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Revista Ideele N°304. Junio-Julio 2022. Imagen: RTVE.esEl actual conflicto bélico en Ucrania puede ser entendido como una guerra entre un modo de producción agónico y un modo de producción en auge; tal como fue previamente el conflicto entre feudalismo y capitalismo.
El modo de producción agónico es el capitalismo donde el excedente es creado a través de bienes tangibles que se producen y comercian, ya sean de origen industrial (vehículos) o de origen natural (petróleo), plusvalía y renta para David Ricardo[1]. El modo de producción en auge es el pastoral[2], donde el excedente es intangible y su creación es materializada por “investigadores y autores, artistas y biólogos, químicos y músicos, filósofos y programadores”[3].
La desaparición de la Unión Soviética en 1989 y su reemplazo por la Federación Rusa, con un masivo desmembramiento territorial, más la pérdida de hegemonía política en Europa Oriental, significó el inició de la agonía una potencia mundial que se basaba en la producción de tangibles, la cual logró éxitos continuos en la carrera espacial con el lanzamiento del primer cohete, la puesta en órbita de un animal primero y luego de una persona.
De otro lado, la Academia de Ciencias de la Unión Soviética censuraba el libro sobre cibernética[4] de Norbert Wiener por considerarlo pseudo -ciencia[5], ya que presagiaba la automatización de las líneas de producción y la reducción de la demanda de mano de obra. Esto implicó que investigación básica en lo que devendría después en la construcción de computadoras y en los lenguajes de programación fuese repudiada[6] en los años 50.
La actual clase propietaria rusa ha devenido en rentista, ya que obtiene sus ingresos de la exportación de materias primas y se encuentra absolutamente rezagada en la producción de propiedad intelectual. La ocupación militar en Ucrania tiene como único objeto preservar los ingresos de la oligarquía rusa e impedir que la clase trabajadora de Bielorrusia, Moldavia y Ucrania puede acceder a un mercado laboral con mejores salarios.
Igualmente, en el campo de la investigación genética, los descubrimientos de Gregor Mendel fueron repudiados[7] por el Instituto de Genética de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, por ser abstractos y no proveer soluciones inmediatas a las necesidades de alimentación de la Unión Soviética. Posteriormente, cuando la investigación en DNA empezó a masificarse, en la URSS se le negaba financiamiento.
Es así, que mientras las potencias hegemónicas occidentales desarrollaban un nuevo modo de producción basado en la propiedad intelectual, la Unión Soviética primero y la Federación Rusa después, perdían productividad entendida esta como la creación de excedente por hora trabajada, ya que estaban estancados en el antiguo modo de producción.
En este contexto, desaparecida la Unión Soviética; Europa Occidental identifica en Europa Oriental una reserva de mano de obra cuyo costo de oportunidad económico era inferior a iguales capacidades en Europa Occidental. Es entonces que empieza un proceso de ensanchamiento de la Unión Europea con países listos a migrar a Europa Occidental o recibir inversión de Europa Occidental.
Los primeros ocho países de Europa Oriental[8] en ser admitidos el 1 de Mayo de 2004[9] (Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, y Polonia), luego el 1 de Enero de 2007 a dos más (Bulgaria y Rumania). Estos son los que conformaban el Pacto de Varsovia en su integridad y Bulgaria, más tres de los cinco nuevos países europeos que surgieron de la desaparición de la Unión Soviética. Los tres faltantes son Bielorrusia, Moldavia y Ucrania.

En este contexto, hasta Febrero 2014 el gobierno de Ucrania estaba alineados con el gobierno de la Federación Rusa, en esa fecha una insurrección popular provocó la huida del presidente pro-ruso y su reemplazo por un presidente pro-europeo. Esta insurrección popular tenía como propósito central la integración al mercado laboral de la Comunidad Europea, que implicaba un incremento de los ingresos salariales para los trabajadores de Ucrania, y una reducción de las ganancias de la clase propietaria ucraniana.
