El Perú sufrió durante varias semanas intensas lluvias; los ríos crecieron y las quebradas que bajan de las vertiente andinas se activaron. Existió un caos generalizado, en el que nadie controló los torrentes que arrastraron todo y destruyeron la precaria infraestructura que encauzaba las aguas. Solo rezamos para que las lluvias terminen, sin ninguna posibilidad de respuesta.
Según el alcalde de Lima, Luis Castañeda, “la naturaleza superó a la ingeniería”. Esta frase será famosa por mostrar el bajo nivel cultural de nuestras autoridades y su pobre accionar al frente de instituciones que deberían cumplir roles de planificación y prevención. Nuestro rol como técnicos es analizar el problema, detallando los factores que originan el fenómeno meteorológico y sus implicancias en los daños a las ciudades y poblaciones; además, ser cuestionadores y críticos del accionar de las autoridades y otros encargados, cuyo nivel profesional, como ha quedado claro, es bajo y refleja la realidad de la pobre educación universitaria en el país. Es necesario también realizar un diagnóstico de las causas políticas. Debe analizarse los factores naturales, técnico-ambientales que ocasionaron este desastre y determinar quiénes son los responsables, porque sino corremos el riesgo de no aprender las lecciones nos dejan fenómenos naturales previsibles. De igual manera, debemos ser capaces de presentar algunas alternativas y soluciones para mejorar como sociedad resiliente ante los desastres.
Un fenómeno global
Las inundaciones son un fenómeno global que puede causar devastación generalizada, daños económicos y pérdidas de vidas. El impacto de las inundaciones se magnifica cuando la escorrentía superficial tiene contaminantes como metales pesados, cargas orgánicas, sólidos suspendidos, aceites y grasas, ya que, al secarse, el polvo contiene varias sustancias muy peligrosas para la salud de la población.
Además, este tipo de desastres ponen en peligro la seguridad hídrica, lo que afecta el comportamiento de las personas y origina caos y actitudes poco solidarias, tal como se vivió recientemente en Lima. Las fuentes de suministro de agua potable son afectadas por estos fenómenos climáticos, creando zozobra sobretodo en la población de menos recursos.
Estos riesgos son denominados “extensivos” en lenguaje técnico, y se caracterizan por ser de poca o mayor gravedad (como ahora) pero recurrentes, por lo tanto se les puede mitigar. Estos riesgos no son visibles y suelen subestimarse, ya que son asumidos por hogares y comunidades de bajos ingresos y los pequeños negocios. Los daños que acarrean son cuantiosos. Se reporta pérdidas de hasta US$100.000 millones de dólares debido a este tipo de riesgos en 85 países a nivel mundial. En el país, hasta ahora, se cuenta más de 100 muertos y se ha mencionado la cifra de US$ 7,000 millones de dólares para la reconstrucción, lo que, en suma, representa uno de los mayores desastres registrados en América Latina. Un flagelo que se traduce en la pérdida de “años de vida humana”, que significan el tiempo necesario para producir el desarrollo económico y progreso social.
El aspecto político
El país, hace más de una decena de años, tiene una plataforma denominada “Acuerdo Nacional”, donde se viene discutiendo temas que interesan al país y en la cual participan, se supone, los técnicos y políticos más connotados y capacitados.
En esta plataforma se ha incluido la política de estado N° 32 sobre gestión de riesgos de desastres. Pienso que hay que reorientar el enfoque de esta agenda e incluir temas prioritarios, que deben ser plasmados en leyes referidas al ordenamiento territorial, cuidado del medio ambiente, planes ante el cambio climático y desarrollo sostenible, donde la gestión de riesgo es un elemento clave.
En el gobierno de Alan García se promulgó la Ley N° 29664, que crea el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de desastres (SINAGERD), el cual lamentablemente no ha logrado actuar y desarrollarse en la forma debida. Estos sistemas nacionales en varios sectores no funcionan, no logran implementar los procesos por falta de capacidad de los encargados en las instituciones y los políticos y gestores, falta de articulación entre las instituciones y falta de profesionales competentes en puestos claves.
