Ríos Urbanos y poblaciones Shipibas en Lima

Proyecto Río Verde (Fuente: AOZ Arquitecto Urbanista)

Escrito por Revista Ideele N°253. Setiembre 2015

La mirada miope y el apetito político de un alcalde incapaz de continuar proyectos políticos previos o generar planes de largo plazo en los que no estampará su nombre, parecen haberle quitado al río Rímac la posibilidad de convertirse en un espacio ecológico recuperado, con retribución económica para la ciudad y, sobre todo, que dignifique la vida de los Shipibos que allí se apostaron hace quince años. Luis Castañeda esgrimió la inviabilidad económica del proyecto Río Verde, soslayando el enorme potencial que cobran esta clase de proyectos en todo el mundo. Aquí te contamos algunos casos de éxito.

La movilización de poblaciones del campo a la ciudad es una tendencia a nivel mundial1 y los pueblos de la Amazonía no escapan a ella. El crecimiento de las comunidades amazónicas es exponencial, así como la migración hacia ciudades importantes. La prueba más clara de estas tendencias es la migración de dos comunidades shipibas que se han asentado en Lima y desde allí mantienen viva y expanden sus tradiciones, cultura e idioma. Se trata de las comunidades shipibas de Cashahuacra en Santa Eulalia y de Cantagallo en el Rímac, quienes han marcado un hito sin precedentes: son los pueblos indígenas con mejor y más estable relación con el medio urbano moderno, según dijo el antropólogo Oscar Espinosa.

Los shipibos de Cantagallo llegaron a Lima hace 25 años, pero fue recién en el año 2000 que 14 familias se establecieron juntas en la ribera del río Rímac; su población comenzó a crecer hasta llegar a constituir una comunidad de 256 familias (1000 personas aproximadamente). Los shipibos de Cashahuacra, por su parte, luego de conseguir un convenio con la Universidad “La Cantuta” y conversar con las autoridades de Santa Eulalia, se apostaron en un pedazo de tierra en las faldas de un cerro que es donde actualmente viven 120 shipibos2.

A simple vista, podría parecer que los shipibos escogieron pretendidamente las riberas de los ríos siguiendo una práctica bastante común en las comunidades de la selva, pero no fue así. Los Shipibos llegaron a las riberas porque en Lima eran espacios deshabitados: el olvido y desinterés de la ciudad por estos espacios es patente y la prueba más visible es el estado degradado y precario en que se encuentran. En la Amazonía, el río es la principal vía de comunicación entre los pueblos. En Lima, los ríos son en gran medida rellanos al paso. Allí van a parar los desperdicios y la basura de la gente que vive en las zonas aledañas. Nunca, hasta la gestación de Río Verde, las autoridades habían ejecutado políticas o planes para su recuperación.

A simple vista se ve que la zona escogida por la comunidad de Cashahuacra es una pendiente expuesta a derrumbes y huaycos; cuando uno camina por sus calles se encuentra rocas grandes provenientes de algún deslizamiento anterior. En Cantagallo el área de ocupación es un antiguo vertedero de desmonte que contiene mucha basura y es altamente contaminante.

Ambas comunidades se han mantenido invisibles a los ojos del resto de la ciudad. Sin embargo, Cantagallo tuvo la oportunidad de dar un giro y convertirse en un gran parque. Pudo haber sido uno de los espacios públicos más importantes de la ciudad, un pulmón verde que oxigene el aire de Lima, que según la Organización Mundial de la Salud es el más contaminado de las ciudades de Latinoamérica. El gran parque, el río limpio, la comunidad dignificada y el fomento al turismo, todas esos posibles resultados han quedado en el olvido luego de que la Municipalidad de Lima decidió usar los fondos de dicha obra para construir unos bypass3.

Su principal argumento para decidirlo fue que no había financiamiento para ejecutar un proyecto de esta envergadura y que los US$ 74 millones de dólares no alcanzaban. ¿Es cierto esto? ¿No existen experiencias exitosas de proyectos de recuperación de ríos urbanos? La respuesta es que no. Sí los hay. El balance costo beneficio de dichas experiencias indica que son exitosas.

