Recuerdos del último medio siglo

(Mensaje a la nación de Juan Velasco Alvarado en el primer aniversario)

Hay quienes afirman que todos nuestros problemas se inician el 3 de octubre de 1968 con el Golpe de Estado de Velasco Alvarado, de quien afirman que era y es el ídolo de la izquierda peruana. Nada más falso, la izquierda de esa época consideraba al velascato como un reformismo falsamente revolucionario y. jamás pensó que ese régimen era un logro mayor. Como recordarán algunos coetáneos de nuestras épocas universitarias en los setenta, la izquierda odiaba a Velasco. Se me viene a la memoria el canto de las marchas de aquellos tiempos que decía: “Queremos a Consuelo colgada de un farol y al Chino de Velasco con las tripas al sol. Militares temblad, el pueblo triunfará…”.

En todo caso, para ellos fue entonces ‘cuándo se jodió el Perú’, allí empezó la historia, prefieren no acordarse del Perú anterior. Ese es un error mayúsculo, porque olvida las causas de ese Golpe. En otras palabras, interpreta que se da porque se le ocurrió a un general izquierdista, olvidando las lecciones de la historia. Las revoluciones y en general los hechos históricos tienen causas y también consecuencias. Por ejemplo, la Revolución francesa también tuvo sus causas, a nadie se le ocurriría afirmar hoy que ésta fue el resultado de unos locos que tomaron la Bastilla o de Danton o del terror instaurado por Robespierre. La Revolución francesa, como todas la otras (Rusa, China, etc.), fue el resultado de un largo período de incubación. Con esto no quiero descartar que los intelectuales (la Enciclopedia), los líderes, etc., tuvieran un rol, pero también que éste no hubiera sido posible sin los antecedentes que conocemos. También la Revolución Velasquista tuvo sus causas sin que por esto pretenda restarle importancia al propio Velasco.

Como lo he dicho en reiteradas publicaciones, considero que a Velasco, a Abimael y a Fujimori, por mencionar a algunos, los produjimos los peruanos, especialmente, la clase dirigente que nunca miró más allá de sus narices (sus balances de fin de año) y que siempre pensó que si las cosas se complicaban se tomaban un avión y se iban a vivir a Miami. Por decirlo de manera burda: Sendero Luminoso no hubiera sido posible en Suiza.

Hay otro elemento que no podemos olvidar y es la coyuntura histórica que se vivía en los setenta. No había caído el Muro de Belín, en esa época la mayor parte de intelectuales creía en el socialismo, entendido como control centralizado de la economía, concepto que todavía subsiste en mucha gente que ha atado indisolublemente una cosa a la otra, olvidando que hay un socialismo democrático y con economía de mercado como el de los países escandinavos. La mayor parte de la intelectualidad europea simpatizó con la Revolución Peruana en sus inicios y muchos habían puesto sus esperanzas en ella. Sin embargo, lo que se demostró con su fracaso es que los grandes cambios no se pueden hacer desde arriba, que es necesario que nazcan desde abajo, que sean producto de la maduración y educación de los pueblos que reclaman sus derechos. En la historia hay una permanente dialéctica entre quienes tienen privilegios (conservadores o de derecha) y los que no (liberales o de izquierda) y estos últimos reclaman y van ganando terreno de tal manera que hoy tenemos una serie de logros (jornada de 8 horas, beneficios sociales, vacaciones, etc.) que hubieran sido considerados imposibles cuando Marx hizo los análisis que lo llevaron a escribir sus obras. Aquí agrego otro error frecuente en los comentarios de hoy: “el capitalismo, le ha ganado la batalla al socialismo”. Nada más falso, el capitalismo de hoy está teñido de socialismo. De alguna manera se puede afirmar que vivimos la síntesis hegeliana de la tesis capitalista y la antítesis comunista. Los logros laborales ya mencionados, los derechos humanos, la propia democracia, el Estado Constitucional de Derecho, la igualdad de razas, del hombre y la mujer, etc., en buena parte, se deben al temor que se tuvo al comunismo desde las revoluciones rusa, china e incluso cubana. Muchos líderes en los Estados Unidos estaban aterrados con que semejante posibilidad se diera, así lo muestran las conductas de Hoover y McCarthy, entre otros, quienes hasta la Perestroika creían que el comunismo se les venía encima, irremediablemente.

Algo de suma importancia fue la caída del Muro en 1989, es decir que casi coincidió con el inicio del gobierno de Fujimori. Ese hecho desnudó el fracaso del comunismo soviético e hizo evidente que el modelo estatista de planificación centralizada de la economía no funcionaba. Por supuesto, que no fue de inmediato y tomó tiempo en hacerse evidente, pero ya mucha gente, sobre todo en Europa, lo tenía claro. Ese fue el caso de Mario Vargas Llosa (MVLL) quien incluso había roto con el castrismo en 1971 por el caso Padilla, enemistándose con buena parte de sus pares intelectuales, que explica su prédica liberal bastante antes de la Caída del Muro y su discurso para las elecciones de 1990, cuando las noticias sobre la debacle del bloque soviético recién se empezaban a conocer en estos lares. Además, hay otro elemento que coadyuva a que el gobierno del Chino enrumbe hacia las ideas liberales (como recordarán el predicó todo lo contrario durante la campaña electoral) y es el éxito económico de Chile, nuestro vecino, que había iniciado el camino con los Chicago Boys liderados por Hernán Büchi.

