Tres temas con ‘p’ de pendiente en la agenda educativa

Tres temas con ‘p’ de pendiente en la agenda educativa

Teresa Tovar Presidenta de Foro Educativo
Ideele Revista Nº 231

Ministra de educación Patricia Salas (Foto: Andina)

En los dos primeros años del Gobierno de Gana Perú ha habido continuidad en la gestión ministerial: hemos tenido una sola Ministra de Educación y un mismo plan de gobierno en Educación. A esto se ha sumado la asunción del Proyecto Educativo Nacional como documento marco del accionar en el sector, lo que ha confirmado la permanencia y estabilidad en las políticas educativas actualmente en marcha. Dicho esto, en este breve balance queremos destacar tres temas controversiales de la agenda educativa de los últimos dos años.

1. Inclusión educativa y lógica de mercado en la educación
La gestión educativa priorizó desde un inicio la agenda de equidad en educación: “Hacer realidad la equidad con calidad” y “Sin inclusión no hay calidad” marcaron el Plan de Gobierno en Educación de la ministra Salas. Se puso énfasis en el cierre de brechas, particularmente en tres campos: educación rural, atención a la primera infancia y fortalecimiento de la educación pública.

En Educación Básica el esfuerzo se enfocó en garantizar la calidad de los aprendizajes en la escuela pública. El punto de partida eran “las enormes desigualdades en el aprendizaje” entre las áreas rurales y urbanas y en los espacios público y privado. A este nivel, romper la inercia sigue siendo muy difícil, y las brechas se mantienen o incrementan. Así, en 2011 la brecha rural/urbana en Comprensión Lectora era de 27,9%, y en el 2012 alcanzó el 30%. En este mismo rubro de aprendizaje, la brecha público/privada era de 25,8% en el 2011 y de 26,4% en 2012.  En algunas regiones andinas (Huancavelica, Pasco y Apurímac) se empieza a revertir la tendencia, según el último informe oficial del MINEDU sobre las pruebas censales 2012. 

Junto a ello se da un silencioso incremento de la educación privada. A fines de la década de 1990, el 85% de la matrícula era pública, y actualmente alcanza cerca de la mitad en Lima Metropolitana. El crecimiento de la matrícula privada se produce sin control de calidad y como contracara del deterioro de la educación pública, que es calificada de ineficiente.  En el recién pasado CADE por la Educación, la visión más conservadora lo expresó sin tapujos: “La educación privada no es solo una buena alternativa. Es la única alternativa”. 

La persistencia de las brechas reitera que nuestro sistema educativo sigue siendo uno de los más segmentados del mundo. Frente a ello, la educación, como esfera de realización de derechos, no constituye una apuesta prioritaria en la agenda política nacional. Ésta se ha ido moviendo para hacer eco cada vez más de las presiones económicas en beneficio de un modelo económico extractivista para el que la educación solo cuenta de manera secundaria o instrumental: “Más educación no conlleva progreso; puede incluso empeorar las condiciones económicas de los países, porque forma para trabajar en el Estado y en instituciones que ponen barreras al crecimiento económico”. 

Durante los tiempos recientes, la injerencia de la economía en la política educativa se ha tornado menos sutil. Se grafica todos los años en las decisiones sobre presupuesto para Educación, donde el rol central y la voz cantante la tiene el Ministro de Economía. Éste tiende a restringir los fondos para Educación, de modo que el presupuesto educativo apenas bordea el 3% del PBI,  lejos de la meta del Acuerdo Nacional. En este contexto, la Ministra de Educación decidió destinar una parte importante de la ampliación presupuestal (1.300 millones de soles) al cierre de brechas educativas el 2012, y es destacable también el esfuerzo por redistribuir la asignación de recursos incrementando los montos presupuestales para las regiones más pobres.

Lo que ocurre en el Perú no es ajeno al contexto internacional, donde las reformas educativas han estado marcadas por su articulación subordinada al mercado globalizado. La educación deviene mercancía que se compra y se vende, campo de negocio y lucro, mientras que el planteamiento de la educación pública garantizada por el Estado como derecho queda atrás. 

La gestión ministerial está constreñida por la lógica de este contexto y plantea el reto de recolocar la cuestión pública en la educación peruana. Ello, a su vez, supone enlazar el debate educativo con el de desarrollo, ya que el signo de este último expande o coarta el derecho a la educación según incluya una estrategia de desarrollo productivo diversificado, sostenible e inclusivo con puentes indispensables hacia el sistema educativo.

La educación, como esfera de realización de derechos, no constituye una apuesta prioritaria en la agenda política nacional. 

2. La calidad de la educación en debate
Otro signo de la gestión educativa ha sido la apuesta por la calidad de la educación entendida, desde un enfoque de derechos, como su aseguramiento para todos, especialmente para los sectores de menores recursos. Se reacciona a la expansión de la cobertura educativa acompañada del deterioro de la calidad y a la persistente segmentación de las oportunidades en el sector.

Con esta mira se ha venido implementando un modelo que se centra en los desempeños de maestros y alumnos, enlazados a un sistema de evaluaciones continuas y a referentes estandarizados de “logros de aprendizaje”, para lo cual se elaboran diseños curriculares con sus correspondientes guías, mapas e instrumental. Frente a ello es preciso mantener algunas alertas.