El gran parque, el río limpio, la comunidad dignificada y el fomento al turismo, todas esos posibles resultados han quedado en el olvido luego de que la Municipalidad de Lima decidió usar los fondos de dicha obra para construir unos bypass

Ríos urbanos en Argentina y España
En la ciudad de Rosario (Argentina) se llevó a cabo durante 20 años el proyecto de Recuperación del Frente Costero del Río Paraná (1991-2010) con un costo de más de US$ 152 millones financiados por el Municipio de Rosario y fondos privados.

La inversión es alta y el tiempo de espera tal vez podría desanimar a un alcalde acostumbrado a ejecutar únicamente obras que pueda firmar en su periodo, pero el impacto de este proyecto es más que elocuente: se construyeron 135.6 hectáreas de áreas verdes, lo cual produjo que el área verde por habitante pase de 1.36 a 11.7 metros cuadrados. Lima llega apenas a la cuarta parte de eso. El suelo en las áreas cercanas al proyecto (hasta diez cuadras de la ribera) aumentó su valor en US$38 por metro cuadrado, lo que produjo un incremento de valor total en el orden de los US$260 millones. En términos fiscales las arcas de la municipalidad recibe adicionalmente cerca de US$ 2 millones anuales por esta plusvalía.

Los número son prometedores, pero la clave en este logro fue la buena gestión de las autoridades. En primer término se ejecutó el Plan Estratégico Rosario Metropolitana de 2008, el cual tenía como normativa base el Plan Urbano 2007-20174. Estos eslabones de planeación urbana se combinaron con novedosos instrumentos de gestión mediante los cuales la municipalidad además de conseguir los montos de inversión y terrenos necesarios para las intervenciones, convirtió a las nuevas instalaciones y espacios recuperados en patrimonio municipal para uso público.

Otro caso ejemplar es el Parque Fluvial del Besós en España, el cual se ejecutó de 1996 a 2006 y contó con un financiamiento de US$ 45.5 millones de fuente pública y privada. En el parque se recuperaron 6.2 kilómetros de longitud del río hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo. En este trayecto se construyeron nuevos accesos al río, pasarelas, ciclovías a lo largo del cauce, se generaron 13 hectáreas de zonas húmedas para la depuración de aguas residuales y su reutilización en 13 hectáreas de césped creados para uso público, además se ha documentado la presencia de 50 especies de diferentes de aves.

Para lograrlo, trabajaron en conjunto distintos ayuntamientos y se estableció también el Consorcio para la Defensa de la Cuenca del Besós para la gestión del parque y así garantizar los recursos económicos y humanos.

Ambos proyectos tuvieron resultados exitosos. El que se pudo hacer con Río Verde en Lima traía, además de impactó económico, ecológico y social, el añadido de que saldaba la deuda con la comunidad de Cantagallo. El traslado y el respeto por su cultura e identidad. Ninguno de estos beneficios, sin embargo, fue suficiente para la actual administración de Lima.

Hasta que llegue un alcalde con los ojos puestos en el largo plazo y las mejores alternativas para la ciudad es probable que las personas que viven en la ribera de los ríos serán marginados pues la ciudad siempre les dará la espalda. Esta situación puede cambiar, existen casos ejemplares que comprueban ello, pero hace falta una buena gestión pública y el planeamiento urbano que lo sostenga.


1Según datos de la UNU, el 54% de la población vive en áreas urbanas (2014) y se prevé que el 66% lo hará para el 2050.
2http://www.radionacional.com.pe/informa/locales/mimp-busca-recuperaci-n-…
3Río Verde era un proyecto de recuperación del Río Rimacque consistía en la creación de 25 Ha. de áreas verdes, circuitos recreacionales, museo, anfiteatro, alamedas, ciclovías, polideportivo, 4 puentes ribereños y un programa de vivienda para la reubicación de la Comunidad Shipiba de Cantagallo .
4Lima no cuenta actualmente con un Plan Urbano actualizado ya que el Plan Metropolitano de Desarrollo de Lima y Callao al 2035 también fue desestimado por el actual alcalde Luis Castañeda Lossio.

Sobre el autor o autora

Javier Lazarte
Arquitecto y urbanista.

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