La educación de la prensa

Escrito por Revista Ideele N°300. Octubre-Noviembre 2021

Frente a la crisis de legitimidad que atraviesa la prensa peruana, la profesionalización y especialización de periodistas se convierte en una necesidad. ¿Cómo se forman los profesionales que narran la vida política del país? A partir del proyecto “Más especialización para más periodismo: Fortaleciendo las capacidades de periodistas para el mejor desempeño de su labor”, IDL-Justicia Viva y Hanns Seidel Stiftung Perú presentan un reportaje que aborda la formación de los periodistas en el país.

Jueves, 3 de junio de 2021. América Televisión transmite en vivo y durante más de una hora, el mitin de cierre de campaña de Keiko Fujimori. En este mismo momento, también está ocurriendo la clausura del contendiente de Fujimori en la segunda vuelta de la elección presidencial de Perú, el candidato Pedro Castillo. Pero la televisora nacional decide no transmitir en simultáneo el cierre del candidato —y futuro presidente—, como si este evento no tuviera valor noticioso. En otras palabras, en el final de la campaña presidencial, en un momento de alta expectativa política, América Televisión difunde una historia parcial, incompleta. Más tarde, el 28 de junio, la televisora será sancionada por el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana por haber faltado a la equidad de su cobertura periodística. Entre otros motivos, por no transmitir el mitin de Pedro Castillo.

El fallo en contra de América Televisión es solo una punta de iceberg de lo que ha sido —especialmente en los últimos meses—, una cobertura periodística parcializada y tendenciosa en gran parte de la prensa peruana. “Los grandes medios de comunicación han sido órganos de propaganda. No solo actores políticos, sino órganos de propaganda”, critica el analista político Santiago Pedraglio, quien ha estudiado la cobertura de los medios en varios procesos electorales. “Hay mucho panfleto y caja de resonancia de ciertos voceros alineados con su posición editorial. No hay un trabajo periodístico de verdad”, cuestiona el también analista David Rivera. 


No son pocos los ejemplos que ilustran estas opiniones. En la misma América Televisión, siete periodistas de trayectoria renunciaron denunciando “sucesos que colisionaban con la ética periodística”. Las portadas de los diarios El Comercio, Peru21, Correo y La República registraron un total de 102 titulares en contra Pedro Castillo y solo 7 en contra de Keiko Fujimori en un lapso de 19 días, según el informe de la Misión de Expertos Electorales de la Unión Europea. Titulares positivos: 25 para Fujimori y ninguno para Castillo. En medios de comunicación regionales, por lo menos tres programas periodísticos fueron retirados por presión política de los dueños.

El sesgo de los medios llegó a tal extremo que organismos internacionales denunciaron este comportamiento. “La mayoría de los medios de comunicación privados de Lima realizaron una cobertura claramente sesgada (…), contraria a los códigos de ética periodística”, cuestiona la Unión Europea. El organismo también alerta que los medios regionales fueron vulnerables a influencias políticas y económicas. “Nunca hemos visto una prensa tan agresiva”, apunta Matt Kirkegaard, observador de Estados Unidos del proceso electoral en conversación con Hildebrandt en sus trece. “Es una maquinaria propagandística”.

Mientras tanto, la legitimidad de los medios de comunicación cayó. En una encuesta de mayo del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), un 59% de peruanos indicó que la prensa estaba parcializada. En junio, la cifra se elevó hasta 70%. Así, en el contexto de la campaña presidencial, cuando más falta hacia una prensa imparcial, el periodismo perdía su mayor valor: la credibilidad. Pasada la contienda electoral, muchos medios mantuvieron este comportamiento tendencioso, replicando mentiras, dando voz a actores políticos sin cuestionar sus intereses y exacerbando la confrontación y la polémica.