Se trata de un modelo que comienza a ser puesto en cuestión en otros países. Finlandia ha logrado éxitos por un camino contrario que prioriza los estímulos, el buen clima de aprendizaje y el trabajo docente valorado altamente y realizado con autonomía. En los Estados Unidos, 46 académicos han firmado la “Declaración sobre la educación para reconstruir los EUA”, que señala que el modelo “impone patrones de arriba hacia abajo y evaluaciones de alto impacto punitivo”, y [que esto,] “combinado con años de recortes financieros drásticos[,] está transformando a las escuelas públicas en instituciones carentes de creatividad y alegría. Los educadores están siendo mellados en su dignidad y su autonomía está siendo restringida, lo que lleva a muchos a abandonar su profesión”.

El Gobierno de China ha anunciado una reforma que tiene como objetivo disminuir el peso de las pruebas estandarizadas e incorporar otras medidas para incidir en la calidad de la enseñanza. Señala que el énfasis en las evaluaciones perjudicó el desenvolvimiento de los alumnos como personas y su crecimiento saludable, además de limitar las oportunidades para que los estudiantes desarrollen responsabilidades sociales, espíritu creativo y habilidades prácticas. En Argentina, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, reunida con el Ministro del esta cartera, advirtió varios riesgos: “El sentido de la educación orientada casi exclusivamente a la empleabilidad y a la inserción en el mundo del trabajo, el énfasis puesto en resultados de aprendizaje en lectura, escritura y matemáticas, el abandono de una búsqueda de calidad de la educación y su reemplazo por la calidad de los aprendizajes, la centralidad de la estandarización de las evaluaciones y la obsesión en mensurar los aprendizajes de manera uniforme”.

En estos países está en revisión la filosofía del modelo educacional y la forma cómo se entiende calidad educativa. El debate llama a recobrar el sentido profundo de este término que alude al desarrollo pleno e integral de la persona humana a lo lardo de toda la vida y en diversos espacios (Delors), a la capacidad de desarrollar actos valiosos (Martha Nussbaum), a desarrollar la sensibilidad y asumir la reciprocidad y el buen vivir como criterios de racionalidad en educación (Cussianovich); a evitar sustituir el medio (los aprendizajes y desempeños) con el fin (las personas).

Es previsible que un cambio de modelo implicará mayor flexibilidad, predominio de la motivación y el estímulo, tratamiento personalizado en la enseñanza y valoración de la diversidad como único camino para la excelencia. Supondrá, además, poner entre signos de interrogación a la institución escolar tal como ha sido concebida desde siglos atrás, autocentrada en sí misma, ajena al contexto social y ambiental y al mundo del trabajo, y acartonada por la rigidez de las aulas, rutinas y “hábitus”, al decir de Bourdieu.

No deja de sorprender que muchos de estos aspectos estén siendo tomados por el pensamiento mercantilista en educación: “En la empresa se está reinventando y transformando la educación. Cada uno aprende a su propio ritmo”. Se plantea una educación basada en problemas, en la experimentación, y en la que la atención es personalizada. Una educación que prescinde de las notas y las sustituye por sistemas lúdicos de metas puestas por cada alumno.  La innovación está siendo planteada con fuerza por el sector privado muchas veces desde enfoques de la educación como negocio. Mientras tanto, el Estado enfatiza la eficiencia en los marcos de una visión escolar y la coloca dentro de una apuesta importante por la equidad y la inclusión. Frente a ello, se hace es necesario reafirmar la apuesta inclusiva pero con un replanteamiento de los enfoques sobre calidad y transformando radicalmente los modos de funcionamiento del sistema educativo.

3. Magisterio y cambio educativo
La gestión educativa ha apostado por la revaloración de los maestros como profesionales de la enseñanza. Para ello ha impulsado una Ley de Carrera Magisterial que unifica en un solo estatuto legal al conjunto del magisterio, superando un enorme desorden administrativo. Su orientación meritocrática estimula la mejora profesional en un horizonte de ocho niveles de carrera entre los cuales se establece una distancia salarial significativa. Reúne en un solo concepto bonificaciones que antes estaban fuera del salario y de la base pensionable. Junto a ello, el Estado está impulsando procesos de reconocimiento de los maestros por medio de concursos, pasantías, etcétera.

No obstante, no se logra aún un compromiso y alianza con el magisterio. La relación entre éste y la reforma educativa no ha existido en nuestro país, y los intentos de cambio se han realizado sin su concurso o con el magisterio en contra. Los avances de la actual gestión no escapan de este signo de distancia. En parte, porque se impulsan sobre la base de un magisterio pauperizado salarialmente, deteriorado profesionalmente y mellado en su autoestima (asuntos de larga data histórica); en parte, también, porque los cambios que implican a los maestros se han aprobado sin suficiente debate y se están haciendo efectivos sin mayor consenso, sobre la base de un magisterio dividido y arrinconado.  Mientras el magisterio permanezca al margen y no se logre su concurso, los intentos de cambio y reforma serán inconsistentes. El esfuerzo que haga el Estado requiere como contraparte el de los maestros, que, siendo mejor remunerados, reconocidos y formados, se comprometan a la buena docencia y apuesten por un país que crezca con ruta propia y capacidad de innovación.

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Muy buen analisis de Teresa

Muy buen analisis de Teresa Tovar. No hemos avanzado lo suficiente. Sino hay cambios radicales seguiremos en el sundesarrollo.

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