El mayor desafío de Las Bambas

Escrito por Revista Ideele N°301. Diciembre 2021

La operación minera Las Bambas encabeza una vez más los titulares periodísticos por la persistente conflictividad presente tanto en el distrito Chalhuahuacho, donde se encuentra la operación, como el corredor minero que conecta la operación minera de MMG con el terminal Pillones en Arequipa, pasando por Cusco. Esta carretera también es usada por las compañías Hudbay y Glencore. El abundante tránsito de vehículos pesados genera temblores y polvo que, como es de esperar, perjudica a la población. Este perjuicio, junto con la expectativa de mejores condiciones de vida y empleo de la población afectada, motiva protestas, paros y bloqueo de carreteras que han llevado a la compañía MMG a tomar la decisión de suspender su producción a mediados de diciembre (Gestión, 2021).

En 2018 mi investigación concluyó que el corredor minero se ha convertido en el escenario en el que la población manifiesta su descontento, ante lo cual el Gobierno declara estados de emergencia para procurar el orden social (Velarde, 2018). Para entender por qué el corredor minero está resultando tan problemático hay que remontarse al año 2011 cuando el proyecto Las Bambas, y el proyecto Tintaya en Cusco pertenecían a la empresa Xstrata. Esta compañía propuso, en el Estudio de Impacto Ambiental, la construcción de un mineroducto desde Las Bambas hacia la operación Tintaya, donde el cobre sería procesado. Hacia el año 2013 la politóloga Esmélida Zea llegó a la conclusión de que ese mineroducto sería uno de los factores cruciales para la gestión social del proyecto (Zea, 2013). No obstante, ese mismo año Xstrata se fusionó con la compañía Glencore, bajo la condición, dictaminada por el Ministerio de Comercio de China, de vender el proyecto Las Bambas (Perú21, 2013).

Las Bambas fue comprado por un consorcio encabezado por la compañía MMG en abril de 2014 (Perú21, 2013). Para lograr esta venta, Glencore Xstrata independizó el proyecto Las Bambas del proyecto Tintaya. Por esta razón, se presentó un Informe Técnico Sustentatorio en julio de 2013 que reubicó plantas de molibdeno y concentrado de cobre, que inicialmente serían construidas en el proyecto Tintaya, al área de operaciones de Las Bambas. Mientras que en marzo de 2014 se presentó la segunda modificación al EIA, la cual pospuso indefinidamente la construcción del mineroducto (Cooperacción, 2015). Estos cambios al diseño inicial del proyecto nos llevan a la situación actual, con el cobre siendo procesado en Challhuahuacho y transportado por camiones a través del corredor minero. Estos son las principales fuentes de los perjuicios que percibe la población, pues el tránsito de vehículos pesados conlleva riesgo de accidentes, levanta polvo y produce temblores que rajan las viviendas; mientras que la introducción de las plantas de procesamiento genera preocupación en la población por el cuidado del medio ambiente, preocupación que no existía cuando se tenía planeado construir dichas plantas en la operación Tintaya.

Los mineroductos son una forma de transporte de la producción mucho menos disruptiva que el uso de vehículos pesados como ocurre en Las Bambas y es un medio de transporte de la producción que difícilmente es bloqueado.

Más allá de los perjuicios percibidos por la población provenientes del tránsito vehicular pesado, la dependencia del corredor minero como vía de transporte del mineral conlleva el riesgo de bloqueos impuestos por la población local, los cuales empezaron a ocurrir con mayor vigor a partir del año 2015, cuando inició la etapa de operación del proyecto y, por lo tanto, se acrecentó el tránsito de vehículos pesados. La mayor debilidad del corredor minero es que puede ser bloqueado por grupos pequeños de personas, lo cual permite que sea bloqueado constantemente y en múltiples tramos. Tal vez esa facilidad es lo que ha hecho que, con el paso de los años, se diversifiquen los actores que ejecutan los bloqueos, desde asociaciones hoteleras hasta comunidades campesinas (Velarde, 2018).

Las debilidades del corredor minero nos llevan a pensar que la situación sería muy distinta si se hubiera concretado el mineroducto propuesto inicialmente. Sin duda alguna, persistirían los procesos de violencia y diálogo, pero estos difícilmente paralizarían el transporte del mineral. Por ejemplo, en el  proyecto Antamina también  existe descontento en la población, pero este no obstaculiza el  funcionamiento del mineroducto. En mi opinión, los mineroductos son una forma de transporte de la producción mucho menos disruptiva que el uso de vehículos pesados como ocurre en Las Bambas y es un medio de transporte de la producción que difícilmente es bloqueado.

Por ello, considero que es crucial encontrar una mejor manera de transportar el mineral, de lo contrario, la operación minera tendrá que seguir lidiando con la incertidumbre en torno a la viabilidad de dicho transporte. No cuento con la especialización necesaria para discernir si es factible implementar un mineroducto con un trazo adecuado a las necesidades actuales de Las Bambas, pero este es un esfuerzo que debió hacerse con anterioridad al inicio de la etapa de operación. Por supuesto, es bastante probable que el iniciar dicha etapa era la prioridad de capitales de inversión detrás del proyecto. Según un reportaje de comienzos de diciembre, cada día de bloqueo se pierden $ 9.5 millones de dólares y se cuentan 401 días de bloqueo de vías desde el año 2016, lo cual equivale a 38 mil millones (RPP, 2021). Los inversionistas tendrían que preguntarse si el proceso para planificar e implementar un mineroducto adecuado a las necesidades de Las Bambas habría sido más costoso. Tal como señala el director ejecutivo de la SNMPE, esta situación perjudica la reputación del Perú como un destino de inversión (RPP, 2021). Sin embargo, esa reputación solo se puede lograr mediante una actividad minera que contribuya a la calidad de vida de la población aledaña.