Además, existe un Plan Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (PLANGERD, 2014–2021), en el que se define las zonas de riesgos (existen mapas de riesgo para 170 ciudades del país) y las personas y viviendas que serían afectadas, el cual no ha sido considerado en la planificación de las diferentes ciudades y poblados. Existe un sitio web denominado “Perú sin riesgo de desastres” como medio informativo, se crearon varios organismos burocráticos para activar el plan como el PREDES, CENEPRED y el existente SINADECI, que reemplazó al antiguo INDECI (Defensa civil).
Debe existir UNA SOLA institución descentralizada, que articule y coordine con las múltiples oficinas centralistas encargadas de la prevención y gestión de riesgos de desastres, la cual debe poner en práctica los componentes (gestiones: prospectiva, correctiva y reactiva) de la política nacional de gestión del riesgo e implementar obligatoriamente los 4 procesos: Estimación, Prevención-reducción, Preparación-planificación y Reconstrucción en todos los Municipios y verificar el cumplimiento de estos y su inclusión en los planes de desarrollo. Es importante evitar la superposición de competencias en los distintos espacios gubernamentales. El país debe invertir en forma prioritaria en obras de prevención (drenaje pluvial, defensas ribereñas etc.) y utilización, que en Ecuador se ha denominado proyectos “Multipropósito”, y hacer funcionar los sistemas de alerta temprana y planes de contingencia para afrontar las crisis climáticas, así como tomar en cuenta los planes de mitigación y adaptación ante el cambio climático.
¿Por qué ocurren las inundaciones?
Las inundaciones las producen diversos factores.
Factores Ambientales – Fenómenos climáticos naturales
El fenómeno que se ha presentado en las costas de Ecuador y Perú corresponde a una variabilidad climática, relacionada a la influencia acumulativa de las ondas Kelvin cálidas, de las cuales la más reciente continúa impactando la costa central y norte, a la persistencia de la banda secundaria de la Zona de Convergencia Inter Tropical (ZCIT) observada, a las anomalías de vientos del norte y a los procesos de retroalimentación océano-atmósfera en el Pacífico Oriental.
También la costa sudamericana sufre los fenómenos recurrentes de El Niño y La Niña, que son cíclicos y abarcan todo el Pacífico, y cuyas influencias son a nivel mundial y tienen efectos diferenciados en distintos países de la región.
Con respecto a la influencia del cambio climático en esta crisis climática, ello está por estudiarse. Es necesario tener en cuenta que para hablar de cambio climático debemos hacer estudios sobre escenarios para períodos de 30 a 40 años y demostrar los cambios ocurridos en el Sistema Climático. El calentamiento global asociado al cambio climático debe influir como consecuencia de un clima más caluroso, también algunos patrones meteorológicos pueden verse afectados, dando lugar a un incremento del riesgo de inundación; otros patrones, como la frecuencia de tormentas, pueden ser impactados e incrementarse la frecuencia de estos fenómenos, o la duración y regularidad de las sequías.

“‘La naturaleza superó a la ingeniería’. Esta frase será famosa por mostrar el bajo nivel cultural de nuestras autoridades y su pobre accionar al frente de instituciones que deberían cumplir roles de planificación y prevención”.
Factores Geológico–Geomorfológicos
La zona costera del norte del Perú se caracteriza por presentar un clima caluroso y con fuerte vientos; además, los territorios son grandes desiertos áridos, que son cortados por numerosas quebradas y otras en formación que corresponden a la escorrentía de las aguas que ocasionalmente bajan de las vertientes andinas en tramos cortos, y por lo tanto el caudal y velocidad se incrementan rápidamente. En esencia son suelos arenosos y su capacidad de infiltración puede ser rápidamente colmatada por lluvias intensas. Estos datos geomorfológicos, que traducen el origen de los relieves y formas, están influenciados por el clima, la litología y la estructura geológica, los cuales deben ser tomados en cuenta en el diseño y construcción de las obras civiles necesarias para prevenir inundaciones. Además, es necesario hacer trabajos detallados en la red de drenaje y cauces, así como gestionar la cuenca hidrográfica de manera integral, es decir, generando información básica de toda la cuenca para poder controlar y gestionar los riesgos. Por lo tanto, datos como tasas de precipitación anómala y el período de retorno (50 o 100 años), deben estar considerados en los cálculos del diseño de obras y modelamiento hidrológico e hidráulico para estimar los riesgos. Los estudios de suelos son claves para la localización de los cimientos en los puentes.
