugado en la segunda división, con la excepción del Arsenal. Mientras que, en Italia, la historia de sus descensos se ve envueltas en grandes polémicas extradeportivas. El Milan perdió la categoría dos veces en tres años, la primera en la temporada 79/80 por fraudes deportivos y la segunda en el 81/82 por malos resultados. De la misma manera, la Juventus de Gigi Buffon dejó la Serie A en el 2006 por un escándalo de apuestas y arreglos de partidos que lo llevaron a perder la categoría.
Se podría seguir con los ejemplos de grandes equipos alrededor del mundo que descendieron y volvieron para poner el nombre de sus clubes en lo más alto del fútbol mundial, porque parte de este increíble deporte es que todo puede pasar. La pregunta ahora es ¿Alianza Lima podrá lograrlo? La ilusión de la hinchada es ver a su equipo renacer de las cenizas y volver a ser ese club ganador, pero será difícil.
Esa es la mayor incertidumbre para todos sus hinchas. La gran reestructuración de Alianza está más lejana que nunca. Hoy en día es un club sin proyecto deportivo, sin una administración confiable, sin un plantel unido que dé la cara por el club y sin jugadores que se sientan identificados con los colores de la camiseta. Tal vez esta sea la oportunidad para que el club se replantee sus objetivos y planifique a largo plazo el futuro blanquiazul.
Sin duda, es triste ver como uno de los grandes equipos peruanos ha llegado a una situación tan lamentable como la actual: vemos a un Alianza Lima sin rumbo, perdido. Esperemos que, por el bien del fútbol peruano, el club de La Victoria encuentre el camino de regreso a primera división, luchando por el campeonato y, por qué no, representándonos a nivel internacional.
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