El crecimiento del PBI al cierre de 2016 sería al parecer ligeramente superior al 4% anual. No es un mal número si se le compara con los resultados probables más reducidos para la mayor parte de las economías de la región. La economía internacional estuvo convulsionada y la situación se puso más compleja luego del Brexit y la elección de D. Trump como Presidente de los EE.UU. Asimismo, internamente fue un año de transición política donde el ganador obtuvo la victoria con un margen pequeño mientras que desafortunadamente la oposición tuvo una victoria aplastante en el Congreso.
Menor inercia
Las cifras no son tan hermosas como parece. El sector minería e hidrocarburos aumentó poco más de 18% anual explicando 2.6 puntos porcentuales de ese crecimiento. La diferencia atribuible a los otros sectores productivos es de apenas 1.6 puntos porcentuales. Por otra parte, si bien la población ocupada en Lima Metropolitana creció 0.9% anual, el crecimiento de los adecuadamente empleados hasta octubre ha sido sólo del 0.1% anual mientras que los subempleados han aumentado a una tasa del 2.4%. Tenemos crecimiento económico concentrado con poca generación de empleos de calidad.
El buen desempeño de la minería se explicó por la entrada en operación de Las Bambas y Cerro Verde y de los mayores volúmenes producidos de Shahuindo, El Brocal, entre otros proyectos, fruto de los programas de inversión llevados a cabo desde años atrás. Los sectores construcción y manufactura continuaron decreciendo. Asimismo, este año fue menos dinámico que 2015. Los sectores no extractivos generaron que la economía sólo creciera alrededor de 1.6%, mientras que en 2015 el concepto equivalente fue 1.9%. Asimismo, mientras que en 2016 prácticamente no hubo crecimiento de la población adecuadamente empleada, en 2015 esta creció 1.6%. El país perdió inercia aún de sus sectores extractivos. En cuanto a otras variables económicas, tanto en el caso de la inflación diciembre/diciembre como en la promedio, el BCRP superaría el rango meta establecido. La balanza comercial sería ligeramente positiva, con un aumento del volumen físico, caída en los precios de las exportaciones y deterioro de los términos de intercambio.
Oportunidades perdidas
Efectivamente resulta complejo gobernar en un entorno en que la mayoría parlamentaria está en manos de un partido de oposición. A pesar de esto, el Poder Ejecutivo perdió una oportunidad importante al no haber planteado inicialmente una reforma significativa en la estructura del Poder Ejecutivo, retroceder en la estrategia de diversificación productiva y en abandonar la construcción de un nuevo consenso económico-social. Al respecto, la estructura actual del Poder Ejecutivo es ingobernable, razón por la cual hay que reintegrar ministerios y organismos; evitando la existencia de islas desarticuladas. Un tema particularmente grave es el haber mantenido relegado el planeamiento estratégico y el análisis prospectivo. El país, al igual que antes, sigue sin rumbo claro
Otro tema grave ha sido el retroceso en el tema de la diversificación productiva donde esta se está circunscribiendo a profundizar el trabajo de las Mesas Ejecutivas para reducir barreras burocráticas y regulatorias. Todo el trabajo relativo a buscar espacios en las cadenas de valor internacionales y el de mejorar los clusters embrionarios de las diferentes regiones está siendo abandonado, incluyendo el desplegado por las Cites. Si las acciones del gobierno anterior en la materia eran limitadas, ahora el retroceso es desafortunadamente evidente. En la misma línea de lo anterior, este gobierno siguió con la misma agenda pro empresarial donde la culpa de todos los problemas está en la tramitología, los impuestos y los sobrecostos laborales. El país nuevamente ha perdido otra oportunidad, bajo el liderazgo de PPK, de lograr un nuevo balance de todas las fuerzas económicas y sociales. La estrategia sigue siendo la misma que antes.
De todas las iniciativas económicas hay que reconocer positivamente la relativa a la política fiscal anticíclica y la reducción del impuesto a la renta de personas naturales de bajos ingresos. Sin embargo, se cometieron serios errores al mantener al Presidente anterior del BCRP que no acompañaría estas políticas anticíclicas. Asimismo, es un grave problema que la reforma del sistema de inversión pública y de promoción del sector privado ignore al Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan). La mayor incidencia del gobierno en la agenda de la desregulación parecería ser un simple placebo.
Perspectivas económicas 2017
Antes del Brexit y de los resultados electorales de los EE.UU. el panorama de los precios internacionales de las materias primas para el mediano plazo no era positivo. Ahora con estos eventos la situación tiene un sesgo más recesivo y volátil en todos los mercados de capitales, de valores, y de los commodities. Aún no se puede descartar el estallido de burbujas en cualquiera de los mercados anteriores que podría detonar una crisis de gran magnitud. El ajuste de la tasa de interés de la FED puede ser una peligrosa oportunidad en estas últimas semanas de diciembre de 2016.
Tampoco hay asidero alguno para escenarios más optimistas que los actuales. Es poco probable que el programa de infraestructura anunciado por D. Trump sea del impacto anunciado y cualquier mayor gasto en armamento y defensa ya no tendría los encadenamientos productivos de los años cuarenta, cincuenta o sesenta del siglo pasado. A la tendencia constante de los precios de las materias primas que producimos, hasta 2021 y 2025, sólo se ha agregado más inestabilidad.
La situación política interna se ve extremadamente compleja por el creciente acoso del fujimorismo desde el Congreso de la República. Es poco probable que se puedan cumplir las previsiones para el sector exportador por el entorno internacional. Las reducciones de impuestos podrían tener un efecto positivo por el lado del consumo privado de los estratos medios y bajos. El presupuesto público recientemente aprobado refleja un incremento marginal para el gasto corriente y la inversión pública respecto de 2016, por lo que no se avizoraría una mejora significativa.
Asimismo, como resultado de ese panorama externo convulsionado las metas de inversión privada establecidas por el BCRP y el MEF se ven difíciles de alcanzar en 2017, a la par de que la ejecución de los grandes proyectos de inversión pública privada continúan con los problemas heredados del gobierno anterior. Repetir la tasa de crecimiento del 4% de 2016 en 2017 desafortunadamente se ve poco probable.
Deja el primer comentario sobre "Economía 2016: ¿Buena suerte y mediocridad?"