Rescatados del Vraem

(Foto: Andina)

Mientras se avanzaba por el jirón Puno del Cercado de Lima, las puertas del CETRO “Casa del niño trabajador San Martín de Porres” se encontraban abiertas de extremo a extremo. ¿La razón? La expo feria de un grupo de niños de la misma institución que vendían sus trabajos. La feria y los niños no tendrían nada de extraordinario si no fuera porque se trata de un grupo de menores que, entre otros, fueron arrancados del Vraem y la producción de la cocaína.

1. El rescate de los niños del narcotráfico
En la selva alta del Perú se encuentra la zona de mayor producción de la cocaína del mundo, a este lugar se le llama el Valle del Rio Apurímac y Ene (Vraem) y comprende los departamentos de Ayacucho, Cusco y Junín.

Un menor de edad a quien llamaremos “Jorge” vivió toda su infancia en la localidad de Pichari, distrito de Kimbiri (Cusco). Él junto a otros amigos se ha dedicado desde los 7 años a aplastar el mayor número de hojas de coca durante el día y a cuidar los pozos de maceración por las noches. A los menores que aplastan la coca se les llama “pozeritos”, ellos son parte de la cadena de producción de la cocaína que luego será consumida en distintas partes del mundo. Jorge nos dice:

“Yo era “pozerito” desde los 7 años, ese era mi trabajo, consistía en pisar la coca. Después de ser “pozerito” pasas a ser “mochilero” y luego te dedicas a comerciar y a crear tu propio pozo, yo sé todo. Poco después aprendí a macerar la coca, mezclarla con amonio y sacarle el cloro, también se empaquetarla. Es un trabajo en el que te pagan bien, te dan 70 soles por 3 horas, pero que te hace mucho daño. […] Lo más terrible que he vivido fue ser testigo de la muerte de varios de mis amigos; estas se producían por las disputas que se dan entre diferentes grupos de las pozas. Al día siguiente de los enfrentamientos, algunos amanecían con heridas de bala o muertos, pero lo peor de todo es que tú no puedes hacer ni decir nada, solo miras. [Erick] era mi vecino, cuidaba de noche el pozo, parece que otro grupo quería entrar al pozo y lo mataron. En la mañana vinieron los policías y se llevaron su cuerpo, pero no dijeron nada, solo quemaron el pozo […].”

Testimonios como el de “Jorge” se replican en muchos otros niños que realizan este tipo de trabajos en el Vraem. No son voluntarios acérrimos de la producción de la cocaína, sino arrastrados por la ausencia de posibilidades pero también por la imposición del crimen organizado. Probablemente, “Jorge” pudo haber seguido el camino de su vecino “Erick”, es decir, la muerte o crear su propio pozo, y así mantener el ciclo de la producción de la droga en nuestro país. Al final, esto no sucedió, y parece que el destino de la vida de “Jorge” aún no está echado al haber ingresado a un CETPRO que dirige la Policía Nacional del Perú.

2. CETPRO “Casa del niño trabajador San Martín de Porres”
Si bien muchos creen que el papel de la policía se restringe a investigar, reprimir o realizar acciones de enfrentamiento ante cualquier acto delictivo que se comete, el lado preventivo también es otra importante función de nuestra policía. El CETPRO “Casa del niño trabajador San Martín de Porres” es un ejemplo de ello.

El CETPRO “Casa del niño trabajador San Martín de Porres” es un centro de educación técnico- productivo para niños en estado de vulnerabilidad que se encuentran entre los 11 y 18 años, está bajo la administración de la Policía Nacional a través de la Dirección Ejecutiva de Seguridad Ciudadana y tiene como encargado al coronel PNP, Walter Arrué Pereyra. Este centro fue creado en el año de 1994, desde ese año tiene un convenio con el Ministerio de Educación, quienes han brindado, mediante la UGEL 3, el local donde actualmente se ubica en Jr. Puno 412 (Cercado de Lima), los profesores de los distintos talleres que se ejecutan y el pago de los servicios de agua y luz. Por su parte, el Inabif es la entidad que provee alimentos frescos en forma semanal y mensual respectivamente. De la misma manera, la policía provee materiales de oficina para actividades de la gestión propia. Además de ello, también se tiene la gestión de algunas donaciones por parte de diferentes entidades como el Comité de Damas de la PNP o la Asociación de Damas del Mininter. Una institución que funciona con la articulación, pequeña, pero de distintas dependencias públicas.

Acerca del personal que se encarga de preparar los alimentos, un grupo de los policías son los designados para realizar esta actividad (desayuno, almuerzo, cena). Con respecto a la limpieza, dicha actividad forma parte del proceso de formación de cada uno de los niños y adolescentes, quienes con la ayuda de los tutores, establecen un horario para cada actividad. En cuanto a sus prendas de vestir cada uno trae consigo algunas prendas, a la par también se consiguen mediante donaciones.

