Mucha foto, poca acción

Escrito por Revista Ideele N°213. Octubre 2011

Vi una foto del presidente Ollanta Humala con Mick Jagger. También lo vi jugando fútbol con los “Cuatro Fantásticos” (Pizarro, Farfán, Vargas y Guerrero), antes del primer partido con Paraguay. Lo vi presidiendo el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana. Lo vi en las Naciones Unidas y lo vi, nervioso, en la entrevista con el periodista Jorge Ramos, de Univisión. Cuando acabó la campaña electoral, Ollanta Humala se tomó unos días de vacaciones familiares en Brasil. Cuando fue a la Asamblea de las Naciones Unidas, también tomó el fin de semana para unas vacaciones familiares. En menos de tres meses ha tomado ya dos vacaciones familiares. Me preocupa verlo tanto y tan poco. Sus apariciones son escasas y calculadas. Obedecen a una pauta de quienes creen que es muy importante hacer un manejo fino de la imagen presidencial. Me preocupa cuando los gobernantes dedican tanto a la imagen. Es como si hubiera un plan más grande, para el que es imprescindible mantener la popularidad, y que no se nos muestra. Lo que digo es subjetivo, por supuesto, pero creo que ése es el handicap de la actual gestión. No genera confianza. No lo hace porque no hay liderazgo y no hay liderazgo porque no se enfrenta los problemas. Solo se administran, en función de la coyuntura. Lo mismo de siempre. El caso más emblemático es el de la seguridad ciudadana. Se instauró el Consejo Nacional y el Presidente se puso al mando. Sin embargo, el mandatario no aportó una sola idea sobre el tema. Mandó a sus ministros a buscar soluciones, y nos mostró cómo daba esas órdenes: sin análisis de causas ni comprehensión de los distintos fenómenos de la inseguridad ciudadana. El esfuerzo mediático es inversamente proporcional a la capacidad técnica de enfrentar los problemas. En el manejo económico la cosa es un poco diferente. Hay una capacidad técnica. La hay en el Ministerio de Economía y Finanzas y en el Banco Central de Reserva. Y hay claridad sobre los límites de gasto, cuentas, presupuesto y política monetaria. Lamentablemente, tampoco en esto hay liderazgo.

Ojalá me equivoque, pero creo que veremos más fotos y menos soluciones. Tal como ha sucedido estos primeros meses

La propuesta del actual Gobierno se basa en equilibrar los objetivos de crecimiento con los de atención y ayuda social. Si la disciplina por el orden de las variables macroeconómicas y los equilibrios presupuestales se impone, lo que se logre en equidad social será muy pobre. No hay, en este sentido, un plan que se haya presentado a la ciudadanía sobre la transformación del presupuesto. No es imposible aumentar el gasto social y mantener el equilibrio presupuestal. Al contrario: es sumamente deseable que ello ocurra. Eso dependerá, sin embargo, de cambios progresivos y calculados en la estructura del gasto. No existe una propuesta en ese sentido. Las referencias a los fondos con los que se financiará el aumento del gasto social son vagas, poco técnicas, y no están articuladas en un plan de reforma presupuestal. Si la prioridad política, por otro lado, llega a ser la de la inclusión social sin orden ni prioridades, la erosión del equilibrio presupuestal nos llevará por la ruta del populismo, del que nos costó tanto salir, económica y políticamente. Malos resultados con herramientas de marketing político pueden hacer prolongar el tiempo de la declinación económica. Pueden, incluso, comprometer a las instituciones democráticas. La improvisación y una cierta frivolidad gubernamental asoman no solo en las fotos con Jagger y los Fantásticos, sino también en la visión del futuro próximo. El MEF no cuenta con un plan de contingencia frente a la crisis externa. Cada vez son mayores las señales, sin embargo, de la gravedad de su impacto en el Perú. Las declaraciones del Ministro de Economía, en el sentido de que reza todos los días para que China no caiga en una crisis, son broma, pero muy mala: no generan confianza, dan inseguridad sobre el futuro y nos hace preguntarnos sobre el tipo de técnicos que tienen a su cargo tamañas responsabilidades. La inversión seguirá llegando, pero no habrá una “moda Perú”. No la habrá porque continuará el esquema de administrar las reformas de Fujimori, con el detalle de la inclusión. El plan de constituir un mando político popular y vertical, si es que alguien lo ha tenido, se verá amenazado por esta improvisación y las demandas regionales o locales, la disminución de las tasas de crecimiento cuando no la pérdida de los equilibrios macroeconómicos en el mediano plazo. Una reforma del presupuesto y de la política requería un plan al detalle. Un plan elaborado con anticipación y ejecutado al milímetro. Estos primeros meses del Gobierno no revelan que algo así exista. Los planes de la campaña no tienen detalles de ejecución sino, principalmente, listados de intenciones, desarrollo de conceptos, exposición de ideologías. Por eso, lamentablemente, el Gobierno será sorprendido con cada crisis (política, social, económica) y responderá con mucha disposición pero con escasa preparación. Ojalá me equivoque, pero creo que veremos más fotos y menos soluciones. Tal como ha sucedido estos primeros meses.

Sobre el autor o autora

Federico Salazar Bustamante
Periodista por la Universidad de San Martín de Porres. Presentador de televisión en Panamericana Televisión y en América Televisión.

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