Considero que a Velasco, a Abimael y a Fujimori, por mencionar a algunos, los produjimos los peruanos, especialmente, la clase dirigente que nunca miró más allá de sus narices 

Otro dato poco recordado es el de la trascendencia, durante ese gobierno, de Montesinos, quien se coló a las inmediaciones de Fujimori apenas éste fue elegido a través de ‘Cucharita’ Díaz (al que poco después defenestró) y, como recordarán, lo llevó al Círculo Militar, le mostró el Plan Verde y le organizó el Autogolpe casi desde el inicio del gobierno, dos años antes. El 5 de abril no fue como sostienen algunos una necesidad en medio del caos, sino un caos cuidadosamente preparado por Montesinos. Si se revisan los diarios de esa época se comprobará que el Chino, guiado por su asesor, buscó enfrentarse con el Congreso, permanentemente, y muchas veces sin fundamento (Felipe Osterling, entonces Presidente del Senado, narró como durante un viaje en avión trató de conversar con el Chino, pero éste se hizo el dormido durante todo el trayecto). Lo increíble (mérito de Montesinos) es que no se dieron cuenta y creo que todavía hay mucha gente que no es consciente de esto. Si algún día Vladimiro publica sus memorias habrá muchos sorprendidos.

Fue entonces (el autogolpe), cuando MVLL –quien no había dicho una palabra contra el gobierno de Fujimori durante casi dos años, desde el final de la segunda vuelta– pidió el bloqueo para derrocar al golpista, pero otra vez el ‘Asesor’ supo vender, mediante una prensa manipulada a un pueblo ignorante que MVLL era un traidor que predicaba contra su país, cuando eso es lo que se hace internacionalmente contra los dictadores para derrocarlos. En todo caso, al final la OEA y el resto del mundo obligaron al Chino a llamar a elecciones, pero claro ya el terreno estaba preparado y el apoyo al Gobierno era mayoritario.

Como muchas veces he dicho, el Chino fue en realidad una marioneta de este Rasputín peruano que fue quien verdaderamente gobernó y entre otras cosas indujo a Fujimori en un viaje a Washington a proponerle a Rodríguez Pastor el Ministerio de Economía y como este último no estaba interesado lo derivó a Bologna. Fue éste el que empezó a aplicar una economía de corte liberal en nuestro país, claro que con la cancha allanada por Montesinos quien tenía a toda la oposición chantajeada y manipulaba al pueblo a través de los diarios chicha y varios de los otros que se alinearon. El problema es que el poder corrompe y así es que cuando en 1997 se vino la crisis, ya no tuvieron como sostenerse y empezaron a hacer barbaridades más graves que las que habían venido haciendo. El Fujimorato no solo destrozó la frágil institucionalidad del Perú, sino que lo corrompió moralmente, pero eso no se ve, no es tan claro como las mejoras económicas, sin embargo es muy dañino y grave. De alguna manera explica la frase ‘roba, pero hace obra’. Las que acabo de mencionar son las verdaderas razones del antifujimorismo, su núcleo duro, y no la implantación del neoliberalismo, como sostiene algunos, quienes, sin ningún sustento, afirman que este multitudinario movimiento (según las encuestas 45%) es de izquierda. Buena parte no lo es. ¿Alguien podría decir que Bullard o Ghersi son de izquierda? No resiste ningún análisis. Los antifujimoristas –me cuento entre ellos– somos los que creemos en el respeto a los derechos humanos, una verdadera democracia, la institucionalidad, la sujeción a las reglas éticas, un proceder con mínimos morales. Se les podría llamar, como dije en un artículo anterior: ‘demócratas participativos’, porque están en contra de firmar un cheque en blanco al nuevo gobierno a cambio de que les solucione los problemas sin importar cómo, que es lo que caracteriza al los ‘autoritarios delegativos’ (fujimoristas). La pretendida excusa de que en la política todos son corruptos hace eco del viejo adagio: ‘mal de muchos, consuelo de tontos’.

Sobre el autor o autora

Alonso Núñez del Prado Simons
Magíster en Derecho de la Integración y en Derecho Constitucional. Master of Business Administration (MBA), graduado en Lingüística y Literatura, Filosofía. Fundador y director ejecutivo del Observatorio de Cumplimiento de Planes de Gobierno. Profesor universitario, árbitro de la Cámara de Comercio y conferencista. Presidente y director de varias entidades del sistema asegurador.

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