Herbert Morote: “La violencia que vivimos fue un genocidio”

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Revista Ideele N°239. Junio 2014

Acaba de publicar el libro “Todos contra la verdad”, una defensa cerrada del Informe de la CVR. Además ha publicado otros 7 libros, la mayoría de los cuales han provocado polvareda. A este prolífico escritor, que es como un outsider del gremio, no le importa el reconocimiento. Escribe por la necesidad de decir su verdad, aunque ésta no sea compartida por la mayoría.

A usted se le conoce por sus libros siempre controversiales. Pero, ¿quién es Herbert Morote?

Soy economista y empresario, trabajé en la industria farmacéutica. He sido director de IPAE. Fui fundador de la Universidad de Lima, junto a Antonio Pinilla y Carlos Cueto Fernandini, un gran pedagogo que se encargaba de las letras. Yo dictaba finanzas y administración de empresas. Queríamos modernizar a la empresa peruana y formar cuadros. Yo había estudiado en la Universidad de Bloomington, en Indiana.

¿Cuánto ha mejorado la educación universitaria?

Ha mejorado en algunas universidades, pero todavía falta invertir en investigación. Aunque esta multiplicación de universidades me parece un fraude.Por ejemplo, en Huanta han inaugurado una universidad para 70 mil habitantes, cuando está la de Ayacucho a 35 kilómetros. En provincias la situación es crítica. En Huancavelica, por ejemplo, hay una facultad de educación. Yo la visité para recoger datos para mi libro Pero…¿tiene el Perú salvación? , y vi que toda la biblioteca de la facultada entraba en dos cajas de leche.

¿Los Morote vienen del mismo tronco?

Sí. Efraín Morote Best, el rector de la universidad fue primo hermano de mi padre. Hablaban quechua entre ellos. Después cuando los dos se jubilaron se fueron a vivir a Chaclacayo. Yo no he sido tan cercano a esa rama de la familia.

¿Y la relación con Osmán?

Osmán es mi primo. Él se crió con Alberto Morote Sánchez, un primo que se quedó huérfano y mi tío Efraín prácticamente lo adoptó, y que también ha sido rector de la Universidad San Cristóbal de Huamanga y miembro de la Comisión de la Verdad. Pasaron cosas terribles, Sendero casi mata a Alberto porque él fue rector de la universidad en los años 85, 86. Osmán le salvó la vida. Y lo tuvieron que sacar. Le dieron una beca en Dinamarca.

¿Su padre era ayacuchano?

Sí, pero yo no. Aunque como dicen ‘los ayacuchanos nacen donde les da la gana’. Mi padre hablaba quechua y teníamos costumbres ayacuchanas, visitantes, y mi hermano que nació en Arequipa tocaba la guitarra al estilo ayacuchano. La guitarra era el instrumento de la casa.

¿Por qué cree que el informe de la CVR genera tanta polémica?

Es porque nadie lo ha leído.

¿Usted lo ha leído completo?

Completo. Los 9 tomos y 5 anexos. No lo han querido divulgar y por eso nadie lo ha leído. El gran relato tiene 477 páginas, y hay un resumen que está hecho en tono académico, y que para el público en general es difícil de digerir.

¿Qué poderes bloquearon esta divulgación?

El poder económico y el político no han querido divulgarlo. Querían defender a las Fuerzas Armadas porque son su respaldo, y una parte importante del sistema político. En ninguna parte se dice que ellos fueron los responsables y los mayores criminales: el Informe dice claramente que fue Sendero.

En el Informe hay puntos perfectibles. Por ejemplo, el caso de las cifras de muertos. Se ha cuestionado que fueran 69 mil.

¡No, son más los muertos y desaparecidos! En los registros están. La CVR le consultó a la ONU y ellos le recomendaron a la American ScienceAssociation donde hay un grupo de científicos que ha hecho trabajos similares, y hay un experto mundial que se llama Patrick Bold que trabajó con las tres listas de la Comisión de la Verdad,de los militares y de los policías,y además sacó la fórmula que dio como resultado ese número.

LA CVR califica al periodo de violencia como una guerra interna y usted dice que ha sido un genocidio.

Si hablamos con los abogados me van a decir que estoy equivocado, y posiblemente lo estoy desde el punto de vista legal. Pero de acuerdo a la definición de genocidio de las Naciones Unidas, se da cuando se ataca a un grupo por algunas características que posee. Da la coincidencia de que la gran mayoría de los muertos fueron quechuahablantes, pobres y no tenían armas. Sendero Luminoso los mataba para apoderarse de sus sistemas sociales, y los militares porque sospechaban que cualquier indio era terrorista.

Pero muchos de los senderistas eran de pueblos aledaños. Eran indígenas.

Pero eso indica que cuando asumen su nueva condición se sienten blancos.

En su libro hace un deslinde tajante con Sendero y el Movadef. Dice que se justifica la alarma social referida a este grupo. Sin embargo, ¿no es un boomerang no integrarlos a la vida democrática?

