Luego de los enfrentamientos ocurridos en La Parada2, la prensa buscó responsables. Los protagonistas que identificó fueron los “vándalos” y “delincuentes” que bajaron de los cerros, específicamente de los barrios de San Cosme y El Pino. Descendieron para enfrentarse a la policía y saquear los negocios del entorno.
Esta asociación entre determinados espacios y el concepto “delincuentes” no es casual; de hecho, permite advertir que la inseguridad y su percepción se distribuyen de manera desigual, tal como lo han demostrado especialistas como Shaw y McKay (1942). Algunos lugares son considerados como más peligrosos e inciden en la perturbación y la tranquilidad de otros. Esta asociación nos lleva a preguntar: ¿Cómo unos cuantos barrios microfocalizados han logrado calar en el imaginario como sitios altamente peligrosos?
Segregación social de barrios y medios de comunicación
La sensación de ser víctima de algún delito en los próximos doce meses asciende aproximadamente a 9 de cada 10 personas3. Esta sensación varía de acuerdo al lugar donde se encuentre. Por ejemplo, la percepción de inseguridad podrá ser distinta cuando un foráneo esté cerca de un lugar tildado de peligroso, como lo son San Cosme y El Pino. Probablemente, el lector ha reconocido alguno de los nombres sin necesariamente conocer más que solo el nombre y, ha modificado sus interacciones cuando estuvo en sus alrededores. Los barrios antes mencionados son solo dos muestras de espacios en los que la distribución de la inseguridad no solo es realmente existente, sino que también creada por los medios de comunicación y otros agentes. En el fondo, expresan una drástica modificación del imaginario urbano y la forma de desarrollar las relaciones de los sujetos según su procedencia barrial. El efecto de esto es el enrejamiento y el control del acceso en diversos espacios, ademas de la autorepresión de algunos para no ingresar a los barrios esquematizados como violentos.
Ambos barrios constituyen referentes simbólicos de una localización diferente o peor a otros lugares. Son para algunos zonas “sucias” de donde bajan los “vándalos” a poner en peligro la vida e integridad de los otros. En esta presentación y exposición de formas de ser un barrio, han contribuido indistintamente los medios de comunicación. Para mostrar un caso, se ha revisado lo que publicó un diario de circulación nacional durante tres años4. La presentación de lugares peligrosos podría deberse a una imagen ganada a pulso por los sujetos que delinquen, a la sobreexposición mediática y los mercados múltiples que se concentran en sus alrededores. Una imagen nada nueva si se escarba en el tiempo: las asociaciones de estos barrios con desventajas sociales y con el delito datan desde el inicio de la formación de las barriadas en el Perú, allá en 1946, con San Cosme.
Probablemente una de las primeras noticias sobre San Cosme fue tratada por El Comercio en el año 19515. El encabezado de la noticia dice: “Mordida por una rata murió una criatura” y los detalles de la noticia señalan que los padres dejaron durmiendo a su hijo en su vivienda “poco salubre” e “inhabitable”. Cuando la policía analiza el motivo de muerte del menor, se encuentra con que el niño no contaba con una de sus orejas por los mordiscos del roedor, las mordeduras también fueron encontradas en la cabeza del infante. Estas evidencias se confirman con lo señalado por Merino de Zela, ella dice: “fue en 1952 que se inició la moda periodística de tratar de las barriadas, explotando políticamente su miseria y tachando el ambiente pernicioso. Los hechos parecen demostrar que fue a partir de entonces que se convierte en centro de concurrencia de gentes indeseables…”6
Así pues, la segregación de barrios tildados de peligrosos y excluidos no es nueva, como tampoco la división socio territorial de zonas inseguras y otras muy inseguras. Cabe destacar que al poner en observación cómo un medio de comunicación reproduce algunas cosas de los barrios de San Cosme y El Pino, no se intenta idealizar ni restar importancia al serio problema de la violencia y delincuencia que realizan y sufren, sino más bien pretende mostrar qué dicen los medios de comunicación escritos sobre ambos barrios.
