La educación inicial cumple 90 años y aún no retorna

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Revista Ideele N°298. Junio-Julio 2021

El primer jardín estatal empezó a funcionar un 25 de mayo de 1931 en el Parque de La Reserva, hoy Parque de las Aguas, como una medida de presión ejercida por la pionera de los jardines de la infancia, Emilia Barcia Boniffatti, para lograr que las autoridades educativas cumplieran la promesa de proporcionarle el local con el que pudiese recrear la experiencia del “Kindergarten Moderno” que tanta acogida tuvo en su natal Iquitos. Una innovadora propuesta pedagógica que motivó al Presidente Augusto B. Leguía, trasladarla a Lima. No pudo inaugurar su inicio porque fue derrocado por Sánchez Cerro.

Hoy, a 90 años de este importante hito, se han reproducido escenarios pedagógicos congregando a niños de 4 y 5 años en espacios públicos como la pérgola del centro de la ciudad de Trujillo, a la sombra de un árbol de mangos como en Pucallpa, los niños volvieron a los parques, con el respaldo e impulso de la Municipalidad de Lima y en otros con  restricciones de parte del serenazgo como en Surquillo y La Punta, esta vez no a falta de un local sino porque es una primera medida de retorno a la semi presencialidad, tal como lo formula la modalidad Aprendo en Comunidad formulada por el Ministerio de Educación.

El retorno a los establecimientos educativos, en espacios abiertos y bien ventilados, es un tema que tiene defensores y detractores dependiendo de la información que se maneje. Y he allí el problema: cuánto de información rigurosa se ha divulgado y cuánto está direccionada por el miedo que transforma mitos en corriente de opinión y decisiones de decisiones de autoridades y familias.

Si antes se pensaba que la herencia genética era la que determinaba el presente y futuro de una persona, hoy sabemos que son las condiciones que le ofrece el hogar, el ambiente en el que crece es el determinante. La mala noticia es que la mayor parte de niños y niñas del Perú, no las tiene dentro de su hogar, pero sí en los servicios de Educación Inicial. Y el confinamiento está dañando su salud mental con efectos de disminución de sus capacidades que forma parte de ese equipamiento con el que viene dotado todo niño y niña, sea cual fuere su familia y su contexto. De acuerdo a la evidencia científica si el lenguaje se retrasa, también ocurrirá lo mismo con su trayectoria escolar.

Las opiniones en contra del retorno sostienen que son 148 los niños fallecidos, 0.0049% de la población infantil que suma 3,005, 362 niños menores de 6 años. ¿Se ha divulgado tuvieron enfermedades previas como cáncer, problemas neurológicos, respiratorios previos? ¿Se conoce de algún niño menor de 6 años que estando completamente sano enfermó de COVID 19?  Y hoy que la población se ha familiarizado con el manejo de cifras ¿dominan la proporción de niños contagiados en relación al total de la población? Cifras del MINSA: 25,886, que representa el 0.86% de la población de la primera infancia. De cada 10 consultas pediátricas, seis son por problemas de salud mental que tienen efecto en el retraso de su desarrollo. ¿Sabe la población que los niños menores de seis años son los que menos contagian de acuerdo a la evidencia científica que contradice aquello de que son los mejores portadores del virus? ¿Por qué esta información no ocupa titulares? Si todos los medios y no sólo el colectivo Retorno Seguro lo divulgasen, las familias adoptarían otra actitud. Y es que la opinión de las personas se forma por su experiencia personal, que en muchos casos es la de un familiar joven o adulto fallecido por COVID y lo que los medios divulgan con efecto inmediato: el temor paralizante y no la información que pasa por la razón para contar con más elementos de juicio para una decisión.

Sabiendo que los más pequeños, los que aún no llegan a los 6 años no se contagian y no contagian y que están padeciendo problemas de salud mental, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud porque requieren  socializar con sus pares y aprender en espacios fuera de su hogar en forma presencial ¿Por qué no, pensando en ellos han sido las maestros de inicial las primeras en ser vacunadas? ¿Por qué aún sigue siendo un pequeño grupo de profesionales y familias que abogan por la vacunación de las maestras y el retorno a la semi presencialidad?