Los periodistas

En un artículo titulado “El poder y los medios”, el periodista español Juan Luis Cebrián reflexiona sobre el papel del periodismo en las democracias. “La expresión formal de la democracia se transmite en las urnas (…) Pero para que este acto pueda, a la vez, ser libre y responsable, los ciudadanos necesitan estar bien informados”. Sugiere Cebrián que la democracia depende, en parte, de un periodismo responsable, es decir, de periodistas responsables.

Los profesionales de la información son los encargados de narrar la vida social y política del país. En la producción de la noticia, los periodistas son el primer nexo entre los hechos y el público. Por supuesto, en un medio de comunicación hay varias instancias que influyen en los contenidos: los editores, los directores y las mesas directivas. Aunque en estas instancias, no con poca frecuencia, también son periodistas quienes toman las decisiones.

¿Es entonces la crisis de la prensa peruana una crisis del trabajo de los periodistas? En realidad, el asunto es más complejo e involucra otros factores que escapan de la responsabilidad de los periodistas. “Las condiciones de mercado, el comportamiento de las élites políticas y económicas y la falta de asociatividad entre periodistas, son factores determinantes de la calidad del periodismo”, sostiene Jorge Acevedo, jefe del Departamento Académico de Comunicaciones de la PUCP. “Creo que esquemas de esta naturaleza le dejan poco espacio a un periodismo que pretende ser crítico”.

“Yo creo que los periodistas tienen poca capacidad de acción frente a lo que los medios les imponen”, reflexiona Santiago Pedraglio. “Pero reconociendo esto, me parece que los periodistas están haciendo poco por defender sus posiciones”.

Frente a la parcialización de los medios de comunicación, la responsabilidad de los periodistas es mayor. No solo deben ocuparse de producir sus contenidos noticiosos, también de defenderlos de las presiones de sus jefes y los dueños de los medios. En este escenario, la profesionalización y la mejora de la formación de los periodistas se convierte en una necesidad urgente. Una alternativa para salvaguardar la calidad.

“La formación es absolutamente indispensable. Hay una gran diferencia cuando es un buen periodista el que informa, alguien que se ha formado en elementos básicos del periodismo”, explica Úrsula Freundt-Thurne, decana de la Facultad de Comunicaciones de la UPC. “La formación es determinante. El periodista tiene un punto de orientación desde donde mira la sociedad. ¿Cuán sólida es la formación, el ámbito cognitivo de ese sujeto que luego hace un ejercicio profesional llamado periodismo?”, se pregunta Jacqueline Oyarce, directora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad San Marcos.  

 No pocas veces, la mala calidad del periodismo es consecuencia de la falta de educación. “Muchos de los errores a veces no son de mala fe, sino falta de formación de los periodistas”, observa Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP). Y recuerda que, durante la discusión por las impugnaciones planteada luego de las elecciones, muchos periodistas no conocían la diferencia entre impugnar un voto, un acta o una mesa. “Muchos periodistas estaban aprendiendo sobre la marcha cómo funcionaba el Estado”.

“En la televisión, se ve poco que un periodista logre construir el perfil político del entrevistado”, opina José Magallanes, director de Pulso PUCP, el centro de análisis social y político de la universidad. “El periodista necesita más entrenamiento político para mostrar estos detalles y que el público pueda hacer una buena síntesis de lo que está pasando”.

La situación sobre la calidad del periodismo es compleja. Además de la formación, existen otros factores que determinan la producción de los periodistas, como la presión política y económica de los dueños de los medios. Pero conviene ir al detalle de la educación para comprender una parte importante del problema. ¿Cómo se forman los profesionales que narran la vida política del país? ¿Cuentan con alternativas de especialización? ¿Qué se está haciendo por impulsar, desde la educación, la calidad del periodismo?

La educación de la prensa

El aprendizaje del periodismo está definido por una paradoja: la creencia de que el estudio de la profesión puede ser reemplazado por la práctica. De hecho, hasta hace unos quince años, muchos periodistas no cursaban una carrera de periodismo para formarse en la profesión, la aprendían en el ejercicio cotidiano de su trabajo. Eran periodistas empíricos.