Las noticias de un diario
Los medios de comunicación reproducen noticias sobre lugares específicos y en varias noticias se recuentan al barrio sin tener que hacer asociaciones de ubicación más que solo el nombre del mismo y algunos sucesos que otros han dicho, es decir, anotan la noticia con el nombre del mismo barrio.Se trata de un lugar claramente ubicado, lo cual permite entrever que hay al menos un reconocimiento explícito (para su lector) del lugar en mención. Cabe anotar que esto no pasa con todos los lugares, sino más bien parece ser un ejercicio particular que ha logrado calar en el imaginario y se ha constituido en una referencia. La novedad es el contenido que se le impone al lugar. Por ejemplo, en la noticia de La República: “Ultrajan y matan a una niña de 6 años en el cerro El Pino”7.
En la acumulación de significaciones de ambos barrios destacan algunos elementos. El panorama es diverso. Existen diferentes actores, espacios y acciones realizadas, aunque hay una persistencia en considerarlos como territorios altamente peligrosos por los delitos cometidos, entre ellos resaltan el asesinato, robo, violación, y problemas que refuerzan esta consideración como alcoholismo, hacinamiento, pobreza y enfermos con tuberculosis. Así pareciera que San Cosme y El Pino encarnan los principales males de la sociedad. En otros casos, los barrios se convierten en un referente de ubicación para lugares cercanos. En una noticia de La República8, destacan al Cerro El Pino para referirse al mercado de autoparte de San Jacinto. “… en el mercado de autopartes robadas, San Jacinto, ubicada en San Luis, frente al cerro El Pino”. Se trata también de un lugar que sirve como referencia para otros espacios del entorno.
Ahora bien, de los tres años de revisión hemerográfica, se encontró que al mes se produce casi una noticia sobre alguno de los dos barrios. La mayoría de noticias están dedicadas a aspectos asociados a delitos. De ellas, cabe resaltar que el grueso alude a las acciones violentas de mayor connotación (muerte, suicidio, incendio, extorción) mientras que las actividades delictivas más comunes como robo y hurto aparecen de modo marginal.
Se hallaron 33 noticias de San Cosme y El Pino. Del total, se pueden dividir en 18 noticias negativas y 15 no negativas. Por negativo se entiende un acontecimiento problemático (muerte, violación, incendio, alcohol, drogadicción, hacinamiento), por no negativo lo que resta. Entre el primer grupo destacan 4 muertes que pueden presumirse como homicidios, dos incendios que tuvieron como desenlace la muerte de un niño, dos noticias de una violación, una disputa de construcción civil, detección de deficiencias en centros que tratan la tuberculosis, tres noticias sobre tuberculosis, un suicidio, un robo, cuatro noticias sobre enfrentamiento en la ex Parada y el barrio que se cruzan con pago a delincuentes y ex emerretistas, y una detención de extorsionadores. Con este panorama es difícil no imaginarse a estos barrios como peligrosos.
Mientras que en las noticias no negativas destacan dos grupos. La mayoría de ellas se dio luego de la violencia en la ex Parada. La primera resalta a los actores del mismo barrio, y la segunda -la más común-, a los que no pertenecen al entorno pero intervienen en él, la municipalidad y policía son dos ejemplos. Las noticias que destacan a los protagonistas del mismo barrio han sido solamente dos. Se trata de una noticia sobre los “buenos vecinos de la Parada” y apunta que en los cerros San Cosme y El Pino también existe “gente buena con ganas de salir adelante”9. La otra noticia trata sobre el Cerro El Pino, subraya que la junta vecinal y la policía se han organizado para combatir la delincuencia10. En el segundo grupo están la marcha contra la violencia, construcción de infraestructura como el parque del Migrante, el parque San Cosme y el hospital de la Solidaridad, esta última propuesta no logró concretarse. Otras noticias son el programa de lucha contra la tuberculosis, la limpieza de calles, donación de árboles y la celebración de navidad. En ese sentido, la caracterización de los sujetos del barrio no es estrictamente negativa, también conviven con los “buenos vecinos”, aunque se refuerza la primera imagen.
