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Revista Ideele N°269. Abril 2017Primero hay que recordar que hablaremos de la mejor universidad peruana, o acaso la menos mala, como lo determinaron el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), Unesco y la Asamblea Nacional de Rectores (ANR)[1].
¿Cómo esta universidad sin plata (este año se le quitaron, para siempre, tres cuartas partes del dinero que recibía, en un país que presume de ser cada vez más rico), con violencia, falta de laboratorios e instalaciones adecuadas, problemas estructurales, grupos violentistas, fascistas y una grave corrupción política y administrativa puede ser la mejor?
La respuesta es los alumnos. El casting más riguroso del país y de muchos países alrededor filtra a los mejores alumnos. Lo único bueno de San Marcos, pues, son los alumnos, pero con eso basta.
Muchas autoridades de San Marcos desean privatizarla. En este artículo refutaré los argumentos esgrimidos para justificarlo.
Algunos opinan que si San Marcos fuera privada habría orden, ausencia de conflictos laborales, cero política, buenos baños, control etc. Que no habría caos ni violencia.
Sugieren sacrificar a los estudiantes pobres para lograr este fin y así tener una universidad más bonita y ordenada. San Marcos sería entonces un lugar en el que los pobres serían una minúscula minoría (si acaso existen), como ocurre en las universidades particulares (Cayetano, San Martín, Católica), donde es excepcional y difícil ser pobre. Pues en las universidades privadas se ejerce la más terrible discriminación a los jóvenes: si eres pobre no entras, o si entras, estudiar será mucho más difícil para ti, que si tuvieras plata.
Estas personas están preocupadas por San Marcos pero no por sus estudiantes. Olvidan, o no saben, que una universidad no es un fin sino un medio. El fin son los estudiantes y el medio son las instalaciones, la infraestructura, los funcionarios, las autoridades, las bibliotecas y los baños.
San Marcos es una máquina con un fin: el de producir conocimiento (no dinero) y, en segundo lugar, profesionales. Todo debe estar construido para ello. El edificio sirve a los alumnos no los alumnos al edificio. Así como un hospital es para los enfermos y no para los médicos o las instalaciones. Para tener una mejor universidad debe haber mejores administradores.
Otros piensan que San Marcos debe ser privatizada porque no hay dinero, el Estado da cada vez menos (mentira)[2], que no hay de donde elevar el sueldo de los profesores, que San Marcos debe producir dinero. Entonces el dinero debe venir de los alumnos y a los alumnos pobres no hay de donde sacarles. Conclusión: privaticemos para que vengan jóvenes con plata. Este razonamiento sería similar al caso de un padre que le pida dinero a sus hijos para criarlos. O como un padre que piense que sus hijos deben producir dinero y criarlo a él.
Las universidades no son empresas, no son quioscos cuya misión es producir plata. Su fin es producir conocimiento y profesionales. Para más dinero, los estudiantes y autoridades deben exigir al gobierno, para eso se pagan impuestos y existe Estado (o gastar todo lo que reciben).
Otros dicen que San Marcos debe ser privatizada para que sea mejor académicamente, pero San Marcos es ya ahora la mejor académicamente de todas las universidades, y en el ranking de universidades peruanas las universidades privadas son, en general, las peores. Y las nacionales las mejores, como en todo el mundo.
“San Marcos es una máquina con un fin: el de producir conocimiento (no dinero) y, en segundo lugar, profesionales. Todo debe estar construido para ello”.
En la mayoría de universidades privadas el nivel intelectual es bajísimo (las universidades privadas de primer nivel son una excepción en el país), los alumnos son vistos como personas a quienes esquilmar y no educar, a los profesores se les exige bajar el nivel de las clases para “no perder al cliente” (como me dijo una autoridad en la San Martín donde funge una cátedra. Negarme a aprobar a una alumna burra que no había asistido ninguna clase de laboratorio significó que no me volvieran a contratar). Los exámenes de admisión no examinan nada, entra cualquiera, en caso que muchos alumnos salgan desaprobados, se hace “campana”, o sea, a la mitad con más nota se los pasa, así estén todos desaprobados; de esta forma se aseguran alumnos inscritos en el siguiente ciclo y que el negocio prospere.