Sin embargo, la tendencia en la formación de los periodistas ha cambiado. Como lo muestra la composición de agremiados de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), de los 11 400 periodistas que integran el gremio, más de 8 mil (70%) son profesionales formados en universidades, mientras que poco más de 3 mil (30%) son empíricos. “La profesionalización ha evolucionado bastante favorablemente en los últimos quince años”, comenta la presidenta Zuliana Lainez.

Esta tendencia es similar a la observada en otros países de América Latina. El libro “El periodismo por los periodistas”, editado por Adriana Amado, observa cuál es el perfil profesional de los periodistas en la región. De un total de 2789 periodistas encuestados para el libro en distintos países, 70.9% se formaron en universidades. “De estos, la gran mayoría (73.9%) están especializados en periodismo (44.3%), comunicación social (11.5%) o en ambas disciplinas (18,1%)”.

En el Perú, en Lima, la cifra de profesionales es alta, pero en las regiones del país la situación varía. Donde existen universidades que imparten la carrera de comunicación social o periodismo, el número de profesionales es superior al de empíricos. Pero en aquellas regiones donde no se dicta la carrera, hay pocos periodistas profesionales. En la actualidad, 16 regiones del país cuentan con universidades que imparten la carrera de comunicación social. De estas, en solo 4 se enseña la especialidad de periodismo, de acuerdo con información de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

Pero no solo la existencia de universidades influye en la formación de periodistas. Es importante conocer qué y cómo se enseña el periodismo. Para María Luisa Portugal, profesora y académica de la Universidad de Piura, cada detalle cuenta. “De todas las profesiones de comunicaciones, la más delicada, la que exige mucha atención de cada detalle, es la que va dirigida al periodismo”, apunta la catedrática con más de 20 años de experiencia. “Vas a preparar personas que orientan a los ciudadanos. Con el periodismo, la responsabilidad social es mayor”.

La investigación “Análisis de los estudios de Periodismo y Comunicación en las principales universidades del mundo” de los profesores españoles Santiago Tejedor Calvo y Laura Cervi evaluó en 2017 cómo están estructuradas las carreras de comunicaciones y periodismo de las 8 mejores universidades del mundo. A partir de la investigación, su estudio concluyó que el atributo que más se enseña a los periodistas es “la capacidad de desenvolverse de forma crítica, analítica y ética”. El estudio revela también que las propuestas curriculares combinan la enseñanza técnica con una propuesta teórica sólida. “El análisis concluye que los currículos deben conferir una importancia destacada a la reflexión teórica, al estudio de los fundamentos y procesos comunicativos, y especialmente a la mirada crítica hacia los nuevos escenarios comunicativos”.

En el Perú, Rocío Brígida Rubio analizó en 2017 la propuesta curricular y planes de estudio de las cinco universidades peruanas más reconocidas en la enseñanza de las comunicaciones y el periodismo. A partir de la revisión de los planes de estudio y conversaciones con egresados de cada universidad, la investigadora descubrió que la formación académica está enfocada en la contribución del profesional al trabajo y no necesariamente en su rol social. Además, predomina la formación tecnocrática en perjuicio de la teórica, ya que el periodista es visto como un técnico antes que como un profesional. El resultado, sostiene Rubio, es que se forman “profesionales aislados en el campo de las comunicaciones y los conocimientos técnicos sin vinculación con la realidad social y los problemas del país”.

“El perfil del periodista que forman las universidades en Perú es cada vez más profesionalizante, orientado al manejo de lo técnico y menos hacia lo reflexivo”, opina Franklin Cornejo, profesor de periodismo en la Universidad San Marcos y la Ruiz de Montoya. “Eso genera problemas en los periodistas al momento de plantear el debate y la coyuntura política del país”.

