Andrés Cañizalez: “En Venezuela, hace tiempo, hemos vivido en cuarentena”

Andrés Cañizalez: “En Venezuela, hace tiempo, hemos vivido en cuarentena”

Hildegard Willer Periodista
Ideele Revista Nº

Andrés Cañizalez, periodista  y doctor en ciencias políticas, investigador-docente de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela y director-fundador de la ONG “Medianálisis” nos comparte su visión de la coyuntura venezolana antes y en medio de la crisis del Covis19.

 Una de las sorpresas que encuentro en Venezuela a inicio de marzo 2020 es que ya no hay control de precios y el dólar se ha convertido en la moneda de facto. ¿Cómo sucedió eso y porqué Maduro ha renunciado a las recetas económicas socialistas?

Ha sido un proceso de flexibilización paulatina, que se ha venido desarrollando desde hace varios meses. Habíamos vivido 20 años donde el Estado tenía un control muy claro para controlar la economía, para evitar transacciones en dólares y sancionar al empresario privado. A partir de mediados del año pasado comenzó a haber un proceso distinto, se lo adjudico a la propia situación política. El Gobierno se enfocó en la agenda política después de la irrupción de Juan Guaidó.  Entonces la estrategia del Gobierno fue quitarle peso a Guaidó abandonando el campo económico. Porque quitarle presión a la crisis económica es un elemento que juega a favor de un Gobierno que  se encuentra en una crisis política.  

En términos del discurso estamos en una situación muy contradictoria, desde hace 17 años el discurso fue en contra del dólar, pero al final del año pasado se permitió una dolarización de la economía. Maduro da un discurso a favor diciendo que tal vez no era tan mal el dólar, que eso puede ser una vía para que se restablezcan algunas dinámicas privadas. Pienso que este cambio político se debe a que han ganado más influencia en el gobierno los asesores rusos y chinos, y ha disminuido la influencia de los cubanos.

A mediados del año pasado, según una investigación del New York Times, hubo una negociación entre el gobierno de Maduro y el principal empresario venezolano, Lorenzo Mendoza, dueño de Industrias Polar.  De hecho, en los últimos meses hemos visto como el abastecimiento de productos básicos, sobre todo harina pan, pastas, arroz, que produce Polar volvieron a estar en los anaqueles, a precios liberados.  Las personas pueden comparar precios, o también hay ajustes, como estamos en hiperinflación. El estado ya no persigue a los comerciantes ni a los productores si uno de ellos aumenta de precio.  

 

Un gran problema de Venezuela son los servicios públicos.  A cada rato hay apagones de luz, muchas familias cocinan con leña en plena ciudad porque no hay gas. Y no debe existir ningún hogar, ni el más rico, en Venezuela, que tenga agua las 24 horas del día.  ¿El régimen simplemente se caerá a pedazos como sus servicios públicos ?

 

Es el tema más caótico hoy en Venezuela, los servicios no funcionan, no hay oficinas de atención al público.

Pienso que un esquema posible sería que el Gobierno privatice el sector eléctrico a una empresa china, por ejemplo, en sociedad con empresarios venezolanos. Eso podría ser un esquema factible y políticamente digerible. porque puedes presentar a China como un aliado comunista. 

Por otro lado, veo que están dando concesiones a privados a nivel local. En mi ciudad, Barquisimeto, han dado una concesión para el aseo urbano y los concesionarios reabren el servicio de aseo y cobran a los clientes. Eso todavía no pasa con la energía eléctrica. También noto un aumento importante en los servicios de telecomunicaciones cuya tarifa se ha multiplicado por 10.  Son empresas privadas que deben contar con el permiso del Estado para subir la tarifa. Todavía hablamos de montos mínimos, pero es como una señal para liberar precios, que las empresas de telecomunicaciones aumentan sus tarifas. Percibo un ambiente favorable para que esto suceda, y probablemente veremos privatizaciones de servicios públicos.

