¿Cuán profundo es el hoyo político al que los peruanos nos arrojarnos en cada elección?
Llevamos lustros diciendo que tenemos el peor gobierno y congreso de nuestra historia. Pero, cuando tenemos la oportunidad técnica de que nuestra voz se escuche y se traduzca en cambios, volvemos a votar sin interés, con desdén y logramos aquello que parecía imposible: hacerlo aún peor.