Desde que Jacqueline Oyarce asumió la dirección de la Escuela de Comunicación Social en San Marcos, han investigado la formación que reciben los periodistas y comunicadores en universidades públicas a nivel nacional. Un primer hallazgo de su trabajo revela un nivel deficiente en la formación académica de los profesionales. “Las tesis no tienen la cientificidad que una tesis de la especialidad debería tener. Es muy bajo el nivel”, opina Oyarce. Para la directora, este hallazgo es preocupante porque la formación académica influye en la calidad profesional. “No se puede separar la producción científica de la tesis del ejercicio profesional, porque la tesis es el cierre de la madurez intelectual”.

Como director de revistas y secciones de diarios de alcance nacional, David Rivera ha trabajado con equipos de periodistas y conoce el perfil del profesional. “Creo que a los periodistas les falta mucha formación académica. Hay nociones que deberían ser obligatorias para que los chicos no hagan noticias que básicamente se construyen llamando por teléfono a personas, sin tener un marco conceptual que les permita cuestionar lo que les dicen”, opina Rivera. Desde su punto de vista, hay un trabajo pendiente en la educación de los periodistas. “Habría que promover que las universidades se den cuenta que con cinco años de carrera hay espacio suficiente para formar un profesional multidisciplinario sólido. Hay mucho espacio perdido en la carrera de comunicaciones”.

Sin embargo, no para todas las regiones del país es relevante la pregunta por la enseñanza profesional del periodismo. En algunas, el problema es que la enseñanza no existe. Como muestra la información de Sunedu, en 9 regiones del país ninguna universidad dicta la carrera de periodismo o comunicación. Solo en la Amazonía, existen 3 regiones donde no existe la carrera: Loreto, Madre de Dios y San Martín.



El primer periodista

En 2019, al egresar de la universidad, Bryan Miranda se convirtió en el primer periodista profesional formado en la región Ucayali. Miranda estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Ucayali, creada en 2014 Y, contra la opinión de sus padres y las autoridades de la universidad, decidió especializarse en periodismo. “La apuesta de la universidad no es por el periodismo. Las autoridades orientan a los estudiantes a que sean comunicadores o relacionistas públicos, porque el periodismo no da solvencia económica ni está bien visto”, recuerda.

Pero Bryan Miranda ya había decidido su profesión antes de ingresar a la universidad. Formado en una familia de periodistas —sus tíos son presentadores y locutores de noticias—, había aprendido a valorar el oficio de contar la actualidad social y política de la región. “Me gustaba escuchar los reportes de mis tíos. Para mí, era un sueño escribir y que las personas me lean, hablar y que las personas escuchen mis informes. Yo también quería ser reconocido por ese trabajo”.

De sus días en la Universidad, Bryan Miranda recuerda el entusiasmo de pertenecer a la primera promoción de comunicadores. “La carrera había surgido desde cero con nosotros”, cuenta Bryan Miranda. En la universidad, no tenían los equipos para sus grabaciones y las clases eran limitadas, pero había ingenio. Los estudiantes complementaban sus estudios asistiendo a los medios de comunicación o acompañando a reporteros en sus comisiones. Los domingos antes de la pandemia, había desfile cívico en la ciudad de Pucallpa. Durante estas celebraciones, Bryan Miranda aprovechaba para conocer y conversar con los periodistas. “De esa manera hemos ido aprendiendo”.

Con la promoción de Bryan Miranda inicia una nueva etapa para el periodismo en Ucayali: la profesionalización universitaria de quienes ejercen el periodismo en la región. Antes de la creación de la carrera en la Universidad Nacional de Ucayali, no había manera de estudiar periodismo de forma profesional en esta región de la Amazonía. Quienes deseaban aprender, debían migrar o formarse en la práctica.

“La gran mayoría de periodistas en la ciudad de Pucallpa son empíricos”, comenta Hugo Alejos, director del portal de noticias La Voz Ucayalina. Y aunque la idea de profesionales que aprenden el oficio por sí mismos puede parecer encomiable, lo cierto es que en la región impera un periodismo moldeado por intereses económicos y políticos. “Aquí proliferan los periodistas que compran una hora diaria en señal regional y ponen su programa. Hacen contratos por difusión de actividades con las instituciones del Estado. Es decir, no hacen periodismo, sino publicidad”.

