APEC 2016: Perspectivas en un entorno de cambios y aprendizajes
APEC 2016: Perspectivas en un entorno de cambios y aprendizajes
El Perú ha sido el anfitrión de la reunión de los líderes de las economías del APEC, donde se congregaron las potencias mundiales que bordean la zona del Asia Pacífico. Sin embargo, las declaraciones de los líderes han estado marcadas por recientes eventos exógenos: el “Brexit” y la elección presidencial en los Estados Unidos. Las expectativas sobre estos temas han sido mayores en el marco del foro APEC 2016, dada la inestabilidad política y económica que vive el mundo.
Oportunidad e incertidumbre comercial
Es interesante resaltar que la declaración de los líderes del APEC ha señalado importantes avances hacia una agenda inclusiva donde los temas centrales son el crecimiento económico y los procesos de integración tienen como objetivo promover una relación más sólida entre sus miembros. Asimismo, ha puesto en agenda temas fundamentales como la educación, la corrupción, la energía y la seguridad alimentaria.
Pero el mensaje más potente de la declaración ha consistido en resaltar cuán importante es el área del Asia-Pacífico en el futuro de la economía y el comercio mundial ante agendas nacionalistas que causan incertidumbre en el mundo, como el incremento de la seguridad migratoria, el alza de las barreras proteccionistas y la priorización de agendas internas.
No obstante, esta incertidumbre no debería de representar una preocupación, sino una oportunidad para buscar nuevos mercados y potenciar nuevos productos, cambiando así el horizonte del comercio internacional e incrementando el intercambio comercial entre China y los países miembros del APEC.
El Perú, por ejemplo, ha intensificado sus relaciones comerciales con China, siendo desde el año 2014 nuestro principal socio estratégico comercial. Las exportaciones del Perú a China sumaron 7 mil 300 millones de dólares en 2015; mientras los envíos a Estados Unidosascendieron a 5 mil millones de dólares el mismo año, ubicándose como el segundo país de destino.
Sin embargo, nuestra relación comercial con China se basa en el volumen de minerales que le podamos exportar. Lo que debe hacer el Perú es apuntalar parte de su estrategia comercial en las mypes y pymes que deseen desarrollar un plan de internacionalización. La misma declaración de líderes de APEC en Lima apunta a profundizar dicha línea de acción. Pero hay que reconocer que se trata de un camino de largo plazo para el sector empresarial, donde los procesos de internacionalización (integración de mercados y profundización cultural) se ven todavía con desconfianza y no como una oportunidad
Para el Perú, también existen oportunidades no aprovechadas con países miembros del APEC, como es el caso de China Taipéi, Malasia, la Federación Rusa, Australia, Nueva Zelanda y Vietnam, con quienes se puede incrementar las relaciones comerciales: el Perú todavía no cuenta con un acuerdo de libre comercio con estos países, donde hay un potencial para diversificar nuestra oferta exportable.
Es sobre la base de esta interrelación comercial que el APEC puede posicionarse en el sistema económico internacional como la región con mayor proyección económica, con miras a un crecimiento económico más inclusivo, tal como han resaltado los líderes en la declaración de la Cumbre APEC 2016.
Aguardando el liderazgo
Cabe mencionar una pregunta que surgió a lo largo de la cumbre: ¿Qué actor político está en la capacidad de comandar esta declaración? La apuesta por un liderazgo por parte de los Estados Unidos no ha sido del todo convincente, incluso Barack Obama ha manifestado que “habría que esperar y ver” qué hace el presidente entrante. Esto no permite asegurar algún tipo de continuidad en lo que se propone el APEC. Ante esta situación, los miembros del foro han volcado la mirada hacia China y sus líderes, con la expectativa que ellos puedan sostener e incidir en la importancia del APEC como una zona clave en la geopolítica internacional.
¿Es esta la oportunidad que ha estado esperando China para tomar las riendas de la situación mundial?Los líderes del país asiático se han mostradoun estrategia diplomática más abierta,enfocada en reforzar los lazos económicos con el resto de sus socios, así como profundizar las relaciones culturales con América Latina. Sin embargo, China no transmite una clara posición sobre la dirección política y su visión de mundo. Esto dificulta que el resto del mundo pueda respaldarse en el gigante asiático como líder mundial.
Esta ausencia de liderazgo no hace más que avivar los temores sobre una posible escalada del proteccionismo comercial, que precisamente los líderes de APEC pretenden combatir, pues ante esta situación de acefalíalos países se vuelven más reticentes a entender o enfrentar situaciones exógenas y miran hacia adentro de sus fronteras como barreras de protección ante futuros problemas.
A pesar de que la declaración de líderes del APEC condena explícitamentecualquier forma de proteccionismo, la percepción es que las corrientes nacionalistas se están transformando en un lenguaje global y peligroso para el mundo.
Construir el bloque regional
El APEC tiene la oportunidad de reenfocar su misión como bloque regional,a partir de la construcción de una identidad global afianzada en la proximidad cultural, a la cual apela China, para unir al Asia Pacífico. Este proceso de construcción implica revisar la reglas de juego del sistema político internacional y "re-escribir" algunos capítulos de la globalización para darle un giro más inclusivo, con el objetivo que APEC se torne atractivo a las economías emergentes.
Tomando las ideas del filósofo italiano Gramsci, que contribuyó a la construcción de la idea de hegemonía global, el APEC puede construir un bloque de poder hegemónico proyectándose hacia una nueva clase socialenriquecidapor la diversidad cultural. Así, el Asia-Pacífico podría estar incubando un proyecto de naturaleza global; mientras que en el Atlántico seestán revelando prioridades de carácter nacionalistas y con agendas que priorizan la resolución de problemas internos ante necesidades mundiales.
Es en estos espacios donde se está construyendo un nuevo balance de poder: entre un Asia-Pacífico de identidad global y un Atlántico marcado por diferencias sociales. Es el continente americano quien juega un rol clave al poder mirar ambos espectros de estas dos corrientes: así tenemos a un Estados Unidos que posa su accionar en base a una agenda interna (nacionalista) y América Latina (con excepción de Centroamérica) que se perfila a favor de una apertura comercial, económica y cultural en busca del crecimiento y desarrollo del sistema económico y político internacional.
Legado del APEC
La cumbre, realizada en Lima,será recordada como una reunión que mostró el ocaso del liderazgo occidental del APEC y, al mismo tiempo, la expectativa de que China (una potencia no occidental) pueda aprovechar la oportunidad para comandar al mundo hacia un estado mejor. Pedir que estos cambios sean de corto plazo es difícil; mientras tanto, debemos coexistir con la voluntad nacionalista ya establecida en los Estados Unidos y en algunas naciones europeas. Sin embargo, es imperioso que los líderes del APEC busquen establecer y comprometerse hacia una nueva construcción social dentro del Asia Pacífico. Esta debe ser la tarea de laregión.
En ese contexto, los acercamientos que ha hecho el Perúen términos diplomáticos y económicos hacia la Chinaconstituyen un paso importante para su integración con el Asia-Pacífico. Igual de acertado es proseguir con una estrategia multilateral, que a lo largo de los últimos quince años ha permitido aumentar las exportaciones. Sin embargo, tanto el Gobierno como los empresariosdebenestar atentos al devenir del sistema económico internacional, en especial de la región Asia-Pacífico, e incorporar en sus agendas de desarrollo y expansión los riesgos que acarrean un mundo cambiante.