Un grupo de padres de familia, del colectivo “Volvamos a Clases Perú” y profesionales de “Retorno Seguro” se plantó frente a la sede de San Borja a mediados de mayo y luego representantes de los padres de familia se reunió presencialmente con la Vice Ministra Killa Miranda el pasado 24 de mayo, para solicitar el pronto retorno a las aulas. La respuesta fue hacer el mismo pedido al Ministerio de Salud, autoridad rectora que decide las condiciones epidemiológicas. Sabemos que el Ministerio de Educación prepara la emisión de una norma que abra el camino a la semi presencialidad, como ya se hizo en países como Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Argentina, Chile entre otros y siendo América Latina el continente que ha experimentado la cuarentena más larga del mundo y evidenciará esto en millonarias pérdidas de capital humano y de PBI que representan el 7.3% sólo en los primeros 13 meses de cierre.

El Ministro de Educación ha anunciado que serían los maestros de las zonas rurales los que tendrían un lugar preferencial para la vacuna ¿y por qué no los de la zona urbana que representa la mayor concentración de la población estudiantil donde los niños menores de 6 están presentando retraso en el lenguaje oral,  por la falta de intercambios verbales y experiencias directas en otros escenarios estimulantes como son las aulas de su jardín donde todo está dispuesto a la medida de sus intereses y necesidades? ¿Por qué no arrancar ya, inmediatamente con el consentimiento de los padres allí donde haya condiciones a modo de pilotos que sirvan para corregir posibles errores y mejoren la experiencia para alentar a la comunidad de vecinos y local?

La buena noticia es que el ser humano en sus primeros seis años de vida tiene la mejor oportunidad de desplegar todas las capacidades con las que viene equipado. Si antes se pensaba que la herencia genética era la que determinaba el presente y futuro de una persona, hoy sabemos que son las condiciones que le ofrece el hogar, el ambiente en el que crece es el determinante. La mala noticia es que la mayor parte de niños y niñas del Perú, no las tiene dentro de su hogar, pero sí en los servicios de Educación Inicial. Y el confinamiento está dañando su salud mental con efectos de disminución de sus capacidades que forma parte de ese equipamiento con el que viene dotado todo niño y niña, sea cual fuere su familia y su contexto. De acuerdo a la evidencia científica si el lenguaje se retrasa, también ocurrirá lo mismo con su trayectoria escolar. Porque si la anemia provoca deterioros en la salud pero se puede recuperar el retraso en el lenguaje es más difícil de revertir. Esta es información que los medios de comunicación en aras de información para buenas y oportunas decisiones debiera dominar.

La conmemoración del bicentenario es una oportunidad para evaluar cuánto estamos haciendo para que la democracia sea un sistema que asegure el acceso y ejercicio de todos los derechos. La mayor riqueza de un país está en las personas y si éstas logran que todo su potencial se despliegue en el momento oportuno, entonces la primera infancia es un asunto de prioridad pública y estratégica. Su derecho a aprender cuando 700 a 1000 conexiones sinápticas se producen a cada minuto, oportunidad que no se vuelve a repetir en la maravillosa arquitectura cerebral,  y desarrollarse es la estrategia más inteligente para asegurar el desarrollo con mirada de corto, mediano y largo plazo.  Oportunidades de aprendizaje y desarrollo para que cada niño y niña fortalezca su singularidad valorando su cultura, lengua materna, su familia de procedencia, bajo la premisa de que cada uno de ellos es único e irrepetible.

Sin embargo, el cierre de los diversos tipos de establecimientos que brindan cuidado y educación están afectando esas potencialidades que aun los padres no identifican como alarmas para su desarrollo, como el retraso en el lenguaje asociado a la movilidad y desplazamiento en espacios fuera del hogar, al temor que se ha instalado en ellos y que limita su capacidad de socializar fuera del círculo familiar.

Entonces para la mayor parte de la población infantil permanecer confinado en casa, sin lugares recreativos seguros y limpios cerca de su domicilio lo que ha hecho es que la televisión, cuando llega la señal, sea el único medio de conexión que captura por cortos momentos su atención con el mundo exterior.

Los niños, para desarrollar su arquitectura cerebral requieren de experiencias directas como visitar un mercado y observar la variedad de productos que se expenden, explorar las plantas y subirse y abrazarse de los árboles, observar y aprender a relacionarse con los animales, experimentar la germinación de semillas, pintar con las manos y los pies en espacios amplios y viendo las rutas que dejan las huellas de otros niños, caminar sobre sardineles sin caerse, trepar y sortear obstáculos por libre iniciativa. Pero, sobre todo, aprender a jugar, a compartir y negociar acuerdos, en lugar de disputar con otro niño el uso de un juguete, a experimentar en un espacio estimulante acondicionado para alentar sus sentidos y sensibilidad a la medida de sus intereses y necesidades para ir descubriendo e interesándose por comprender cómo se mueve el mundo y cómo funciona la vida.

