De cómo el quechua salvó al gabinete Bellido

Escrito por

Imagen: La República Revista Ideele N°299. Agosto-Setiembre 2021

Don Pedro Castillo Terrones tiene una amenaza y una debilidad muy serias para su gobierno. La amenaza es el golpismo de Keiko Fujimori y sus variantes virales. La debilidad es su impericia e inexperiencia como presidente.

La amenaza que aún ronda a Castillo

El golpismo aún activo es propio de personajes que viven un clima mental que los ubica, en partes iguales, en la post segunda vuelta de hace dos meses y en la guerra fría de hace 60 años. De hecho, Keiko Fujimori, Lopez Aliaga, los almirantes Montoya y Cueto, el general Williams, Nano Guerra García y toda una troupe de señoras, chicas y muchachos de gesto airado, comparten el obsesivo relato de la ilegitimidad del gobierno, la inminencia de la instalación de un régimen comunista, y la urgencia de derrocar a Castillo. Lo quieren hacer mediante la vacancia, mediante las calles -eso es pura ilusión- o por una acción militar, que es su recurso más soñado. Su rechazo al voto de confianza es parte del camino a ese derrocamiento.

Si no fuera por lo sísmico que parece será este período de gobierno, todos esos personajes se prestarían solo para la sátira, pero son claramente peligrosos en circunstancias en que Pedro Castillo aun trata de fijar un rumbo, terminar de formar su equipo de gobierno y estabilizar a su barco.

La debilidad del Gobierno Castillo

Allí aparece la debilidad más seria de este nuevo gobierno. Se trata de la demora en conformar  su equipo de gobierno y en definir su ruta de gobierno. Las señales que da el Presidente, y las versiones a que da lugar con sus actos, cambian con demasiada frecuencia. Y un gobernante que demora en esas definiciones es uno con vacíos de liderazgo, asunto muy serio cuando hay una amenaza a tu permanencia en el cargo.

Esta debilidad, precisamente, es lo que puso en riesgo el voto de confianza para el gabinete Bellido. Hacia el pasado domingo 22 todo indicaba que era muy probable que obtuviese esa confianza. Además de los votos de Peru Libre y de sus aliados más estables, Juntos por el Perú y Somos Perú, la bancada de Acción Popular también anunció que votaría a favor. Una parte de la bancada de Alianza por el Progreso, de Cesar Acuña, también denotaba que votaría igual.

El recurso al quechua es uno de esos que funcionan bien una vez y las otras ya no. Los apoyos ocasionales de esta vez se pueden convertir en rechazo más adelante. Y la torpeza del bloque fujimorista o filofujimorista,  en esas nuevas circunstancias, podría no ser suficiente para pasar otras vallas posteriores.

Cómo arriesgaron la pérdida del voto de confianza 

Con todos estos votos, el Gabinete Bellido ya sumaba un poco más de 70, suficiente para tener una mayoría a favor de la confianza. No había necesitado hacer ninguna concesión. Tanto AP como APP habían decidido distanciarse de los ultraderechistas y no arriesgar situaciones críticas como la disolución del Congreso.

Sin embargo, entre el domingo y el miércoles, asomó otra vez lo imprevisible. Desde las propias filas del gobierno surgió la versión de que Castillo retiraría a algunos de los ministros más cuestionados para asegurar el voto de confianza. Entre los retirados estaría el propio Guido Belllido. Vladimir Cerrón, para variar, fue uno de los que atizaron los carbones emitiendo twitters con advertencias de que toda disidencia sería una traición y otras similares.

Sin embargo, la intriga provocada terminó cuando el propio Castillo anunció que el Gabinete se presentaría, el jueves 26, tal como estaba, sin ningún cambio. El jueves, incluso, apareció con todos los ministros en Palacio de Gobierno para darles la palmadita antes de que enrumbaran hacia el Congreso.

La versión de que algunos ministros serian removidos de sus cargos, la evidencia de que había un pleito dentro del Gobierno, la decisión final de que no habría ningún cambio, dio probablemente más argumentos a los ultraderechistas para que el Congreso negase el voto de confianza.  También debe haber sembrado dudas en los que querían otorgarla. Por eso, casi todos los analistas creían, la noche del miércoles y la mañana del jueves, que cualquier cosa podría pasar en el duelo entre Perú Libre y los ultraderechistas. Incluyendo la negación de la confianza, el cambio de gabinete, la disolución del Congreso o la vacancia presidencial.