Factor Urbanización – Ordenamiento territorial
Los factores antrópicos son muy relevantes en el análisis que nos ocupa. Uno de ellos es el factor de Urbanización, es decir, el creciente aumento de áreas construidas y densamente pobladas. América Latina tiene la mayor tasa de urbanización de todas las regiones en desarrollo. Las tasas han aumentado desde 1980, pasando aproximadamente del 50 % al 80% de la población que viviendo en un contexto urbano (al año 2015).
Los potenciales impactos de las inundaciones para este medio urbano son especialmente grandes y sus consecuencias muy graves para la sociedad, como venimos experimentando, además del efecto que tiene la urbanización por la ocurrencia de la pavimentación, la cual facilita la escorrentía y el ciclo hidrológico.
El ordenamiento urbano
Hace por lo menos tres décadas que los procesos de ocupación del suelo en los medios urbanos en todas las regiones del Perú se dan de forma desordenada. Son frecuentes las situaciones en las que la población vulnerable y más pobre, por falta de otras opciones, se asienta en zonas de riesgo de peligro. Además, estos asentamientos se caracterizan por construcciones de baja calidad, sin especificaciones técnicas, sin infraestructura ni servicios básicos, y ninguna posibilidad de resistencia a los embates de las corrientes. Todo esto resulta en un mayor riesgo de inundación en estas zonas, además de que se asegura que las poblaciones más vulnerables y más pobres son las más afectadas por los eventos de desastre natural como los eventos de inundación.
La mayoría de asentamientos humanos (A.H.) son precarios, muchos de ellos fueron desarrollados rellenando cauces antiguos, o en los bordes de ríos o quebradas o zonas ecológicamente sensibles. Los procesos de ocupación irregular en zonas de riesgo deben ser prioritariamente prohibidos, pero se da el caso de que actualmente son autorizados por algunos municipios en combinación con traficantes de terrenos. Esta situación continúa por la corrupción de los políticos y exacerba la gravedad de las consecuencias de las inundaciones.
El ordenamiento urbano es un factor muy importante en la gestión de riesgo de desastre de inundación. Los proyectos de ley (5) presentados al respecto, deben ser revisados por especialistas y una comisión técnica con profesionales capacitados asesorar a los congresistas, para que se den estas leyes prioritariamente, en el marco de la etapa de reconstrucción.
El factor Drenaje urbano – El ordenamiento del agua
El drenaje urbano es uno de los aspectos de la gestión del recurso hídrico menos atendido en el país, porque no se conoce el concepto y sus alcances. La respuesta de las instituciones al crecimiento poblacional urbano desde la década de los 50 ha sido priorizar las inversiones en agua potable y alcantarillado. Al mismo tiempo, se han producido rezagos en las inversiones de otros tipos de infraestructura como el drenaje pluvial o el tratamiento de aguas residuales. Tampoco se ha priorizado el manejo integral de residuos sólidos.
La influencia humana ha sido nefasta en varias quebradas y ríos, el arrojo de desperdicios a las márgenes y la emisión de efluentes de diversas actividades como plantas industriales, plantas textiles, hasta clubes de esparcimiento. En el caso de los botaderos, los residuos sólidos son arrastrados hacia los sistemas de drenaje pluvial, comprometiendo su funcionamiento y presentando un incremento en el riesgo de inundación.
El problema de las obras civiles, la falta de inversión en infraestructura para el manejo de las aguas de las lluvias, es crítico; además, obras como pistas y carreteras sin cunetas de drenaje, mala calidad del asfalto y puentes sin buena cimentación, ha dado lugar a una catástrofe con cuantiosas perdidas y daños en varias ciudades y poblados del país. Importante: Los ingenieros civiles y otras especialidades deben tener el aval del Colegio de ingenieros del Perú (CIP), el cual, al habilitarlos, debe asegurar que están capacitados y también ser responsables en cuanto a capacidades profesionales demostrables, con proyectos realizados y años de experiencia en obras. El control debe ser muy riguroso teniendo en cuenta que los profesionales que hace algunos años salen de las universidades peruanas muestran una preparación deficiente, por lo que es necesario capacitarlos en forma intensiva.
