Artículos de Sinthya Rubio

Julcamarca, la tierra del olvido…

Cuando llegué al Perú, el 1.° de febrero del 2012, tenía claras cuatro cosas: que existía un lugar mágico llamado Machu Picchu; que me iba a encontrar con el auge de la comida fusión; que entre 1980 y el 2000 el país enfrentó el periodo más violento de su historia republicana (tal como lo calificó la CVR), y que se encontraban implementando, o haciéndolo medianamente, un Plan Integral de Reparaciones (PIR) para las víctimas del conflicto armado, acerca del cual yo iba a investigar.


La India, una sociedad que no quiere a sus mujeres

La imagen de exportación de la mujer india, a la vez tradicional (el sari) y moderna (Indira Gandhi) es bastante engañosa. La religión hindú, en sus múltiples variables, considera que una mujer es la reencarnación inferior con respecto al hombre, y que es maya (ilusión).


Las pequeñas batallas que la paz le está ganando a la guerra en Colombia

La reciente noticia del rearme de Iván Márquez avivó los vientos de guerra en el país. La sorpresiva aparición televisiva llamando a sus seguidores a volver a la confrontación armada provocó temores ya conocidos: la muerte y la desolación. Las figuras de la extrema derecha aprovecharon para intentar distorsionar la implementación del acuerdo de paz.


Gustavo Petro, Francia Márquez y la oportunidad de una paz incluyente en Colombia

Debo confesar que, con excepción del día del plebiscito por la paz en 2016, nunca había sentido tanta ansiedad por motivos políticos. Pero la victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez reivindicó aquella derrota para quienes siempre hemos creído que la violencia y la confrontación armada deshumaniza y corrompe a la sociedad e impide el desarrollo de cualquier nación.



El proceso de paz en Colombia: ¿y después de la firma del acuerdo, qué?

Bogotá, 23 de septiembre de 2015: estuve durante el día algo inquieta, desde la mañana los medios de comunicación especulaban sobre un anuncio trascendental en La Habana, tan transcendental que el presidente Juan Manuel Santos estaba de camino a la isla para comunicar personalmente, de viva voz, la gran noticia. Hice todas las conjeturas posibles: ¿Será que ya se va a firmar el acuerdo final? No, no puede ser posible, todavía es muy pronto, faltan temas por discutir y definir.


La Reconciliación en el Perú: el antídoto para una nación doliente

El término reconciliación tiene múltiples significados y dimensiones, que varían según el contexto. No es lo mismo la reconciliación que surgió en Sudáfrica, basada en la filosofía Ubuntu1, luego de la eliminación del apartheid, que un proceso más político en Irlanda del Norte posterior del acuerdo de viernes santo firmado en 1998; o que una reconciliación con matices pluralistas en Colombia, que está tomando una fuerza jamás pensada, ad portas de la firma de un acuerdo final en La Habana.


El último día de la guerra en Colombia

Creo no equivocarme al afirmar que el 23 de junio, todos los medios de comunicación a nivel mundial anunciaron el acuerdo sobre el “cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de Armas” al que llegaron el gobierno colombiano y las FARC-EP; calificado como histórico, contó con la presencia de ilustres invitados como el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon, la Presidenta de Chile Michelle Bachelet, al igual que otros mandatarios latinoamericanos y altos dignatarios. La firma de este acuerdo marcó un punto de no retorno en los diálogos de paz que desde noviembre de 2012, ya casi cuatro años, se están llevando a cabo en La Habana, Cuba.


El día que los colombianos le dijeron NO a la paz

Lunes 26 de septiembre de 2016. Gran parte del país se encontraba a la espera del gran hecho histórico contemporáneo que le pondría fin a una guerra fratricida de más de cincuenta años. El escenario, la ciudad colonial de Cartagena de Indias.


Un relato imborrable: memoria histórica y reparaciones en el Perú

Estamos en pleno siglo XXI y me aterra la inhumanidad en la que vivimos. No es necesario contarles al respecto, no es más que se sienten 10 minutos a ver las noticias y tendrán suficientes razones para salir espantados. Pero si hay algo que me aterra aún más, es la insensibilidad ante el dolor y la injusticia cuando los que las sufren están tan cerca.