Si se mira a detalle, las noticias no negativas responden a un problema que intenta ser mejorado: marcha contra la violencia, programa contra tuberculosis, creación de parque (ausencia de espacios públicos), limpieza (presencia de basura), construcción de hospital (ausencia de servicios básicos como la salud). Así pues, las noticias no negativas, en realidad están asociadas también a las negativas. Para una mejor apreciación véase el siguiente gráfico en donde el color rojo muestran las noticias negativas y el verde su contrario, así mismo, la proporción del cuadro permite advertir el tamaño de la noticia en el diario (pequeño, mediano y grande). Por ejemplo, la primera noticia de enero de 2011 es una noticia negativa que fue cubierta en aproximadamente la mitad de una página. A continuación se muestran en el gráfico 1.

Fue en 1952 que se inició la moda periodística de tratar de las barriadas, explotando políticamente su miseria y tachando el ambiente pernicioso.
Aunque puede considerarse que los medios de comunicación tildan del mismo modo a ambos barrios, se evidencia que existen noticias asociadas a actividades delictivas y sociales que no se reproducen de la misma manera en el otro barrio. Por ejemplo, en el Cerro El Pino, La República resalta una violación, mientras que en San Cosme no se registró ninguna. Los reportes de violación parecen corresponder a la asociación que establecen las personas con este barrio: “En El Pino violan”, dicen. Mientras que en San Cosme, la noticia que destacan se refiere a la tuberculosis. La República publica tres noticias sobre la tuberculosis. No es extraño, pues el estudio de Fuentes Tafur señala que “el Cerro San Cosme posee una tasa de morbilidad por TBC de 1347 por 100000 habitantes; casi diez veces el promedio nacional”11, con lo cual, se convierte en el lugar con mayor tuberculosis del Perú. Así pues, mientras el barrio de San Cosme es tildado como infestado de delincuentes y “tuberculosos”, el Cerro El Pino es catalogado como abarrotado de delincuentes y violadores.
Imaginarios urbanos de la delincuencia: sujetos y espacios
La elaboración de los sujetos como víctimas y victimarios muestra una vez más la separación social de las personas y de los espacios. El victimario es una persona diferente al común, en algunos casos hasta reconocible por el lugar de procedencia. San Cosme y el Pino son vistos como barrios provistos de este tipo de personas supuestamente reconocibles. Mientras que la víctima pueden ser cualquier persona, incluso uno mismo. Esto probablemente ha dado como resultado que los medios de comunicación refuercen figuras en espacios definidos llamados peligrosos. Estas formas de exponer la noticia hacen que se sobrevalore los aspectos negativos del sujeto, los lugares y lo que hacen.
Este periódico, al igual que otros, destaca el detalle de la violencia, aunque en menor medida si lo comparamos con los diarios populares, que inciden en ésta, destacando las imágenes más sangrientas. El uso de las fotos en las noticias está hecho de tal modo que muestre un instante del acontecimiento. Esta imagen es, por lo general, posterior al crimen y destaca dos actores: víctima y victimario. No sólo se trata de una exposición acumulada de noticias violentas en espacios específicos, sino de una presentación de las mismas que cargarán el imaginario sobre estos lugares como barrios distantes y tildados de peligrosos, al punto de estigmatizarlos.
