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Revista Ideele N°237. Abril 2014Muchas encuestas reflejan su pobreza al construirlos sin conocer el conocimiento y la deficiencia ciudadana escuchando a la gente. El simplismo de las preguntas no incorpora las identidades culturales, sociales, económicas y políticas de la ciudadanía en general y en las diferencias existentes. Tampoco se preocupan en escuchar lo que vive la gente, sus avances y sus debilidades. Se ve claramente que los consideran simplistas del “sí” o el “no” o el “a favor” y “en contra” u otras formulaciones simplistas. Ni las regiones, ni las provincias y distritos, ni el país en conjunto, saben lo que le pasa y piensa la gente en su diversidad, no solo en sus porcentajes sino en sus tendencias hacia sus males y la imaginación de una sociedad mejor. Sus preguntas suelen ser simplistas, porque suponen que no hay sabidurías populares; suelen creerlos ignorantes o tontos.
En un libro que publicó la ACS Calandria, llamado Reencuentros ciudadanos con la democracia desde la inclusión social apelando a descubrir la cultura política ciudadana, encontramos que otras preguntas elaboradas después de escuchar la vida de la gente nos cambiaron el tipo de preguntas. Lamentablemente, los medios con que contamos solo se preocupan por la subida del rating o la compra en periódicos. El 86% de las noticias son negativas sobre lo que ocurre en el país, creando una imagen de país en situación de desastre, percibido así por cada ciudadano desde los noticieros.
Es evidente que debemos trabajar mejor la conexión entre la ciudadanía y los medios, con mayor responsabilidad. Necesitamos una gran renovación. Nunca aprendí tanto como en la aplicación del llamado “Periodismo Cívico Ciudadano” fomentado por una universidad colombiana en Medellín, experiencia que surgió de los Estados Unidos gracias a periodistas comprometidos con innovaciones periodísticas. En el mes de mayo saldrá el libro de Calandria en el que se expondrá cómo la ciudadanía puede incorporarse al cambio de la sociedad a través de experiencias prácticas en las que ellos y ellas estén comprometidos.
No todo se pide solo al Gobierno. La ciudadanía también puede generar cambios significativos por nuestro querido Perú. Se ven mejoras en las sociedades locales en las que vivimos. Se demuestra así que el mejoramiento de una sociedad requiere de la participación ciudadana, quienes también deben asumir un papel transformador que transita desde la práctica a los compromisos reflexivos y viceversa.
La angustia y el desprecio ciudadano contra el Perú debe ser transformado no solo por el Gobierno sino por todos nosotros. NO NOS DEJEMOS LLEVAR POR LOS PARTIDOS, tan deficientes y agresores hoy: pareciera que están agonizando, locos por no morir. No podemos echarle toda la culpa al Gobierno; también a nuestra ciudadanía individualista y ególatra: nadie ayuda a nadie, incluyendo muchas empresas, pero no todas.
Muchos medios y algunos de sus periodistas cuestionan e insultan a quienes no siguen su corriente. Necesitamos una continua educación ciudadana. Desde colegios y universidades, también en sectores populares, hay mucha distancia con la política. Sería interesante que los ciudadanos se opongan todos a votar con el único objetivo de mejorar la política de izquierda o de derecha, o promover nuevos enfoques viables de aplicar. Todos queremos un país mejor, sin discriminaciones y diferenciaciones fuertes. Significa que entre todos podemos avanzar.
Es preocupante el machismo político partidario, salvo dos excepciones. Usaron a la primera dama para cuestionar al Gobierno y ganar espacios frente a los varones potenciales candidatos. Es evidente que la existencia de una primera dama inteligente les preocupa; al parecer los reduce: tienen miedo debido a una mujer capacitada. O puede ser un mecanismo típico para ganar ellos las futuras elecciones denunciando a los demás, simplemente. Muchos de ellos no fueron solo presidentes sino también jefes frente a todos, incluso antes sus mujeres y otras tantas. Un error constitucional es colocar al varón como jefe de la familia. Ambos lo deben ser: basta de jefaturas masculinas que en muchos casos llevan a la violencia. Conozco a Nadine Heredia como también a la directora del programa Costumbres, Sonaly Tuesta, del canal 7. Ambas fueron mis alumnas y saben de comunicación, son muy inteligente y creativas ¡Qué mejor para el Perú! ¿Por qué no pueden ser jefes también juntos y se ayudan mutuamente? El machismo político de los partidos es evidente. Hasta hoy aún no tenemos mujeres presidentas: los machos no lo pueden soportar.
En este panorama, los procesos electorales seguirán siendo de baja calidad, entre guerrillas, acusaciones falsas e insultos, además de frivolidades y regalitos, como siempre. Debiéramos generar un proceso educativo en la población peruana, en reuniones de barrios y distritos, para conversar sobre el papel de la presidencia nacional y de las municipalidades, para luego repensar entre todos los peruanos cuándo y cómo el Perú puede ser un país mejor, incorporar una participación ciudadana reflexiva y propositiva. Además, tantas elecciones molestan a la ciudadanía, casi siempre por la poca información clara y verdadera de lo que se pretende hacer, más allá del ser elegido.
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