Moldavia con su población de 2.6 millones habitantes, está flanqueada por Rumania con 19.3 millones (ya en la Unión Europea) y por Ucrania con 41.7 millones (aspirando a la Unión Europea), siendo materia de tiempo su admisión. Bielorrusia con 9.4 millones de habitantes tiene a Ucrania por el sur, a Polonia con 38.2 millones de habitantes por el oeste y los tres países bálticos con 6.2 millones por el norte, pero en Bielorrusia se mantiene el mismo presidente pro-ruso desde 1994, habiendo triunfado en seis elecciones generales consecutivas.
El dilema para la clase propietaria rusa es que habiendo perdido por completo su influencia política en Europa Oriental, que obtuvo gracias a su éxito militar en la Segunda Guerra Mundial; ahora puede empezar a perder masivamente territorio que fue primero parte del Imperio Zarista y luego de la Unión Soviética. Los tres países bálticos son pequeños con un total de 6 millones de habitantes, pero Bielorrusia, Moldavia y Ucrania suman 51 millones de habitantes contra los 145 millones de la Federación Rusa. Esto es un tercio de su población actual, y con una productividad laboral promedio superior a la suya.
La actual clase propietaria tiene en Bielorrusia, Moldavia y Ucrania, un mercado cautivo de productos rusos con una calidad inferior a la oferta de la Unión Europea. Este mercado no es proporcional al 1/4 que es su población sino que por diferencias de productividad es 1/3 del mercado total.
Perder estos mercados, no sólo es materia de orgullo nacional como pretende la élite rusa, es perder un tercio de sus ganancias actuales debido a la ausencia de productos de la Unión Europea que compitan en el mercado. Asimismo que Bielorrusia, Moldavia y Ucrania con sus 51 millones de habitantes pasen al mercado laboral de la Unión Europea encarecerá los costos laborales en Rusia, reduciendo las ganancias de su clase propietaria.
Desde el punto de vista de las élites de la Unión Europea, y en particular de los dos socios fundadores y pilares de Europa Occidental, Alemania y Francia; todo ciudadano aprende en los cursos de Historia en la escuela, que las mayores derrotas militares de estos dos países fue primero con el Imperio Zarista el uno y con la Unión Soviética el otro. Por ello, estos países propician una guerra de desgaste con la Federación Rusa, a través de un tercero que a la fecha es Ucrania.
Finalmente, la actual clase propietaria rusa ha devenido en rentista, ya que obtiene sus ingresos de la exportación de materias primas y se encuentra absolutamente rezagada en la producción de propiedad intelectual. La ocupación militar en Ucrania tiene como único objeto preservar los ingresos de la oligarquía rusa e impedir que la clase trabajadora de Bielorrusia, Moldavia y Ucrania puede acceder a un mercado laboral con mejores salarios.

No es una guerra producida por una personalidad maligna, sino es una guerra producida por un régimen económico agónico que se resiste a desaparecer.
Al decir de Plejanov[10], las Guerras Napoleónicas ocurrieron al margen de la voluntad individual de Napoleón Bonaparte.
[1] On the Principles of Political Economy and Taxation (1817)
[2] Wark, McKenzie. A Hacker Manifesto. Boston, Harvard Press, 2004
[3] Idem
[4] Cybernetics: Or Control and Communication in the Animal and the Machine (1948)
[5] https://mltheory.wordpress.com/2022/04/12/cybernetics-in-the-ussr-a-marxist-leninist-perspective/
[6] https://www.jstor.org/stable/43737425
[7] https://www.nature.com/articles/454577a
[8] https://en.wikipedia.org/wiki/Iron_Curtain
[9] https://european-union.europa.eu/principles-countries-history/history-eu/2000-09_en
[10] https://www.marxists.org/archive/plekhanov/1898/xx/individual.html
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