Otros piensan que San Marcos debe ser privatizada para que no surjan grupos terroristas como Sendero o MRTA en los 80s. Este argumento es falaz por que los grupos terroristas no surgen por la mera existencia de universidades públicas, si fuera así, surgirán en universidades públicas como Cambridge, Oxford, Berkeley, UCLA, La Sorbona de Paris, Complutense de Madrid, Salamanca, UANL y un largo etc.
El modo de evitar que surjan estas abyectas doctrinas es el Estado del bienestar. Una sociedad en que la economía sirva a los seres humanos (todos) y no los seres humanos a la economía. Los grupos terroristas viven de “agudizar las contradicciones”, reducirlas los desaparece. Otro ingrediente esencial de doctrinas como estas es el fanatismo religioso, y el dogmatismo irracional. La educación racional anti-dogmática y anti-conservadora es su mejor contraveneno.
San Marcos ya está a medio privatizar
Todo posgrado ya está privatizado. Es imposible ser pobre y hacer una maestría en San Marcos por sus altos costos, semejantes al sueldo con el que vive una familia peruana promedio.
La academia pre-San Marco cuesta unos 600 soles mensuales. Así que en la PRE están excluidos los pobres.
Además se reservan injustamente un porcentaje de las vacantes para estos alumnos privilegiados. Para los que dan el examen normal (ultra difícil) es ahora más difícil luchar por menos vacantes ya que muchas se reservan para los alumnos de la PRE. Así que ingresar a San Marcos es más fácil si tienes dinero. La pre-san marcos no debe existir, o sus alumnos deberían dar el mismo examen que los demás.
Los muy pobres ya no existen en San Marcos, los pobres a secas pronto serán una minoría en San Marcos, ¡como si los pobres fueran una minoría en el Perú!
“Todo posgrado ya está privatizado. Es imposible ser pobre y hacer una maestría en San Marcos por sus altos costos, semejantes al sueldo con el que vive una familia peruana promedio”.
San Marcos debería cumplir en el país el rol que cumple la corteza cerebral en el cuerpo humano: soñar el universo, desentrañar la naturaleza, entender al hombre, crear y estudiar la belleza y arte. Todo el que tenga suficiente cerebro, aunque no suficiente bolsillo, debería tener la oportunidad de hacer una diferencia en la historia de su vida y del país. Todos los que nacen en el Perú deberían tener derecho ser felices. Y la educación es una de las más bellas formas de felicidad. Como ocurrió en mi generación en que miles de estudiantes pobres hicimos San Marcos y cambiamos nuestras vidas.
Pero ya no será así. San Marcos está condenada a ser un órgano ciego e inconsciente, y acaso vestigial si los que no logran privatizarla deciden más bien desaparecerla o encogerla lo más posible. Será como esas tristes universidades de baños impecables y equipos ultramodernos donde no hay tertulias intelectuales, ni discusión filosófica, ni arte, ni ciencia de verdad. Un lugar para que estudien solo los hijos de los dueños del presente, para que sean solo ellos los dueños del futuro y del país. O donde los arribistas consigan un mejor nivel social.
El San Marcos que tanto amamos está desapareciendo y en su lugar quedará un impostor superficial e ignorante.
Aquí una corta lista de intelectuales que fueron de origen pobre:
Einstein (hijo de un colchonero)
Newton (hijo de campesinos)
Dickens
Sócrates
Sabato
Saramago
Dostoevsky
Miguel Angel
Esopo (esclavo)
Bose (fisicocuantico)
Riemann
Epicteto (esclavo)
Mario Benedetti
Kant (hijo de un hojalatero)
Silvio Rodríguez
Schubert
¿Y él? ¿Se le dejará ser alguien mañana?
[1] Luego otras instituciones internacionales concluyeron lo mismo.
[2] Ya alguien acotó que San Marcos no carece de dinero sino que gasta cada vez menos y devuelve lo que no supieron invertir las autoridades.
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