Lo mejor es sin duda que se haya sacado a Urresti. En realidad nunca debió ser nombrado, al estar procesado por el asesinato del periodista Bustíos. Encima hizo constantemente méritos para ser sacado. Ahora, habrá que ver la reacción de la opinión pública, ya que hasta el final fue para muchos su ministro favorito.
La segunda buena noticia es que el nuevo Ministro del interior es José Luis Pérez Guadalupe. Su mejor carta de presentación es su trayectoria. Viene de hacer un excelente trabajo como Presidente del Sistema Penitenciario (ojalá que el nuevo Ministro de Justicia tenga el timo de mantener a su equipo).
El solo hecho de haber estado dedicado al trabajo penitenciario durante muchos años es un punto a su favor, por haber sido testigo directo que el encarcelamiento indiscriminado no conduce a nada, salvo al hacinamiento de los penales.
Su gran desafío es encontrar puntos estratégicos que pueda aplicar en el breve plazo que tendrá por una u otra razón. A la vez deberá encontrar la fórmula para llevarse bien con la población para que no se extrañe los fuegos artificiales de Urresti. También deberá cuidarse de los fujimoristas que deben haber interpretado su nombramiento como una provocación.
Es igualmente positivo que Ana Jara se quede como Jefa de Gabinete. Se le pueden hacer una serie de críticas, pero es la mejor persona que el Gobierno tiene para el cargo. Ella debe entender que estaba al borde del abismo, pero súbitamente tiene una nueva oportunidad.
Como no podía ser de otra manera, justo cuando el Presidente Humala decide por fin hacer cambios en el Gabinete, buscando una manera de salir de las cuerdas (donde está principalmente por su culpa, pero también por el cargamontón de sectores de la oposición y de los medios), nombra como Ministro de Trabajo a alguien como Daniel Maurate. También en este caso su trayectoria es su mejor carta de presentación, sólo que al revés, porque es indefendible. Se le nombró, además, en un ministerio el que en épocas de leyes pulpín no debería menospreciarse.
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