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Las instituciones del estado (INGEMMET, ANA) deben realizar estudios de los complejos mecanismos hidrológicos de las cuencas urbanas en las diferentes regiones del país; existe una gran variedad de tipos de inundaciones y de causas, que deben ser entendidos. Es muy importante incrementar las estaciones meteorológicas para que brinden información en tiempo real y aporten datos claves para entender el comportamiento hidrológico de las cuencas, aspecto especialmente importante en un contexto de adaptación al cambio climático. La especificidad de cada problemática en cada cuenca, la falta de estudios en todos los aspectos relevantes para el diagnóstico del sistema de drenaje pluvial (técnicos, económicos, sociales, ambientales, institucionales y financieros) hacen que el mapeo de vulnerabilidad y estimación de riesgos de inundación en el país sea un gran desafío.
Existen las Empresas Prestadoras de Servicios (EPS), que, aunque andan mal en su funcionamiento, deben fortalecerse, ya que son las que deben asumir el reto de la elaboración de los expedientes técnicos de las obras y manejo de la licitación relacionados con los aspectos del sistema de drenaje pluvial. El Ministerio de Transportes y saneamiento debe articular y coordinar entre los ejecutantes (contratistas) y asesorar a las instituciones responsables (municipios), y por supuestos proveer los recursos necesarios, lo que asegurará que muchas ciudades del país logren disponer de las herramientas para la planificación integral del sistema de drenaje pluvial, para la gestión integral del riesgo de desastres de inundación.

“Se debe hacer estudios e investigaciones bajo el marco de la mitigación y adaptación al cambio climático, donde el objetivo sea reducir las vulnerabilidades tanto físicas como sociales, para estimar el riesgo, delimitarlo y cuantificarlo”.
La gestión del riesgo de inundación
El riesgo de desastre de inundación se olvidafácilmente y solo viene a la mente cuando ocurre un evento desastroso. Entonces la reflexión es, “Esmuy importante pensar también en los desastres naturales cuando no están ocurriendo” y tener un enfoque preventivo, no solo correctivo a estos eventos.
Ya conocemos y hemos detallado las características de los factores naturales de tipo meteorológico y los antrópicos que dan lugar a las inundaciones, donde la precariedad a todo nivel exacerba la problemáticafísico – social asociada a las inundaciones;entonces se debe actuar con planificación técnica, inversión pública priorizada para mejorar la infraestructura, que permita mitigar los efectos de estas amenazas.
Una pregunta clave ¿Porque en el Perú, no se ha realizado el drenaje pluvial en ninguna ciudad?, sobre todo teniendo las experiencias de los dos fenómenos del niño (años 82 -83 y años 97 – 98), donde también el norte del país sufrió inundaciones notables.
Además podemos enumerar varias causas:
-No existió informes técnicos donde se presenten losanálisis de las causas, ni tampoco un diagnostico detallado de donde había que reforzar la infraestructura en los lugares donde los problemas fueron críticos.
-La incapacidad del aparato estatal para realizar las inversiones necesarias para crear la infraestructura.
-Falta de una buena dirección técnica e ineficiencia y falta de profesionales capacitados en los equipos de las instituciones encargadas
-La corrupción existenteen las EPS, donde existe una carencia de profesionales capacitados en la gestión integral del agua.
-Falta de estudios e investigaciones enfocadas a la gestión del agua para encontrar alternativas de solución a los múltiples daños,pérdidas y problemas relacionados con la salubridad, relacionados a los riesgos extensivos-.
La falta de priorización en las tareas e inversiones en infraestructuras, se ha dado porque no existe una sola entidad responsable, con la autoridad para planificar, implementar el ordenamiento territorial y hacer que la reglamentación se respete.