“En su gran mayoría son empíricos los periodistas que trabajan en medios. Pero trabajan de manera concesionaria. Es decir, realizan contrataciones con diversas municipalidades para defenderlos de algún otro periodista que esté en contra de la gestión”, cuenta Bryan Miranda.

En este ecosistema donde los medios y periodistas son moldeados por intereses políticos o económicos, el ejercicio profesional pierde valor. La carrera de periodismo, por tanto, no es una opción apreciable para los estudiantes: de la promoción universitaria de Bryan Miranda egresaron quince comunicadores y solo dos periodistas. Esta circunstancia ocurre también en otras regiones del país. “Hay un desencantamiento por estudiar periodismo. Es percibido como una profesión poco rentable y del chisme y los rumores. Está totalmente deslegitimada”, advierte Ralph Zapata, editor regional de Ojo Público.

Bryan Miranda es una excepción. Hace dos años concluyó sus estudios y hoy es conductor y reportero de noticias políticas y judiciales en La Ribereña Pucallpa, un medio que según cuenta no trabaja con publicidad estatal. Desde este espacio, Bryan Miranda intenta forjarse como el periodista independiente que imaginó cuando decidió dedicarse, pese a todo, al periodismo, como antes lo habían hecho sus tíos.

“El periodismo me permite conocer otras realidades, historias”, reflexiona sobre sus primeros años de trabajo. “Lo asumo como un compromiso con mi comunidad para mostrar lo que está pasando, si vamos bien o si vamos mal. Que la gente sepa realmente qué está pasando”.

El dilema regional

En la provincia de Carabaya, en la región altiplánica de Puno, Juliana Paccha, periodista profesional, prefiere no consumir informativos locales, porque las coberturas le parecen agresivas. “En las radios y diarios locales, hacen sensacionalismo bárbaro. Son muy vulgares”, comenta sobre su experiencia en la región. “En las provincias es más fuerte. La mayoría de periodistas aplican bastante el morbo y el sensacionalismo”.

Para Javier Torres, director de Noticias SER, portal web que cubre la actualidad de diversas regiones del país, el periodismo regional “tiene un sello, es un periodismo agresivo, de confrontación, que permanentemente está tomando posición y por tanto se convierte en un actor político”.

Cuando decidió estudiar periodismo en el 2000, Juliana Paccha aun no era consciente de las problemáticas del periodismo regional. Creció en la provincia arequipeña de Castilla, en el pequeño distrito de Huancarqui. Durante las tardes, cuando volvía de sus clases de colegio en quinto de secundaria, escuchaba las narraciones de Radio Horizonte, una emisora católica de noticias, música y radionovelas. También veía reportajes sobre naturaleza y vida silvestre. “Cuando yo estaba en el colegio, pensaba que eso era hacer periodismo”, recuerda.

Luego, Juliana Paccha se mudó a la ciudad de Arequipa, a tres horas y media de Huancarqui, para estudiar la carrera de Periodismo en la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA). Los primeros años fueron intensos. Su ingreso coincidió con la caída del régimen de Alberto Fujimori. Poco después, en junio de 2001, un terremoto de magnitud 8.4 sacudió el sur peruano. “Había mucha conmoción por lo que estaba pasando. Yo era cachimba en ese entonces. Miraba las coberturas de mis compañeros y aprendía. Me apasionaba el periodismo”.

A la distancia, Juliana Paccha recuerda su formación universitaria y piensa que lo más importante fue la preparación ética. “La formación es la base. Si no tuviera esa formación, los conocimientos de ética y de tu rol como periodista en la sociedad, no sabría cómo reaccionar frente a las presiones”, cuenta. Durante su ejercicio profesional, en radios y televisoras de El Pedregal en Arequipa, recuerda haber lidiado con conflictos éticos. “Los problemas son con los dueños. Como la mayoría no son periodistas, te piden que difundas la información dependiendo de sus intereses”.

