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Revista Ideele N°310 Julio-Agosto 2023
La criminalidad en Piura sigue avanzando y las tasas delictivas se han manifestado en diversos puntos de la ciudad. Para abordar este problema, diferentes organizaciones como la Policía Nacional del Perú, las juntas vecinales de Piura, organismos no gubernamentales, vecinos de los barrios y migrantes venezolanos se han unido en una alianza con el propósito de brindar herramientas y mecanismos a las zonas más conflictivas de Piura. Además, en los sectores populares se está fomentando la creación de juntas de seguridad ciudadana para colaborar con el orden en el territorio que habitan.
En julio, se implementaron acciones para obtener resultados tangibles en la comunidad piurana. El 17 de julio, se convocó a una marcha y patrullaje encabezado por el coronel Caballero de la PNP, representantes del IDL, ONUPS, la coordinadora regional de las juntas vecinales Carmen Flores Tinoco y grupos de vecinos organizados del distrito Veintiséis de Octubre, en Piura. La marcha convocó a efectivos policiales, integrantes de las juntas vecinales y vecinos de las zonas aledañas, registrándose decenas de personas patrullando los lugares con mayor incidencia delincuencial en el distrito Veintiséis de Octubre, junto con la Policía Nacional del Perú, para impulsar una cultura de prevención social de la violencia y la delincuencia.
Un hecho interesante en estos patrullajes es la incorporación de migrantes y refugiados venezolanos como apoyo de las juntas vecinales y la Policía. Al llevar ya tiempo conviviendo en los barrios de Veintiséis de Octubre, la estrategia de las autoridades y los propios vecinos en Piura es incorporar a personas venezolanas en las acciones de prevención y disuasión del delito. “Queremos que sean vistos como parte de la solución y no como un problema. Que se cambie la imagen del migrante, y para ello les pedimos apoyo. Ellos están abiertos a apoyar y darnos la mano”, comenta Carmen Tinoco, representante regional de las juntas vecinales en Piura.
El operativo civil-policial empezó por la tarde, y durante su ejecución se suscitó una retahíla de acontecimientos inéditos como la captura de dos presuntos criminales que amenazaron a los miembros de las juntas vecinales, así como a los efectivos policiales durante el recorrido en el asentamiento humano Jesús de Nazareth. Al ser consultada sobre estas acciones, Yessenia Marqués Domínguez —integrante de las juntas desde hace diez años— narra cómo para ella y sus compañeras el patrullaje es una actividad recurrente: “Nosotras nos exponemos a esos riesgos, pero debemos pararnos fuertes. Ellos tratan de amedrentarnos. Una vez intentaron ir a mi casa, pero yo tengo cámaras, con eso puedo denunciarlos”.
La jornada tuvo varios momentos agitados, pues se presentaron intervenciones de la Policía que trataron de ser impedidas por familiares y vecinos de los detenidos. Se encontraron mototaxis sin documentación adecuada, personas en presunto estado de ebriedad, bares clandestinos, sujetos que intentaron darse a la fuga; este fue el resultado de un extenuante recorrido por zonas como las avenidas Francia y La Florida, así como el asentamiento humano. Keiko Sofía Fujimori, entre otros, que pertenecen al distrito Veintiséis de Octubre.
Benicia Peña Rojas, una de las fundadoras de las juntas, argumenta que se han conseguido algunos objetivos, pero falta mucho por hacer: “Nuestros hijos estaban creciendo y era un caos vivir aquí; todos querían abandonar sus casas por esta situación. Pero con ayuda de la Policía y Serenazgo se puede vivir un poco mejor. Ahí seguimos hasta que Dios diga hasta acá llegamos. Pero hoy me siento orgullosa”.

Durante la marcha se estimaba contar con la presencia de representantes de la Municipalidad de Piura, sin embargo, no participaron en el recorrido. En esa línea, la población manifestó que este tipo de acciones implica un trabajo conjunto y del compromiso de todos los ciudadanos ante la incapacidad de sus autoridades regionales y municipales, que se traduce en el abandono de los sectores más vulnerables por la violencia y delincuencia.
En medio de un fatigado y largo recorrido, Carmen Tinoco —coordinadora regional de las juntas vecinales— señaló: “Hoy somos escuchadas, estamos con un coronel que tiene ganas de trabajar junto con nosotras. Ojalá que esas ganas no sean del momento y se vayan”. El coronel de la PNP Luis Ernesto Caballero Guillen remarcó que los resultados obtenidos por la intervención realizada del lunes 17 de julio son fruto del trabajo conjunto de la Policía y su comunidad: “Siempre al servicio de esta comunidad, porque nosotros no podemos solos, necesitamos el apoyo de las juntas vecinales para que, a través de ellas, que son conocedores de lo que realmente pasa en su jurisdicción, podemos darle solución”. Asimismo, el coronel Caballero saludó el éxito de este tipo de acciones que van de la mano de la sociedad civil.
A pesar de la ausencia de autoridades municipales y regionales electas, la población de estos sectores continúa esperando medidas efectivas de prevención de la violencia y criminalidad. Se requiere una alianza constante y la creación de espacios para articular esfuerzos y propuestas en planes de seguridad preventiva. La acción de patrullaje civil-policial es un gran paso para que las comisarías y la comunidad local articulen esfuerzos y tomen en consideración propuestas para generar cambios, comprendiendo las demandas de su comunidad y respetando los derechos humanos. Se espera que este evento se replique con mayor frecuencia en Veintiséis de Octubre y sirva de experiencia para otras zonas del país.
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