Los actores que componen las imágenes, al igual que la descripción de la noticia, presentan una regularidad. En las noticias no negativas sobresalen autoridades locales, personas del barrio ( niños y adultos), además de maquetas de futuros proyectos, el mismo cerro como referencia y la policía; en la noticias negativas figura el policía que llega al barrio cuando el problema ya terminó, y el delincuente que puede tomar la forma de homicida, ladrón, violador, tuberculoso. La víctima, que puede ser hombre, mujer o niña; o la comunidad que pide justica. Dependiendo de la noticia destacan algunos. Cabe resaltar que las figuras delictivas, en su mayoría, han sido asumidas desde una lógica masculina. Ponemos el ejemplo de la siguiente noticia: “Permanecieron cautivas más de una hora. Efectivos policiales pusieron a salvo ayer a seis personas, quienes fueron tomadas como rehenes por varios delincuentes armados que asaltaron una cabina de Internet.”12
Otro aspecto a considerar son los espacios que describen y detallan los medios. Acá se percibirán aspectos notables, pues, según las descripciones, el lector podrá elaborar una referencia sobre los barrios: cómo son éstos por dentro. Se trata de los espacios donde se producen las noticias, tales como el cerro y la vivienda, el mercado, la comisaria, la cantina y la obra en construcción. Las palabras que asocian a ambos barrios son el hacinamiento, la basura y lugar maloliente. En algunas notas este diario presenta el lugar en detalle. Por ejemplo: “Un laberinto de calles estrechas y escaleras malolientes, habitadas por perros que se jactan de sus escuálidos cuerpos, y varios rostros huraños que se asoman con poco disimulo por las polvorientas ventanas de las casas que están hacinadas, son la primera fotografía que ofrece el Cerro San Cosme”13.
El mensaje que se construye mediante contenidos, incide lo que se piensa de estos lugares. Los mensajes no siempre corresponden con la realidad. Cuando los medios describen a los actores de San Cosme o El Pino, no lo hacen ubicando algunas zonas y actores del barrio en específico,y diferenciándolos del resto. Para ser justos, habría que otorgar espacio a los protagonistas e incorporar su palabra en lo que dicen los medios de sus propios barrios.
La voz de los protagonistas del barrio
Cabe anotar que los sujetos de ambos barrios también son protagonistas y expresan una opinión sobre los medios de comunicación. En general, se puede sostener que existe una confrontación parcial del discurso que plantea el medio escrito con lo que señalan los protagonistas del barrio.
Los residentes son conscientes de la imagen negativa que se les ha atribuido. No niegan que exista delincuencia en su barrio; sin embargo, consideran que esa imagen ha sido exagerada, pues la violencia y criminalidad son solo una dimensión que practican un grupo de personas. Así lo hacen notar en las siguientes entrevistas. “Los medios de comunicación deberían investigar un poco, no dejarse llevar por lo que dicen. Dicen, por ejemplo, que en El Pino han robado, que siempre roban. Y no es así. También deben ver también el otro lado, porque El Pino tiene cosas buenas. Por ejemplo, te puedes parar a las 2 o 3 de la tarde y ves que los chicos se van a la universidad. Hay muchos jóvenes que trabajan y estudian, que mantienen a su familia, y esas personas son para quitarse el sombrero. Pero no. ¡Dicen que el Pino es delincuente!”, sostiene Matilde. “No dicen la verdad, se dejan llevar por lo que otros ya han dicho. Acá creen que es como la favela de Brasil. La zona de abajo es un poco peligrosa, pero arriba (el cerro) no.”, refuerza Lucía.
De este modo, la delincuencia en ambos barrios es practicada sólo por un grupo de personas. La entrevista a Matilde nos dice que existen otros grupos: los jóvenes que estudian y trabajan;, mientras que Lucía distingue claramente el lugar peligroso que se encuentra en las faldas del cerro por el circuito comercial. En el fondo, ambas destacan que la delincuencia es un asunto de casos y no masificado, de ahí que muestre a los jóvenes que estudian o destaquen que la parte alta de San Cosme no es peligrosa.