Los dueños tienen una influencia gravitante en la línea editorial de los medios de las regiones. “Pesa mucho la posición de los dueños de los medios. Muchas veces los dueños son los directores y principales entrevistadores. Y a veces, además, son políticos. Políticos que fungen de periodistas”, explica Javier Torres. “Ese es el perfil de los medios que ven temas políticos en regiones. El dueño del micro es el dueño del medio”.

Entre 2012 y 2017, Jorge Acevedo conversó con más de 50 periodistas en todo el país, para conocer el nivel de autonomía de los profesionales. En las regiones, el profesor observó que las dificultades económicas son un factor determinante para el ejercicio periodístico. “La gran mayoría de periodistas en regiones prácticamente sobrevive. Tienen empleos no muy bien pagados y están expuestos a los vaivenes económicos, las presiones que imponen las autoridades con la publicidad estatal”, opina Acevedo. “Muchas veces el periodismo está vinculado editorialmente a ciertos intereses económicos o partidarizado políticamente sobre todo en procesos electorales”.

Ante las presiones políticas y carencias económicas, los periodistas resisten, muchas veces amparados solo por su ética y profesionalismo.

Identidad ética

La historia la cuenta el maestro Javier Darío Restrepo en el libro “El zumbido y el moscardón”. En el preámbulo del primer taller de ética periodística de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, en mayo de 1995, Restrepo conversaba con Gabriel García Márquez sobre los detalles de la cátedra. La idea, explicaba Restrepo, era hablar de la ética como condición inseparable de la técnica y la práctica periodística. Luego de escucharlo, Gabo sintetizó sus ideas con su habitual lucidez: “la ética no es una condición ocasional. Debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”.

El periodismo es, en identidad, una profesión ética. La máxima de aquel taller de periodistas, después de casi veinticinco años, sigue vigente. El problema radica, sin embargo, en cómo ponerla en práctica. El mismo Restrepo explica esta dificultad: “Los dilemas éticos no se presentan entre alternativas opuestas, entre lo bueno y lo malo; el problema es más sutil”.

El periodista del diario Correo de Tacna Adrián Apaza (39 años) es consciente que los periodistas no son imparciales. Cada medio, cada periodista, sigue una línea subjetiva, pero hay un compromiso ético. “Cuando te conviertes en periodista tienes que relegar tus intereses personales y priorizar el interés de la comunidad”, opina. Sin embargo, advierte que a veces, en el ajetreo del trabajo, uno pierde de vista este compromiso. Por eso, dice Adrián Apaza, es necesaria la formación en ética. “Los cursos de ética son los que siempre nos aterrizan y nos recuerdan el rol que debemos cumplir en la sociedad”.

Para Adrián Apaza, quien estudió Periodismo en la Universidad Jorge Basadre Grohmann de Tacna, la formación universitaria es una línea de partida para la profesión periodística, pero esta formación es limitada. “En la universidad, te explican cómo va a ser el trabajo, pero nunca es igual a la experiencia de estar ahí”, opina. En la práctica, las situaciones que uno enfrenta son más difíciles.

El profesor Santiago Pedraglio considera que existe un divorcio entre lo que enseñan las universidades y la práctica periodística. “Desde el primer día, los estudiantes de periodismo tienen que saber que van a encontrarse con un mundo laboral hostil en relación con lo que se les enseña en las universidades”, recomienda el profesor y columnista. “Las facultades deberían tener un rol de ofrecerles herramientas, casos para enfrentar estas situaciones”.

“Las facultades deberían generar mucha reflexión ética. Pero una ética vinculada a la práctica”, opina el profesor Franklin Cornejo. “Los gremios y las universidades deben promover estos espacios, ya que en los medios de comunicación todo está orientado hacia la formación empresarial”.