Lo más terrible que he vivido fue ser testigo de la muerte de varios de mis amigos; estas se producían por las disputas que se dan entre diferentes grupos de las pozas. Al día siguiente de los enfrentamientos, algunos amanecían con heridas de bala o muertos

2.1. ¿De dónde son y cómo traen a los niños?
El mayor número de niños provienen de zonas vulnerables. El Vraem y sitios andinos de extrema pobreza son dos de ellos. El procedimiento de ingreso de los menores al CEPTRO inicia con la convocatoria que se realiza a través de la difusión de materiales educativos, charlas informativas, proyección de videos e información casa por casa a través del personal policial según cada región. Luego se efectúa la selección a través de entrevistas a los niños y padres. Finalmente, se realizan las últimas coordinaciones con el personal policial de cada región y las autoridades respectivas – en algunos casos con los padres- para costear el pasaje de los niños.

2.2. Lo que hacen en el CETPRO
La atención que reciben los menores es integral. Primero como atención y adaptación, después con el ingreso a la educación regular y el complemento con carreras técnicas.

Actualmente los 50 niños que se encuentran están distribuidos de acuerdo a su edad. El personal que se encarga del cuidado y monitoreo de los niños es un grupo policial, compuesto entre varones y mujeres, previamente capacitado en temas de infancia y adolescencia, quienes actúan como tutores las 24 horas; además asumen el acompañamiento socioemocional y académico. A todo ello, se suma también la labor de los docentes especializados en educación técnico productivo de la UGEL 03, quienes realizan su labor en el turno mañana por espacio de 4 horas pedagógicas en los seis talleres. Los talleres son: carpintería, gasfitería, mecánica de producción, cuero y calzado, gastronomía y artesanía. En los talleres no solo aprenden una actividad sino un oficio para la vida, por ejemplo, quienes se inscriben en mecánica de producción saldrá aprendiendo operatividad de máquina, estructuras metálicas y soldadura, quienes se encuentren en el taller de artesanía y manualidades saldrá haciendo sandalias, modelado, adornos, enlozado y sed de vajillas.

Aparte de estos servicios con los que cuenta esta institución, el área técnica, a través de los tutores monitorean el aprendizaje tanto a nivel técnico como en la educación básica regular que reciben en los diferentes colegios a los que asisten, como el centro educativo República de Bolivia en el caso de secundaria y en la institución educativa Divino Niño Jesús en primaria, entre otros colegios adyacentes. Si se aprecia algún problema de aprendizaje o sociabilización, los niños son derivados al servicio de psicología para su atención y seguimiento.

La rutina que llevan los participantes de lunes a viernes es la siguiente: se levantan a las 6 de la mañana, realizan su plegaria, su aseo personal; a las 7 desayunan; después a las 8 inician los talleres que escogen; llegado el medio día van a almorzar; seguidamente van a sus colegios; al volver tienen dos horas obligatorias de estudios; después cenan; y finalmente se van a descansar. Durante los fines de semana se realizan actividades deportivas, recreativas y culturales. Los sábados se realizan deporte, calistenia y fulbito en la Unidad de Salvataje – Barranco; los domingos, paseos por el centro histórico de Lima acompañados por los tutores, en los que se incluyen visitas a museos y plazas turísticas.

Generalmente también se realizan encuentros en coordinación con el programa chicos y chicas de la Gerencia de Educación de la Municipalidad Metropolitana de Lima y participan en las actividades que dicho programa tiene, como pasacalles, festivales, entre otros con motivo de fechas alusivas a la infancia y adolescencia.

3. Una nueva vida
El destino de “Jorge” cambió con el CETPRO. Él ahora ya no quiere ser un “pozerito”. Sabe que cuando regrese a Kimbiri (Cusco) no verá a varios de sus amigos ya que algunos están muertos y otros continúan su trayectoria en el narcotráfico. Sabe que muchas cosas no volverá a ser como antes, incluso él mismo. Aun así se siente contento, incluso se anima a dar un consejo a los jóvenes y a contarnos lo que hará más adelante.

“Mi consejo para los jóvenes es que estudien, que cambien, piensen en sus familias, no serán siempre jóvenes. [Ahora] yo quiero ser policía de la Dinandro, porque quiero acabar con los pozos, sé cómo es la vida allá, sé dónde están las pozas, sé todo”.

La historia de “Jorge” junto a la de otros 50 menores que se encuentran en el CEPTRO ha cambiado de manera radical. La distancia del mundo del narcotráfico pero también las oportunidades de continuar sus estudios y aprender carreras técnicas marcan un antes y después en la vida de ellos.

Sobre el autor o autora

Arturo Huaytalla
Sociólogo, con postgrado en Psicología por la UNMSM. Especialista en seguridad ciudadana. Ha publicado el libro “Cuando los cerros bajan. Estudio de la violencia delictual en dos barrios limeños”.

Deja el primer comentario sobre "Rescatados del Vraem"

Deje un comentario

Su correo electrónico no será publicado.


*