En un país donde las familias son diversas, monoparentales, nucleares, extendidas, sustitutas y donde muchas sólo cuentan a su interior con uno o dos hijos menores de 6 años, la socialización con otros niños es una necesidad imperiosa de aprendizaje de convivencia y si está mediada por un adulto que les demuestra capacidad para canalizar sus intereses y procurar condiciones para la satisfacción de sus necesidades individuales al mismo tiempo que las de todo el grupo, aprenderá que las pautas de convivencia son vitales.

Si fuera noticia que el jardín, la cuna, el centro de cuidado o el programa es la única oportunidad que tienen para estar bien cuidados, degustar un alimento balanceado, nutritivo sea como desayuno o como merienda. Si además se divulgara que ese espacio le brinda la oportunidad de contar con los servicios de control para asegurar que esté sano, con su documento de identidad DNI y sirve también para que su maestra detecte signos de alarma en su desarrollo o en su integridad como el maltrato y abuso sexual. Entonces la decisión de mantener los servicios cerrados sería materia de debate y demanda. No se aceptaría con tanta facilidad ese cierre.

Sin embargo, como bien afirmó Giovanna Peñaflor, destacada comunicadora, los medios de comunicación no priorizan este tipo de información porque los derechos y necesidades del niño no provocan sensacionalismo, no atraen el interés de un público reactivo más interesado en noticias de espectáculo, deportes y escándalos. Lamentablemente, y a pesar de todos los esfuerzos de las maestras de educación que son casi el 100% de ellas, la educación y desarrollo de la primera infancia aun no es un asunto de interés público, sigue siendo un tema doméstico librado a la decisión, aspiraciones y posibilidades de cada familia.

Cabe preguntarse si en el contexto de esta pandemia, donde ha aumentado a 3, 3 millones el número de pobres, ¿cuáles serán las oportunidades que el Perú les ofrezca si es que sigue siendo un asunto restringido a las posibilidades de cada familia?

Desde estas líneas exhortamos, no a las maestras que ya están convencidas, sino a las autoridades sectoriales de educación, salud, gubernamentales de región y municipios, a otros profesionales, a las familias para que se informen superando el temor y evalúen la urgencia de un retorno a la semi presencialidad de manera segura, flexible, gradual y sobre todo voluntaria. Un día de confinamiento para un niño es como tres años perdidos en la vida de un adulto.  

En este 90 aniversario de la creación del primer jardín de educación inicial en el año del bicentenario abogamos por el cierre de brechas que acrecientan la desigualdad demandando y comprometiéndonos con una educación inicial de calidad con equidad que repare los seis años  equivalentes de pérdida que representa para los niños en este confinamiento de dos.

Sobre el autor o autora

Emma Aguirre Fortunic
Licenciada en Educación Inicial por la UNMSM con estudios de Maestría en Gestión Educativa en la PUCP, profesora con título otorgado por el Instituto Superior Pedagógico Público Emilia Barcia Boniffatti hoy Escuela Profesional. Su trayectoria está marcada por ser gestora de iniciativas: Coordinadora de los Derechos del Niño para la firma de la Carta de la Convención, Promotora de los Programas de Cuidado Infantil en San Juan de Lurigancho antecesores de los Wawa Wasi, la primera Guía de Estimulación Socio Afectiva y de Lenguaje (1987) en el contexto de violencia para niños sectores populares. Directora de la Dirección de Educación Inicial del MINEDU (2007 – 2011). Actualmente, coordinadora del Grupo Impulsor de la Educación Inicial.

1 Comentario sobre "La educación inicial cumple 90 años y aún no retorna"

  1. Martha LOPEZ DE CASTILLA DELGADO | 6 julio 2021 en 16:42 | Responder

    Contundentes los argumentos para justificar la necesidad del retorno de los niños a la escuela, comenzando por los más pequeños. Del mismo artículo extraigo esta propuesta “¿Por qué no arrancar ya, inmediatamente con el consentimiento de los padres allí donde haya condiciones a modo de pilotos que sirvan para corregir posibles errores y mejoren la experiencia para alentar a la comunidad de vecinos y local?”

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