La gestión del Riesgo de Desastres debe ser integral incluyendo tres enfoques: gestión prospectiva, para evitar la acumulación de nuevos riesgos, gestión correctiva, buscando reducir los riesgos existentes y la gestión compensatoria para fortalecer la resiliencia de las personas y comunidades. ¿Esto cómo se consigue? Con un cambio de chip en el arte del desarrollo urbano, con prácticas integradas de gestión en nuestra planificación.
Para la reconstrucción, debemos basarnos en análisis técnicos detallados de las causas del desastre, algunas ya las mencionó aquí,pero hay que precisarlas con un mapeo detallado de las zonas inundadas y las vulnerabilidades existentes en las zonas urbanas y rurales y de la población. Después es muy importante como se hará la planificación de la reconstrucción, que se debe priorizar, lo cual debe estar a cargo una comisión mixta (público – privada). El primer tema en debate debe ser, como integrar la GRD en nuestros procesos de planificación, ordenamiento territorial, gestión ambiental y de inversión pública.Tal vez lo más crítico a enfrentar, es ser conscientes de la precariedad de nuestras instituciones, políticas centralistas, y cuestionar que si no han sido capaces de prevenir, como lograran abordar una reconstrucción exitosa.
¿Qué hacer?
Hay que cambiar el enfoque en el arte del desarrollo con prácticas integradas de gestión en nuestra planificación, es decir gestión integral que comprende: gestión de la amenaza, gestión de la vulnerabilidad, gestión de la emergencia y gestión de la rehabilitación y reconstrucción, resumiendo gestión en la prevención y mitigación.
El trabajo planificado que debe realizarse debe ser actualizado constantemente, las inversiones en infraestructura de drenaje urbano es prioritario para evitar las inundaciones; esto debe cumplirse como política de estado y tener un plazo definido (ej. 5 a 10 años).Los recursos deben ser priorizados para la implementación de las actividades que son necesarias para la gestión del sistema de drenaje pluvial así como la sostenibilidad de los mismos.
El enfoque de cuenca hidrológica, es necesario para manejar el riesgo de inundación y se debe tener en cuenta la intersectorialidad para manejar estos riesgos. Es importante tener en cuenta que muchas veces se confunde los sistemas de drenaje pluvial con los sistemas del alcantarillado sanitario o combinados, por lo que es clave establecer las responsabilidades, como por ejemplo si solo el municipio o el ministerio correspondiente se encargará de la realización de las obras públicas y definir el responsable del mantenimiento del sistema de drenaje pluvial, y asegurar los recursos para que estas entidades cumplan cabalmente su función.
Es crucial hacer un correcto y detallado mapeo de las zonas afectadas por las inundaciones y sobretodo identificar los puntos donde el rio o los huaycos se desbordaron y porque ocurrió en esos lugares.
Seleccionar muy bien los especialistas, el equipo debe ser multidisciplinario, si es necesario buscar asesoría extranjera y tomar en cuenta casos de éxito de reconstrucciones en otros países.
Se deben hacer estudios e investigaciones bajo el marco de la mitigación y adaptación al cambio climático, donde el objetivo sea reducir las vulnerabilidades tanto físicas como sociales, para estimar el riesgo, delimitarlo y cuantificarlo, y así logar mitigar los efectos de los peligros de inundación.
Las EPS deben ser restructuradas urgentemente desde los directorios y divisiones técnicas, el fortalecimiento debe ser con personal seleccionado en base a la meritocracia y experiencia.
Para abordar los estudios requeridos deben crearse alianzas estratégicas con las universidades y empresas para realizar las investigaciones.
También es necesario reducir los costos asociados al manejo de las aguas pluviales, tanto en cantidad como en calidad, así como la minimización de sus potenciales impactos aguas abajo. Hay que considerar estos conceptos fundamentales del drenaje urbano sostenible, para lo cual se debe buscar alternativas para la detención e infiltración de las aguas en todo su recorrido mediante estanques, plazas jardines, etc. Para estos fines de minimización y/ o ralentizamiento de la escorrentía, existen y se están usando infraestructuras verdes, como pavimentos impermeables, jardines en los tejados.
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