El quechua salvador

Ya en el duelo mismo, la mañana del jueves, poco después de las 9 am, quien desenfundó  primero fue el Presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido. El bloque de ultraderecha también lo hizo, pero se disparó a los pies.  A partir de allí, fueron las sucesivas torpezas de este bloque y la viveza y orden con que actuaron Bellido y los ministros, lo que terminó de entregar al Gabinete el voto de confianza por una clara mayoría de 74 a 50.

El disparo de Bellido consistió en un saludo en quechua a los parlamentarios y a los peruanos. Por primera vez un primer ministro hablaba en quechua en su discurso de investidura. Se trata de la lengua originaria que nos evoca mucho de nuestra larga historia y de nuestra sociedad de hoy en día. Por eso, las únicas reacciones normales que podían esperarse eran la simpatía de cualquiera que no sea enemigo de Bellido o del gobierno. O, a lo más, la indiferencia o silencio de quienes sí lo sean.

Pero, el bloque de ultraderecha, además de fanatismo y odiosidad, tiene una enorme torpeza, la misma que nace de sus alucinaciones sobre el comunismo. Al escuchar algunos minutos a Bellido, protestaron e indujeron a la presidenta del Congreso a que lo interrumpiera. Esa actitud cayó muy mal fuera del Congreso y las redes lo expresaron inmediatamente. En la sala del pleno congresal, si no determinó la decisión política de los centristas de votar diferente que los torpes ultraderechistas, aprobando el voto de confianza, por lo menos le dio mayor justificación ética.

La derrota de los golpistas en toda la jornada

Bellido le sacó el jugo al incidente. Dijo, ya en castellano, como disfrutando de la torpeza de sus adversarios, que esa era la muestra de lo mucho que aún nos falta como país. Los ultras no tuvieron más que escucharlo en completo silencio, sufriendo la trampa en que se metieron. A partir de allí, el jefe del gabinete y su bancada les ganaron la moral a lo largo del debate.

La bancada de Perú Libre, y sus aliados estables o circunstanciales, intervinieron en modo reflexivo, sereno y educado, justificando la razonabilidad del voto de confianza con argumentos objetivos, mencionando con frecuencia el contexto de emergencia del país. Buena parte de esos congresistas son de zonas quechuas o aymaras o pertenecen a organizaciones sociales andinas. Por eso fue frecuente que usaran el término “queridos hermanos” para dirigirse al resto de congresistas, incluidos a sus adversarios.

En cambio desde el polo de ultraderecha las intervenciones promedio estaban cargadas de agresividad, furia y sectarismo ideológico. Era recurrente la profecía de que ya estábamos ad portas de un régimen comunista, marxista leninista, cubano o venezolano. Trasladaron lo que gritan en las calles desde la segunda vuelta, sin darse cuenta que hacerlo en un debate parlamentario televisado solo resulta detestable y patético.

Al final del debate, como para cerrar la faena como un buen torero, Bellido presentó a una cuadrilla de sus mejores ministros para responder a las observaciones y sugerencias. Estos mostraron solvencia  y  recibieron aplausos de la mayoría de bancadas. Del bloque adversario solo hubo una pregunta medio mortificada del siempre mortificado congresista Aguinaga. Sí, el de las esterilizaciones forzadas que él dice que fueron voluntarias. El ministro Zeballos le respondió con precisión y aplomo.

El gobierno tendría que superar la gran debilidad política que aún tiene. Tendría que terminar de definir y transparentar cuál será su verdadero equipo de gobierno, con qué fuerzas políticas se aliará y cuáles serán la ruta y los hitos de su gobierno. Definidos esos temas tendría que establecer una comunicación muchísimo menos opaca que la de ahora. Si sigue en las mismas, terminará por caer en uno de esos obstáculos y no habrá sombrero que lo proteja ni quechua que lo consuele.

Cómo el quechua volvió locos a los golpistas

Guido Bellido, autorizado por la presidenta del Congreso, se despidió también en quechua. Explicó que mucha gente de las regiones del sur hablan solo quechua y no iban a entender lo que el diría en castellano. Una de esas personas era su madre, analfabeta, que le enseñó el quechua y no era justo que ahora que era congresista, no pudiera decir algo a ella y a muchos como ella, en su lengua materna. Yo no hablo quechua y no puede entender qué dijo exactamente, pero si distinguí la palabra hermanos, waykeykuna, varias veces, y percibí que había muchos sentimientos en el mensaje.