No estoy de acuerdo en que estén por la amnistía para un asesino que no se arrepiente. Amnistía viene de amnesia. ¿Cómo voy a olvidar? No se puede permitir una organización que tenga esa implicación con los criminales. Estos chicos jóvenes no conocen qué pasó. No hay que criminalizarlos a ellos, sino educarlos.

Usted hace una defensa cerrada de los organismos de derechos humanos. Incluso ha llegado a decir que los que trabajan en provincias son mártires contemporáneos.

Siempre son atacados. Les dicen de todo. Ahora que ustedes se están metiendo con El Comercio les esperan otras broncas. Ser disidente en el Perú es tener el deseo de ser mártir. Yo los veo con admiración.

¿Por qué es tan conservador el poder económico en el Perú?

Son conservadores, racistas. El establishment está protegido por los militares. Cualquier protesta es reprimida violentamente.

Usted habla de una derecha cavernaria y dice que son inextinguibles y se meten por todas partes como las cucarachas.

Sí, han cambiado de nombre. Ya no se llamará Leguía, pero ahí está. Con Velasco se resintió el poder económico cuando se nacionalizaron las papeleras, las cementeras, las azucareras, pero fueron 4 o 5 años, no fue todo el tiempo. Los militares se convirtieron en poder económico porque dieron a sus amigos una serie de concesiones. La derecha es cavernaria porque no se ha modernizado, está en el pasado. Es intestinal, niega el progreso.

¿Por qué en este país no puede desarrollarse una derecha más libre pensadora, más preparada?

Porque se ha encontrado con un caldo de cultivo. A los indígenas los han dominado siempre. Por ejemplo, en educación en vez del 7% se invierte 3% del presupuesto. En mis tiempos los profesores ganaban mil dólares y ahora ganan 300. La estrategia es no educar al pueblo para seguir dominándolo. Al ignorante se le controla más fácilmente. Acá se busca mano de obra barata. Eso no es productividad. Por eso tenemos una industria manufacturera débil. La riqueza del Perú viene de la minería y en esos lugares están los más pobres del país. En el pueblo más pobre del Perú, Ocuviri, en Puno, hay 3 compañías mineras explotando oro.

¿Cómo se ubica políticamente?

Yo no sé si soy de izquierda, pero posiblemente lo sea. Yo soy socialdemócrata y mi modelo son los países escandinavos que tienen estados muy fuertes. En Dinamarca el 38% de los empleados son públicos y el país funciona, se vive muy bien. En Suecia, con la fuerte emigración, no hay discriminación.Se ha logrado integrar a los emigrantes.

Hablando de la derecha y sus poderes, usted ha dicho que Cipiani es un traidor a la jerarquía de la iglesia.

A mí no me molesta que haya dicho que la Coordinadora es una cojudez, que pusiera un cartel en su oficina diciendo que no se permitían las denuncias contra la Fuerza Armada, o que apoye el indulto a Fujimori. A mí lo que me molesta fue su silencio. Él sabía lo que estaba pasando en Ayacucho y no protestó. Sacó a los jesuitas de Ayacucho. Había como 12 jesuitas antes de Cipriani y quedaron 2 o 3. ¡Sacó a uno porque estaba enseñando en la Universidad San Cristóbal de Huamanga y le dijo que estaba enseñando en una universidad comunista!

¿Estuvo en Ayacucho en esos años?

De cobarde evité ir.

Nuestros males se remontan a siglos atrás. Usted ha escrito un libro bastante crítico respecto sobre el llamado Libertador:Bolívar, libertador y enemigo Nº1 del Perú.

Durante los 21 meses siguientes después de la Independencia , sufrimos una brutal represión y la amputación de la mitad de nuestro antiguo territorio. Bolívar deportó al congresista Luna Pizarro por oponerse a sus designios antidemocráticos y antiperuanos. Ordenó el fusilamiento de cuanto jefe militar o soldado protestase por las condiciones en las que vivía el ejército peruano. Encarceló o fusiló a guerrilleros que lo habían ayudado en las campañas de la sierra.

Dice Basadre que hubo varios Bolívar. En Ayacucho el convenio que hizo con los españoles fue un arreglo en el que se les dio toda clase de beneficios. No se les expropió nada e incluso les pagaron. Bolívar restituyó el impuesto que los indígenas pagaban a la Corona y que San Martín había anulado. Quiso acabar con las comunidades indígenas, permitiendo que se vendiesen sus tierras.

No es para justificarlo, pero en ese momento Bolívar tenía la influencia de la revolución Francesa, también del desarrollismo y la Ilustración. En esa época no se habían desarrollado las teorías antropológicas.

Bolívar fue un hombre de derecha porque había movimientos de izquierda en la Revolución Francesa. Hacer eso en un país de indígenas me parece una atrocidad. Además era alguien que compraba a la prensa. En sus cartas está cómo les pagaba a los diarios, los subvencionaba para que escribieran sobre él. Con los ingleses quiso negociar un paso por Nicaragua, una especie de Canal de Panamá. Otra cosa: él tuvo 2 mil esclavos.

Pero después los liberó.

Después de 5 años cuando ya había pasado por acá.