En  cambio, es como un tabú cultural aumentar el precio de la gasolina. Tal vez allí el gobierno no se va a meter. Tiene incidencia en el transporte público, y por tanto puede generar un clima de protesta.  (Mientras tanto, en plena crisis Covid19, el mercado reguló el precio de la gasolina. Ante la escasez tremenda de gasolina, el precio de mercado negro disparó a 1 a 2 USD por litro).

Sigo pensando que en el sector eléctrico que requiere una inversión importante, que  el Estado termine asociándose con un grupo multinacional con una concesión de larga data. Porque las frecuentes fallas eléctricas generan mucho descontento, y el gobierno no quiere que haya descontento. Si la gente acepta vivir sin democracia, es una cosa. Pero los apagones y la falta de agua no son temas políticos. El agua en muchos lugares, especialmente en los edificios, está asociado a la falta de luz, porque el agua se bombea con la luz. Si no hay energía eléctrica afecta también al agua.

 

Otra paradoja que encuentro es la gran cantidad de dólares en efectivo que parece haber en las calles. Y eso de que no existe ninguna casa de cambio, no existen cuentas en dólares, y las remesas de los migrantes, p.ej. se entregan en Bolívares o en formas de canastas de víveres. ¿De dónde entonces provienen tantos billetes verdes?

Bueno, dos bancos privados acaban de anunciar que pueden abrir cuentas en dólares, Ellos dicen que tienen el permiso para hacerlo. Están diciendo que tienen permiso para hacerlo. Es un gran cambio que sucede sin que haya grandes anuncios.  No es que el gobierno dice un día, ahora permitimos las cuentas en dólares, pero como cliente te llega un mensaje que ahora puede tener una cuenta en dólares. 

Sea por omisiones del Gobierno o por la vida de los hechos vamos a una dolarización. Ya no hay bolívares en monedas.

Hay muchas hipótesis de donde pueden salir tantos dólares en efectivo. Por un lado, el Gobierno introduce dólares en efectivo.  Hubo casos donde periodistas han comprobado que llegan aviones cargados de billetes desde Turquía, desde Rusia. Sé de dos militares de alto rango que reciben su salario en dólares en efectivo

Venezuela figura también como un país de alto tráfico de droga; y después de las sanciones internacionales mucha gente del chavismo trajo su dinero a Venezuela por el temor de que no podrían disfrutar de su riqueza.

Hace pocos días ocurrió una noticia, que en una carretera en Oriente detuvieron una camioneta que lleva 1 millón de dólares en efectivo. Es una noticia real y han ocurrido casos parecidos donde encontraron montos menores. En Venezuela circula mucha moneda extranjera en efectivo, y parte de ella debe ser de origen dudoso.

 

Por la propia crisis previa, el país estaba tan devastado, tan incomunicado, que de alguna manera ya estábamos viviendo en cuarentena previamente a la expansión del coronavirus. La gente estaba recluida en sus casas, estaba saliendo poco, muchos ya trabajando desde sus casas.  Esto puede explicar porque Venezuela no registra cifras tan altas. 

 

A mediados de marzo, Juan Guaidó llamó a manifestaciones en contra del gobierno de Maduro en varias ciudades del país. La convocatoria fue bastante modesta. ¿Juan Guaidó ya fue ?

Guaidó es la figura del líder opositor fuera de Venezuela. Dentro de Venezuela, lamentablemente, en este momento no lo es.  Él tiene apoyo, pero también mucho rechazo. Si bien se le respeta como alguien honrado y valiente, la gente no lo termina de ver como el líder que nos va a llevar al cambio. Pienso que cada vez más se hace presente en el imaginario de la gente que Guaidó no va a lograr el cambio.

 Hace poco vi una encuesta donde prácticamente la mitad de los encuestados no confía en ningún liderazgo político. Esto es muy dramático porque necesitamos un liderazgo que conduzca el descontento, pero una gran parte de la población no cree en ningún liderazgo. Estamos en un punto muerto, atrapados en una situación donde la mayoría quiere un cambio, pero no hay liderazgos que conduzcan estas masas de población.

Ya no se escucha mucho de que haya censura a los medios de comunicación.

