Núcleo duro, núcleo blando y la salida de fondo

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Revista Ideele N°306. Octubre-Noviembre 2022

La lenta recuperación

Ipsos indica recientemente un aumento de la aprobación del presidente Castillo de 19% en abril a 27% en noviembre de 2022. Esta encuestadora ratifica la tendencia reportada por el IEP y Datum. Esta evidencia cuantitativa no calza con las narrativas usuales en los medios sobre un gobierno desfalleciente, rechazado indefectiblemente por la ciudadanía. Se ve entonces una adaptación en esas narrativas hacia afirmar que esta recuperación de aprobación ocurre porque la oposición es torpe. La adaptación se complementa con la idea-fuerza que el gobierno hace populismo y se limita a medidas efectistas. Aquí ofrecemos una visión alternativa, al revés de lo que dice la prensa derechista, que el gobierno recupera aprobación más por ineptitud opositora que por talento propio. No. El avance derechista inicial es más por ineptitud del gobierno que por talento opositor.

La dura economía

Los pronósticos mediáticos sobre la economía peruana eran muy pesimistas. Sin embargo, los resultados no han sido precisamente catastróficos. Salen análisis asegurando que el Perú del 2022 se parece mucho al Perú de fines de los 1980s, es decir, al Perú de la hiperinflación, el megadesemplo y la desesperanza. Pero al final la gente le cree más al mercado que a las declaraciones catastrofistas, evidentemente exageradas. Si algo se ve es que la economía está estable, la inflación se reduce, hay crecimiento del empleo formal, y finalmente el crecimiento va camino a superar las predicciones sesgadas a lo negativo. No es una economía boyante. Hay una situación delicada y se podría estar mejor, pero la imagen que se difunde a nivel mediático no calza con la evidencia.

El resiliente núcleo duro

En este mismo medio he señalado que el gobierno tiene un núcleo duro de apoyo, que más o menos corresponde a la votación del candidato Pedro Castillo en primera vuelta del 2021, un cuarto de la ciudadanía. Varios meses después vemos que no sólo se mantiene tal núcleo duro, sino que experimenta una ligera expansión. Efectivamente, esta es una presidencia social, que no cede ante los embates mediáticos ni está en la órbita del discurso mediático. Es un núcleo duro que le da una oportunidad renovada a Pedro Castillo para que haga cambios sociales, pero que también puede protestar duramente.

Tal vez no seamos del todo conscientes, pero en el Perú ya existe una asamblea constituyente. Es una asamblea de facto, informal, prepotente, no convocada para eso. El Congreso se arrogó los poderes constituyentes con bolondrones de cambios constitucionales y no constitucionales a todo nivel. Es muy paradójico, pues la derecha opuso su propia asamblea constituyente informal de hecho a la propuesta formal de la izquierda de una asamblea constituyente.

Empoderamiento social

A estas alturas mal, se haría en pensar que la aprobación presidencial sólo descansa en “lo simbólico” del origen social del presidente. No. Hay un proceso de empoderamiento social, que no había antes. Desde la desafección y protesta de marzo-abril, que coincide con el punto más bajo de aprobación presidencial según IPSOS, los gremios más diversos han venido siendo recibidos en palacio, como nunca en la historia. En tiempos de Velasco, la CGTP se manifestaba frente a Palacio de Gobierno; en tiempos de Castillo la CGTP se manifiesta dentro de Palacio de Gobierno. Las rejas de palacio se han abierto. ¿Irrelevante? Para nada. Antes eran los gremios empresariales los únicos en ser bienvenidos. Eso mismo ocurre con médicos, enfermeras, trabajadoras de limpieza, campesinos, reservistas. Todo va sumando. No es, en todo caso, un símbolo inerte, sino un símbolo que hace algo. Otro impacto viene dado por los gabinetes descentralizados en todo el Perú. No será la mayoría, no serán todos, pero sí hay sectores que se sienten escuchados porque, simplemente, son escuchados. Algún impacto sale de todo eso. A esto se añade un ministerio de trabajo que claramente ha favorecido la sindicalización en el país, con cierto aumento de la visibilidad de la actividad sindical. Son algunos cambios.

Enardecimiento social

No son los ataques derechistas los que explican la resiliencia del núcleo duro, pero sí explican en parte el enardecimiento social. El núcleo duro resiste y se enardece con los ataques al Gobierno. La cantaleta mediática convence sólo a los convencidos, pero genera rechazo en la acera de enfrente que sí simpatiza con el presidente. A la marcha opositora monocorde con buses que llegan al centro de Lima le sucede una variopinta marcha que apoya al ejecutivo y rechaza al congreso. Hay bronca y contrabronca.