Un paliativo a corto plazo sería asegurar un óptimo estado del asfaltado del corredor minero. Cuando acudí a Challhuahuacho en 2017 esa carretera seguía sin asfaltar, y recibía permanentes parchados y regados para evitar levantar polvo. A mediados de 2018 los tramos que conforman el corredor minero fueron declarados ruta nacional. A mediano plazo se podría buscar la manera de reubicar las viviendas de la población para alejarlas del corredor minero o adecuarlas para que sean menos susceptibles a sus impactos.

A largo plazo se podría recurrir al futuro ferrocarril San Juan de Marcona – Andahuaylas (Caretas, 2021), de forma que los vehículos pesados de transporte se dirijan desde Challhuahuacho hacia el oeste en dirección a Andahuaylas, en vez de acudir al este en dirección a Ccapacmarca. Sin embargo, esta medida podría reubicar los perjuicios del tránsito pesado de vehículos, en vez de removerlo por completo. No obstante, parecer ser que la compañía MMG está sopesando dicha posibilidad, la cual se podría materializar en 2028 (Rumbo Minero, 2021).

Atender el desafío del transporte de la producción es crucial para mejorar la gestión social de Las Bambas, pero no es suficiente para asegurar un orden social estable. Hace falta la colaboración de la compañía minera y el Gobierno para mejorar las condiciones de vida de la población aledaña y cumplir con los compromisos adoptados en las diversas mesas de diálogo instaladas en estos años. De lo contrario, los bloqueos para exigir mejores condiciones de vida, mayores beneficios económicos y mayor poder a la empresa y al Gobierno continuarán. A esto se le añade que la población que protesta se divide en grupos cada vez más  más reducidos  (Velarde, 2018). Seamos conscientes del impacto de las decisiones provenientes de la política económica china sobre el Perú, reconozcamos la ineficacia de los corredores mineros y afrontemos el desafío de que la cadena de valor de la operación minera y el bienestar de la población convivan sin perjudicarse entre sí.

Bibliografía

Caretas. (15 de diciembre de 2021). Estudio de perfil del Proyecto ferrocarril San Juan de Marcona–Andahuaylas registra avance de más de 60%. Obtenido de https://caretas.pe/nacional/estudio-de-perfil-del-proyecto-ferrocarril-san-juan-de-marcona-andahuaylas-registra-avance-de-mas-de-60/

Cooperacción. (2015). Caso “Las Bambas” Informe especial. Lima. Obtenido de https://cooperaccion.org.pe/wp-content/uploads/2015/10/2015-10-Las-Bambas-informe-OCM.pdf

Gestión. (15 de 12 de 2021). MMG: Las Bambas detendrá su producción el 18 de diciembre debido a bloqueos. Gestión. Obtenido de https://gestion.pe/economia/empresas/mmg-las-bambas-detendra-su-produccion-el-18-de-diciembre-debido-a-bloqueos-noticia/

Perú21. (2 de mayo de 2013). Glencore completó su fusión con Xstrata. Obtenido de https://peru21.pe/economia/glencore-completo-fusion-xstrata-104577-noticia/

RPP. (3 de diciembre de 2021). Las Bambas perdió US$ 9.5 millones diarios por bloqueos, según la SNMPE. RPP. Obtenido de https://rpp.pe/economia/economia/las-bambas-perdieron-us-95-millones-diarios-por-bloqueos-segun-la-snmpe-noticia-1372870?ref=rpp

RPP. (3 de diciembre de 2021). Sociedad Nacional de Minería: Cierre de mina Las Bambas podría evitarse. Obtenido de https://rpp.pe/economia/economia/sociedad-nacional-de-mineria-cierre-de-mina-las-bambas-podria-evitarse-noticia-1372834?ref=rpp

Rumbo Minero. (5 de enero de 2021). Reanudan estudios de viabilidad del ferrocarril San Juan de Marcona – Andahuaylas. Obtenido de https://www.rumbominero.com/peru/noticias/economia/reanudan-estudios-de-viabilidad-del-ferrocarril-san-juan-de-marcona-andahuaylas/

Velarde, P. (2018). Violencia y polarización en la conflictividad minera peruana: Las Bambas. Lima: PUCP. Obtenido de https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/12261/VELARDE_DEDIOS_PATRICIO_VIOLENCIA_POLARIZACION.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Zea, E. (2013). Buenas prácticas de relación comunitaria: alcances y límites en la intervención de la empresa Xstrata Copper en la exploración del proyecto minero Las Bambas. Lima: PUCP.

Sobre el autor o autora

Josué Dediós
Sociólogo con experiencia y especializaciones en gestión social, pública y de proyectos

1 Comentario sobre "El mayor desafío de Las Bambas"

  1. Hernando Nùñez del Prado Simons | 29 enero 2022 en 02:33 | Responder

    El problema se origina, al haberse “facilitado” que los mineros utilicen la red vial publica para el transporte del mineral. Las minas, tienen que hacer su propia via de transporte para su producciòn, obra que debe contar con la Evaluaciòn de Impacto Ambiental (EIA) y tambièn del impacto social. No se puede pretender que exista un orden social estable, cuando se ha afectado la calidad de vida de las poblaciones en la zona de influencia del “corredor vial” y se haya contaminado los factores ambientales (aire, agua, suelos, biodiversidad, paisaje, etc.

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