El Gobierno ha ido encontrando maneras en el tema de medios. Ya no cierra canales o medios de comunicación, sino se persigue con métodos indirectos.  Por un lado, han habido negociaciones o presiones con dueños de medios de comunicación para que los vendan a empresarios vinculados al gobierno o a testaferros. Así sucedió con el canal Globovisión.  Lo maneja una persona que está en la lista de los sancionados por EEUU. Y evidentemente la línea del canal es otra hoy. Cuando hay protestas en las calles, Globovisión muestra certámenes de belleza. Es también un tipo de censura.  

Por otro lado, el Estado tiene el monopolio de importación de papel y varios medios se han ahogado por falta de este.  En los últimos tres años, 50 medios impresos han dejado de circular por falta de papel.

Las radios reciben mucha presión administrativa, de que no tengan permisos, no hayan cumplido con procesos administrativos. No las cierran por su línea editorial, sino con  el pretexto de no haber cumplido con alguna norma administrativa.

 Las redes sociales siguen siendo muy importantes en Venezuela.  Pero hemos visto que cae la red justo en el momento y en el lugar donde Guaidó realiza una actividad.  Es un bloqueo intermitente de las redes, por ejemplo, cuando Guaidó iba a hablar en Trujillo (una ciudad en los Andes venezolanos), justo en estos días se cayó el internet en todo el Estado. Es un mecanismo sutil que lo puedes adjudicar a fallas técnicas, pero en el fondo estás censurando la política. No llega a ser el modelo chino de un control total, sino un control puntual de ciertos acontecimientos ciertos.

También el Gobierno tiene ejércitos pagados de personas que mueven las redes, con asesores rusos. De repente los hashtag más posicionados son los del gobierno, con ayuda de todo el aparato estatal. Del lado de la oposición no hay una estrategia parecida. Más bien en las redes salen las divisiones internas de la oposición.  Todo esto lleva a que en las redes donde hay mas libertad, es una libertad que le conviene al gobierno. Una libertad controlada.  Todo es un clima de censura, de control, que con el paso de los tiempos ha ido adaptándose, sufriendo su propia metamorfosis.

 

¿Cómo ves la posibilidad de una solución política negociada para Venezuela?

Hay señales que algunos sectores del chavismo quieren entrar en negociaciones, pero otros no. Tal vez si hubiese un cambio en las Fuerzas Armadas no para derrocar a Maduro, sino para convertirse en una suerte de árbitro que diga: queremos salir de la crisis. Percibo en la población un cansancio y un interés en que haya una solución. En mi programa de radio recibo muchos mensajes de personas de sectores populares de que quieren elecciones. Elecciones pueden ser una solución, pero siempre que cambien las autoridades electorales, y no creo que el chavismo esté dispuesto a eso.  Creo que debería haber una medida de fuerza para que el chavismo acceda, podrían ser las Fuerzas Armadas. Pero ellas están cooptadas, no tienen independencia como para ser el fiel de la balanza.  Parte del drama es que nos hemos quedado sin actores que podrían emplazar a los políticos de ambos lados. No tenemos esa voz hoy en Venezuela.

 

¿Hasta qué punto la pandemia del coronavirus – que encuentra en Venezuela un sistema de salud devastado – está cambiando el panorama político?

 

Estamos ante dos hechos que invisibilizan lo que pasa. Por un lado, el control de la información, una parte importante de la gente piensa que el Gobierno no dice todo lo que está ocurriendo. Lo otro es que por la propia crisis previa, el país estaba tan devastado, tan incomunicado, que de alguna manera ya estábamos viviendo en cuarentena previamente a la expansión del coronavirus. La gente estaba recluida en sus casas, estaba saliendo poco, muchos ya trabajando desde sus casas.  Esto puede explicar porque Venezuela no registra cifras tan altas  (al 13 de abril 2020 9 fallecidos). O la combinación de las dos cosas. 

Por otro lado, nuestro sistema hospitalario está destruido, sería muy desafortunado si el Covid19 se expandiera por Venezuela.

 

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