El elusivo núcleo blando

La resiliencia y enardecimiento del núcleo duro es aún insuficiente para llegar al núcleo blando ahuyentado desde agosto y noviembre de 2021. El hoy presidente Castillo contó con la buena voluntad de sectores centristas. Algunos sólo se le acercaron por interés y oportunismo, pero no faltó quien lo hizo honestamente dándole una oportunidad de trabajo conjunto. Ahí vino el desencuentro y la ruptura de la alianza que hizo posible que Castillo gane en segunda vuelta. Fue un equilibrio muy inestable que Perú Libre y sectores centristas comúnmente llamados “caviares” pudieran coexistir sin repelerse mutuamente. Pero ahí se fue el núcleo blando que definió la segunda vuelta y el que el gobierno necesita para gobernar, que representa el siguiente cuarto de la ciudadanía, con el cual se llega la mitad de gobernabilidad. No se puede gobernar sólo con un núcleo duro y menos de 30% de aprobación, por más meritorio que sea pasar de 19% a 27% de aprobación. El empoderamiento social tendría que ir de la mano con un acercamiento a sectores centristas. Pero ahí es que además de la indignación antiultraderechista, el núcleo blando requiere medidas concretas.

La trampa del treinta por ciento

El empoderamiento y el enardecimiento social son frágiles sin medidas sociales, sin políticas, sin acción gubernamental bien gestionada. Esta ausencia arriesga al núcleo duro y no atrae al núcleo blando. El peligro de este gobierno es que se quede atrapado oscilando por debajo del 30% de aprobación sin avanzar hacia más. El discurso anticaviar extremo antagoniza equivocadamente al núcleo duro con el núcleo blando, cuando más bien hay complementariedad: las medidas que consolidan al núcleo duro acaban por incorporar al núcleo blando. El tema no está entre estas capas geológicas de aprobación y apoyo político, sino en la mitad opositora recalcitrante, que tiene cierta solidez en su ataque político. Un país no puede gobernarse sin un consenso mínimo que lo defina como país. El rechazo recalcitrante no es ni siquiera al gobierno electo actual, sino al propio sistema que le permitió ser electo. ¿Cómo salir de la crisis?

Crisis institucional, salida constitucional

Sectores mediáticos plantean reformas institucionales como salida a la crisis política reconociendo que ninguna medida puntual (vacancia del presidente, cierre del congreso, o “que se vayan todos”) soluciona la crisis. Es decir, la supuesta salida puntual no es la solución y ni siquiera un avance hacia ella. Entonces, ¿para qué se la plantea? El mensaje que se va dejando es que el país necesita una profunda reforma a varios niveles. En ese escenario, ¿por qué sería tan descabellado plantearse una asamblea constituyente como salida de fondo?

Asamblea contra asamblea

Tal vez no seamos del todo conscientes, pero en el Perú ya existe una asamblea constituyente. Es una asamblea de facto, informal, prepotente, no convocada para eso. El Congreso se arrogó los poderes constituyentes con bolondrones de cambios constitucionales y no constitucionales a todo nivel. Es muy paradójico, pues la derecha opuso su propia asamblea constituyente informal de hecho a la propuesta formal de la izquierda de una asamblea constituyente. El congreso rehace toda la normatividad jurídica con cambios numerosos y de esencia (balance de poderes, reglas electorales, régimen económico, etc.), pero con mayorías mínimas sin consensos mínimos. Toca hacerlo bien, con una convocatoria para ese fin, formal, transparente y democráticamente, movilizando a toda la sociedad para poner fin a esta zozobra institucional. Un nuevo pacto social en serio. Esta sería una salida democrática, social y legítima. Lo otro es una salida autoritaria como en los 1990s, de imposición desde arriba, que es precisamente lo que ahora está en crisis.

* El autor es Director Ejecutivo del Perú ante el BID. Descargo: Las opiniones vertidas en el presente articulo son de exclusiva responsabilidad personal del autor y no representan ni al Banco Interamericano de Desarrollo ni a ninguna instancia del Gobierno del Perú.

Sobre el autor o autora

Silvio Rendón
Economista. Investigador Independiente. Ex Director ejecutivo del Perú ante el Banco Interamericano de Desarrollo.

1 Comentario sobre "Núcleo duro, núcleo blando y la salida de fondo"

  1. Factor González Juárez | 5 diciembre 2022 en 10:17 | Responder

    En MOQUEGUA el discurso del presidente en el aspecto de sostenibilidad ambiental minera, ha traicionado sus promesas del cuidado de las cabeceras de cuenca, del respeto a la vida, salud y economía en ésta región

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