Retrato de Oscar Wilde
Su tragedia fue indignarse. Tal vez pensaba que su fama de genio excéntrico y hombre de mundo, con un tremendo éxito presentándose sobre las tablas, “La importancia de llamarse Ernesto”, le daba crédito frente a la hipócrita y mojigata sociedad victoriana, donde era un secreto a voces que prefería la compañía de los hombres, pese a estar casado y tener hijos.