La falta de una formación ética impacta en la calidad del trabajo. En el proyecto Periodismo de Frontera —un programa de capacitación para periodistas empíricos—, la profesora María Luisa Portugal notó que la principal dificultad de estos periodistas fue la poca claridad que tenían sobre cuestiones éticas. “Muchos empíricos no saben distinguir entre publicidad, propaganda y noticia periodística”, opina la profesora que durante tres años dirigió este programa formativo. “No saben que la noticia no se vende. No saben que una entrevista no es una pelea”.

La demanda por capacitación ética es permanente. En el registro de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), los cursos de ética son los más solicitados. Pero la oferta de capacitación, por ahora, parece insuficiente.

Deuda pendiente

El periodista trujillano Yuri Castro (41 años) reconoce que fue afortunado al haber sido elegido, entre toda la plana de periodistas de La República, para cursar una especialización. “Tuve la suerte de haber sido seleccionado en el trabajado para llevar un diplomado sobre crimen organizado”, opina Castro. En La Libertad, donde cubre temas judiciales y policiales, no es usual que los medios de comunicación ofrezcan estas oportunidades a sus periodistas. “No hay, desde los trabajos, iniciativas para que los periodistas se capaciten”.

La situación no se limita a la región, es una constante en casi todo el país. “Los grandes medios en Lima suelen hacer ciclos de capacitación. Pero en regiones eso no ocurre por las dificultades económicas y porque muchos periodistas son independientes. Ellos mismos se buscan las oportunidades”, comenta la presidenta Lainez.

En este ámbito, existe una deuda de las universidades y centros formativos. “Las universidades tendrían que darse cuenta de esta necesidad y crear proyectos dirigidos a capacitar a los periodistas y a apoyar a los empíricos”, opina María Luisa Portugal. “Deberíamos gestionar convenios con universidades que den facilitades para la capacitación y profesionalización de periodistas empíricos. De parte de las universidades veo actividades aisladas, no facilidades para que la gente estudie la carrera o se profesionalice”, observa Lainez.

En periodismo, la especialización es una necesidad. Durante sus años de estudio en la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), Yuri Castro recuerda que los cursos eran básicos, por lo que tuvo que aprender del funcionamiento del Estado ya en el trabajo. “A mí en la universidad no me enseñaron cómo era un expediente judicial, una investigación fiscal, cuestiones básicas de mi trabajo”, cuenta Yuri Castro. Por su cuenta, buscó cursos de especialización. “Hay que especializarse porque el periodismo tiene varias ramas y cada rama es específica. Y dentro de la universidad, no te especializan”.

Pero la dificultad de los periodistas para continuar su formación profesional no solo es económica, también hay carencia de oportunidades formativas. De acuerdo con información de Sunedu, con excepción de Lima y La Libertad, en ninguna otra región del país existen programas de posgrado especializados en periodismo. En cambio, sí abundan aquellos programas dedicados al marketing o las relaciones públicas.

Para Yuri Castro, la especialización fue en parte fortuna y esfuerzo. Un trabajo logrado en veinte años de carrera profesional. Pero la mayoría de los periodistas no tienen esas oportunidades. Tanto Juliana Paccha, Adrián Apaza y Bryan Miranda —los tres periodistas profesionales— reconocen esta limitación. La respuesta a esta problemática pasa por las universidades y gremios. Pero aún no hay señales de un cambio a la vista.

*Las opiniones vertidas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente expresan el pensamiento del Instituto de Defensa Legal y de Hanns-Seidel-Stiftung.

2 Comentarios sobre "La educación de la prensa"

  1. Excelente artículo escrito por Hanguk Yun. Más en estos tiempos donde pocas veces uno se detiene a reflexionar con sentido ético sobre el comportamiento tan nocivo de una prensa a la que de todas formas le falta educación, no en términos de profesionalización, sino donde confluyan el saber y la responsabilidad social. Me encantó leer esta entrada.

  2. Excelente trabajo, amplio, detallado y completo.

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  1. La educación de la prensa. – JL

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