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Revista Ideele N°235. Diciembre 2013Interpretaciones de la encuesta de EL COMERCIO IPSOS
En la última encuesta nacional urbana de El Comercio Ipsos, publicada el domingo 16 y el lunes 17de este mes, se ratifica que la gran mayoría de los peruanos pensamos que vivimos en un país profundamente corrupto.
Esta vez se demuestra cruzando de manera elemental dos variables: la altísima desaprobación de las instituciones (en el caso del Congreso 80%, del Poder Judicial 77% y del Gobierno 69%), y el hecho de que el 54% de los encuestados diga que el principal problema de las instituciones públicas es la corrupción.
Cómo será de importante la percepción de corrupción como la principal explicación de este rechazo de las instituciones, que los otros cuatro problemas mencionados (falta de recursos, ineficiencia, etc.), ni siquiera en conjunto llegan al 50%.
Hay así un claro consenso sobre la inmensa corrupción de las instituciones. La disputa es sobre cuál lo es más. Según la encuesta encargada por Proética a Ipsos, el 55% le da el premio al Congreso, el 53% a la Policía Nacional y el 49% al Poder Judicial. En realidad es casi un empate técnico.
La idea de que estamos ante una corrupción generalizada se expresa cuando –en la última encuesta de Ipsos– alrededor del 74% cree que en todas las instituciones se tiene grandes posibilidades de coimear o, peor aún, que en todas se logrará hacerlo. Acá la Policía se lleva el premio mayor con casi 10 puntos más.
Ahora, frente a este problema, el sector privado no se libra de la tentación. De acuerdo a otra encuesta hecha por Ipsos, esta vez en CADE 2012, el 76% de los encuestados consideró que los empresarios pagarían coimas si se les pidiera.
¿Qué puede sentirse ante tanta corrupción? Lo que siempre se dice: ira, indignación y sed de justicia contra la impunidad.
Sin embargo hay algunos datos en la misma encuesta que nos demuestran que no es tan así, y que mas bien la corrupción es vista como un pecado bastante tolerable y hasta perdonable. Cómo explicarnos si no que políticos frente a los que hay –por decirlo menos– graves denuncias de corrupción, o que han participado de gobiernos claramente corruptos, sigan teniendo un importante nivel de respaldo. Según la encuesta que estamos comentando Alan García tiene una aprobación del 28%, Toledo del 20%, Keiko Fujimori del 38% y Castañeda 46%.
Son niveles de aprobación que superan al de casi todas las autoridades por las que se pregunta, incluidos los ministros que podrían ser considerados como las estrellas de la película, como es el caso del Ministro de Economía, quien con su 21% de respaldo pierde frente a todos los nombrados, con la única excepción de Toledo con quien empata.
Y lo peor es que no se descarta para nada que la mayoría de ellos acaben disputándose las próximas elecciones presidenciales. ¿Dónde quedó la rabia por tanta corrupción?
Otro aspecto a remarcar es que la percepción de la corrupción puede depender del cristral con que se mire. Por ejemplo, quienes respaldan al Presidente Humala suelen poner entre las tres o cuatro razones para ello la lucha que desarrolla contra la corrupción, mientras que los que desaprueban ponen en el mismo puesto la total ausencia de medidas frente a ella.
Es acertado que se haya comenzado a medir la percepción de la corrupción en más instituciones. Y los índices encontrados también son muy altos. En esta encuesta, más del 73% cree que el personal municipal es sobornable, el 51% piensa lo mismo de los profesores y el 40% de los empleados de bancos. Una percepción cercana a la realidad, ya que la Coordinadora del Sistema Anticorrupción bajo el nuevo código procesal penal, la Jueza Susana Castañeda, acaba de presentar un informe sobre el 2013 en el que se hace referencia a varias condenas de profesores de las UGEL, sea para conseguir un nombramiento o para pasar a un alumno en el examen.
En los informes que el IDL sacó a comienzos del año pasado (WATCHiman anticorrupción febrero-marzo 2013) se alertó cómo se venían incrementando notoriamente las denuncias de corrupción a nivel de municipios distritales.
Entre las prioridades que según la reciente encuesta debería tener el Gobierno luego de la sentencia de La Haya, aparece la lucha anticorrupción en cuarto lugar, después de educación, seguridad y crecimiento económico. ¿Hará caso el Gobierno? De acuerdo a la encuesta, sólo el 12% cree que la corrupción habrá disminuído en los próximos 5 años.
El hecho de que sólo el 10% crea que se podrá lograr un acuerdo multipartidario como el de La Haya pero para combatir la corrupción, se puede deber a la convicción de que ningún partido está realmente interesado en hacerlo, pero también a que es iluso creer que los partidos se unirán para tratar de resolver un problema, cuando muchos de ellos son parte del problema.
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