Por el otro lado, lo último que se dijo desde la bancada fujimorista fue un insulto a Bellido. Mientras él hablaba en castellano, Hernando Guerra García, jefe de esa bancada, dijo “filosofía: ignorancia”.  Lo obligaron a retirar lo que dijo.  Con ese acto, se autorretrataba el mismo y al bloque del que forma parte. Durante el debate había dicho que ellos serían un muro contra el marxismo leninismo. Con su insulto quedó clara una vez más la consistencia viscosa, repulsiva y contaminante de ese muro.

¿Y después de la confianza, qué?

Bueno, este Gabinete ha pasado su primera prueba y se ha salvado pese a la amenaza y la debilidad que viene caracterizando al gobierno de Castillo. Esta vez le han ayudado su apelación al quechua como recurso cultural y simbólico; la gran torpeza del bloque ultraderechista;  y el voto a favor que le dieron bancadas que, por diversas razones, piensan que no es conveniente arriesgar una crisis institucional que arrastraría a todo el Congreso.

Pero el recurso al quechua es uno de esos que funcionan bien una vez y las otras ya no. Los apoyos ocasionales de esta vez se pueden convertir en rechazo más adelante. Y la torpeza del bloque fujimorista o filofujimorista,  en esas nuevas circunstancias, podría no ser suficiente para pasar otras vallas posteriores.

Para pasarlas, el gobierno tendría que superar la gran debilidad política que aún tiene. Tendría que terminar de definir y transparentar cuál será su verdadero equipo de gobierno, con qué fuerzas políticas se aliará y cuáles serán la ruta y los hitos de su gobierno. Definidos esos temas tendría que establecer una comunicación muchísimo menos opaca que la de ahora. Si sigue en las mismas, terminará por caer en uno de esos obstáculos y no habrá sombrero que lo proteja ni quechua que lo consuele.

Pero, por esta vez, qué bien que obtuvo la confianza.  Qué bueno que se estrelló otro operativo del bloque que piensa que hasta el arzobispo de Lima es comunista. Y, también por esta vez, agradecerle a Bellido que nos haya recordado la belleza del quechua y que todo peruano debe aprender al menos una de las lenguas originarias que hay en el Perú.

Sobre el autor o autora

Carlos Reyna Izaguirre
Sociólogo. Analista político.

3 Comentarios sobre "De cómo el quechua salvó al gabinete Bellido"

  1. Dr. Sebastián Ferril Márquez | 6 septiembre 2021 en 00:14 | Responder

    Excelente comentario del señor sociólogo Carlos Reyna Izaguirre, el Gobierno debería toma sus decisiones teniendo en cuenta las versiones que se detallan. Se quiere estabilidad económica, social y política, porque la población así lo requiere. Felicitaciones a IDEELE.

  2. Cristóbal Illpa Alvarez | 6 septiembre 2021 en 03:58 | Responder

    Que buena su reflexión,y análisis de la explosión del Premier,Como nunca antes los peruanos estamos a la expectativa de las acciones de la ultra derecha del fujimorismo, da vergüenza y asco la reacción de estos parlamentarios, por que no saben o se hacen los tontos que nuestro idioma nativo es el quechua y otras lenguas originarios de nuestra patria,mientras los países avanzados a los que decimos del primer nivel aman y son orgullosos de su lengua materna.Entonces estos parlamentarios son ignorantes en cuanto a las lenguas originarias.Ahora de ve claro que no les interesa el desarrollo de nuestro país,son oportunistas,egoístas,petulante y otros adjetivos que me olvido en estos instantes.En conclusión vemos con claridad a estos congresistas fujimorista que durante estos 30 años vendieron nuestras riquezas en nuestra cara coludidos con la prensa y TV.limeña.Y no se olviden que hay muchos profesionales de las provincias del Perú profundo con honradez,solidario y amor a nuestra Patria.

  3. Jorge MarrerosBenites | 6 septiembre 2021 en 14:05 | Responder

    Los 50 que no dieron su voto de confianza, no comprendieron lo que sì los que han aumentado condicionalmente los votos de confianza autènticos: la experiencia de disoluciòn del Congreso por el Gobierno de Vizcarra. Sì, la condiciòn es no llegar a repetidas desconfianzas al Gabinete, para no perder la investidura de Congresista.

Deje un comentario

Su correo electrónico no será publicado.


*