Se dice que invirtió su fortuna personal en la Independencia.

No invirtió nada. Más bien, salió rico. Bolívar quería unificar América Latina para hacerse rey. La Constitución Bolivariana contempla un presidente vitalicio que tenía la potestad de nombrar a su sucesor. Era como un rey.

Ese libro se lo dedicó a Valentín Paniagua.

Sí, le pregunté al doctor Paniagua qué le parecía el título del libro. Me dijo que le parecía bien, que ya era hora de poner a Bolívar en su sitio. Yo le repliqué que cuando él fue presidente no lo puso en su sitio y dejó que su monumento siguiera en la Plaza de la Constitución. Paniagua sonrió de forma maliciosa y me dijo: “Se equivoca, Bolívar está donde le corresponde. Esa plaza realmente se llama Plaza de la Inquisición”.

Con respecto a su libro El militarismo en el Perú, donde toca el tema de los caudillos, usted es muy duro con Bolívar, pero hay que tener en cuenta que San Martín quiso traer un rey al Perú. Él también tenía una visión bastante conservadora.

Ese rey que San Martín quiso traer respondía a un sistema parlamentario, como los reyes ahora en Europa. No era un rey absolutista. Hubiera sido mejor tener un rey que hiciera una transición a la República que lo que hizo Bolívar. Él les enseñó a los militares el gusto por el poder. Después vino Gamarra y la tradición de los militares. Y nos hemos quedado en eso: no hemos ganado ni una guerra, ni siquiera el 2 de mayo que no fue una guerra – había 4 barcos acá y 5 allá – pero todas nuestras calles tienen nombres de militares.

Otro que ha sido tema de sus libros es Mario Vargas Llosa. Pero antes de hablar de eso, queremos preguntarle por el Informe Uchuraccay, al que usted critica en su libro porque no dijo que los militares les dieron la orden a los campesinos de matar a los senderistas.

Vargas Llosa estuvo 2 horas y 45 minutos en Uchuraccay, y después hizo un informe encubridor. Es indignante porque murieron 8 periodistas, uno de ellos Willy Retto, hijo de mi amigo Óscar; y 137 campesinos. ¡El 30% de la población!Los uchuraccaínos le pidieron a la Comisión Vargas Llosa que les de armas porque Sendero los iba a matar. Y eso fue lo que ocurrió. El Informe no dice que, luego de matar a dos senderistas que se habían infiltrado en la directiva comunal, llegó un helicóptero y les dijeron que maten a cualquier persona extraña porque eran senderistas.

Siguiendo con Vargas Llosa, Seix Barral no quiso publicar su libroVargas Llosa, tal cual.

El editor no quiso ni verlo. Me dijo que no quería meterse con Carmen Balcells, la agente de Vargas Llosa porque todos sus escritores estaban con ella.

¿En El Pez en el agua, habla mal de Ribeyro y también de Scorza?

De Ribeyro dice que es un intelectual barato porque él firmó una carta apoyando una posición diferente a la suya, y eso le pareció una traición a Vargas Llosa. Ribeyro lo había ayudado cuando estuvo en Francia. Era un gran hombre que no buscaba la publicidad.

¿Y es cierto que Scorza no pagaba los derechos de autor cuando sacaba sus colecciones de libros?

Gracias a él podíamos leer. Yo todavía tengo mi colección de Publilibros que comprábamos a un sol en la Plaza San Martín. No sé si habrá pagado derechos, pero ¡qué ganancia podía sacar por cada libro de a sol!

Las novelas con personajes andinos de Vargas Llosa son bastante malos.

Es que no entiende el mundo andino. Más bien lo menosprecia, lo denigra.

¿Usted cree que Vargas Llosa se pone los dos apellidos para no ser simplemente Vargas?

Seguro. Vargas es muy común. Antes de la segunda edición de mi libro, la familia Vargas me contactó. La prima estaba indignada porque Vargas Llosa había descrito a su madre como una india con trenza y polleras, y no era así. Me mandó la foto que aparece en el libro y en la que se ve a una señora blanca rodeada de sus hijos.

No podemos terminar la entrevista sin preguntarle sobre el plagio de Bryce.

Él vivía en Madrid. Éramos íntimos amigos. Yo le manejaba algunos de sus asuntos financieros. Éramos hermanos. Entonces se viene a Lima a visitar a una chica de la que había enamorado y de la que ya se divorció. En ese momento yo le mando mi manuscrito de ¿Tiene el Perú salvación? a él y a otro amigo para que lo lean. Se lo envié por correo porque él es medio inepto para las computadoras. Un domingo me llama mi otro amigo a preguntarme si yo le había autorizado a Bryce a que publicara una parte del capítulo sobre educación, y yo le dije que no. Se lo había copiado y aparecía en una página entera de El Comercio. Lo llamé y le dije que debía mandar una carta rectificatoria y que si no lo hacía lo iba a tener que denunciar. Él nunca lo hizo. Le tuve que hacer un juicio que se alargó. Y después una chilena que estaba haciendo una investigación sobre plagios en Internet descubrió 35 más hechos por Bryce.

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