Ahora bien, cabe destacar que las informaciones reportadas en los periódicos no son las mismas a lo largo del tiempo: varían y cobran fuerzas diferentes según los acontecimientos o las conexiones del barrio con otros espacios. Los integrantes de ambos barrios acentúan sus discrepancias con lo que se dice en los medios de comunicación, según los momentos. En ambos casos, consideran que antes la delincuencia era peor, y ahora “ha mejorado”. Lo que no significa que la prensa dejará de lado la imagen negativa sobre ambos lugares. Probablemente con el correr de los años estas imágenes se renovarán, y otros lugares, hasta ese momento desconocidos, tomarán formas de sitios peligrosos. Por ejemplo, algunos barrios de la provincia del Callao, entre ellos, Loreto y Castilla14.
Por otra parte, a una señora que se le preguntó si los medios de comunicación informan con la verdad, ella respondió: “No, es peor”. Al parecer esta respuesta esconde un asunto: Los medios de comunicación informan un hecho delictivo o suceso trágico, y en muy pocos casos noticias positivas. Y lo cierto es que en estos barrios se producen situaciones de este tipo que los medios no transmiten necesariamente, pues no se consuma el acto delictual. En ambos barrios hay situaciones de violencia que son ocasionada por algunos y no por todo el barrio.
Del modo que fuese, la violencia y delincuencia han sido rasgos regulares no exclusivos en ambos barrios, pero de ningún modo para la población es la identidad de grupo. En todo caso, es una identidad aborrecida que los medios de comunicación fortalecen.Los medios de comunicación informan; sin embargo, el problema es cómo lo hacen. (Por un lado se muestra la imagen de delitos violentos y las personas experimentan la delincuencia común.) Así pues, la imagen de barrios peligrosos no solo es dada por los actos delictivos en lugares específicos, sino también por la construcción escrita.
1Agradezco la colaboración en la revisión hemerográfica a Julio Méndez, Daniel Salvatierra, Mauricio Salcedo y Vanesa Dávila.
2El ex Mercado mayorista N°1 “La Parada” data del año 1945 y había sido el principal centro de abastos para la ciudad de Lima. Desde los años 70 se intentó trasladar al distrito de Santa Anita, y recién se consigue reubicar en octubre del año 2012. El primer intento ocurrió el día 25 y resulto fallido, se produce un enfrentamiento entre policías, comerciantes y delincuentes. Es el 27 de octubre que con 3000 policías se instalan los bloques de concreto para impedir el acceso al centro de abastos. El saldo, en general, fueron 101 detenidos, 4 muertos y miles de soles en pérdidas. A fines del mismo año, se decide construir el Parque del Migrante, donde antes estaba “La Parada”.
3INEI. (2014). Informe técnico de seguridad ciudadana N°4. Pág. 83. En: http://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/boletines/boletin-seguridad_w…
4La indagación se realizó a través del análisis de contenido de lo publicado durante los años 2011, 2012 y 2013 en el diario La República, también se agregaron dos entrevistas de residentes en cada barrio. Sin bien la indagación pudo provenir de los llamados diarios populares, la intención fue mostrar que la forma de elaborar un discurso que reconstruya el imaginario de barrios peligroso sobre lo descrito y, en relación a la experiencia, es aún más amplia que un grupo de periódicos, de hecho, la prensa escrita es solo una alternativa al abanico de posibilidades. Por otro lado, se asume que lo señalado por este medio escrito supera la anotación del periodista como sujeto y responde a una forma de elaborar la noticia como institución.
5El Comercio, 10 de noviembre 1951(edición tarde).
6MILDRED MERINO. (1958). El Cerro San Cosme, formación deuna barriada. Tesis UNMSM. Pág.52.
7La República, 2 de enero de 2011.
8La República, 3 de agosto de 2013.
9La República, 11 de noviembre de 2012.
10La República, 22 de julio de 2012.
11FUENTES-TAFUR, Luis Alberto (2009). “Enfoque sociopolítico para el control de la tuberculosis en el Perú”, en: Revista Perú Medicina Experimental Salud Publica. 26(3): 370-79. Pág. 372.
12La República, 18 de octubre de 2013.
13La República, 15 de julio 2012.
14Los nombres han sido intencionalmente cambiados.
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