Un mal país para ser madre

Vivir en la ciudad resulta atractivo, presenta nuevas oportunidades pero frecuentemente estas oportunidades se convierten en dificultades que afectan directamente a las madres y recién nacidos. Los centros de salud, cercanos a la población y con equipos más modernos, son incapaces de ofrecer servicios de calidad a la creciente demanda – una masa de mujeres de bajos recursos que se muda a las ciudades en busca de mejores oportunidades para ellas mismas y para sus hijos. Estas mujeres dejan sus comunidades y familias en busca de mejores perspectivas de vida en entornos que no conocen, donde no cuentan con una red social de apoyo y donde muchas veces ni siquiera se habla su lengua.
El 74,3% de la población peruana vive en zonas urbanas y el 77,9% de las mujeres en edad fértil viven en ciudades. Esto presenta un reto creciente para los servicios de salud y educación para las mujeres, niñas y niños. Es más, una creciente cantidad de mujeres experimentan la maternidad en una edad temprana sin la preparación y madurez necesaria para esta labor tan importante. Según ENDES 2014 el 13,9 % de las adolescentes está embarazada o ya tuvo al menos un hijo y mitad de mujeres peruanas en edad fértil no terminó la educación secundaria. Las cifras crecientes de embarazo adolescente presentan un riesgo de complicaciones de embarazo y parto tanto para la madre como para el recién nacido y aumentan la deserción escolar.
Aun cuando el Gobierno enfoca sus esfuerzos en asegurar el bienestar de las madres e invertir en salud materno neonatal mediante programas como Seguro Integral de Salud (SIS), “Programa Articulado Nutricional” y “Salud Materno Neonatal”, la situación de las madres, niñas y niños en el Perú es preocupante.
El nuevo informe de Save the Children “Estado Mundial de las Madres 2015” indica que Perú ha descendido en el ranking mundial de mejores y peores países para ser madre del puesto 72 al puesto 79 entre 2014 y 2015. Ocupamos el octavo lugar en América del Sur, seguido tan solo por Bolivia y Paraguay.
Este informe, elaborado anualmente por la organización internacional, compara en su décimo sexta edición la situación de las madres en 179 países, enfocándose sobre todo en la maternidad urbana. Se basa en cinco indicadores cruciales para el bienestar de la madre y sus hijos: el riesgo de mortalidad materna a lo largo de la vida, la mortalidad infantil, el nivel educativo de la madre, situación económica y condición política de las mujeres.
Los5 Indicadores del Índice de las Madres 2015 |
Según el ranking, una de cada 440 mujeres peruanas corre riesgo de mortalidad materna y la tasa de mortalidad infantil de niños menores de cinco años asciende a 16.7 de cada 1,000 nacidos vivos. Los países escandinavos ocupan los primeros lugares de la lista, encabezados por Noruega y Finlandia, mientras que los países frágiles y afectados por conflictos de África Subsahariana ocupan los últimos lugares con Somalia en el último lugar por segundo año consecutivo.
Aun cuando el Gobierno enfoca sus esfuerzos en asegurar el bienestar de las madres e invertir en salud materno neonatal mediante programas la situación de las madres, niñas y niños en el Perú es preocupante.

LOS MEJORES PAÍSES PARA SER MADRE LOS PEORES PAÍSES PARA SER MADRE |
En muchas regiones del mundo, la probabilidad de que las niñas y niños sobrevivan para celebrar su quinto cumpleaños ha mejorado considerablemente en los últimos 20 años. Actualmente, mueren 17,000 niñas y niños menos que en 1990 y la tasa de mortalidad de menores de cinco años ha sido reducida casi a la mitad.
Sin embargo, a pesar de las notables mejoras en los promedios nacionales, la inequidad está empeorando en muchos lugares y el informe lanza una alarma específicamente en cuanto a la brecha creciente entre las madres de quintiles más pobres y más ricos. El nivel de mortalidad materna ha aumentado a nivel nacional entre 2013 y 2014 y estamos dentro de los 10 países con mayor diferencia en supervivencia entre la infancia urbana rica y pobre. En las ciudades de Perú, las niñas y niños de familias que viven en situación de pobreza tienen 3,6 veces más probabilidades de morir antes de su quinto cumpleaños que niñas y niños de familias que gozan de mejores condiciones económicas.
Por otro lado, los niños peruanos en áreas rurales tienen tasas de mortalidad mucho más altas (25 muertes de menores de un año por cada mil nacidos vivos) que sus pares en las áreas urbano marginales (16 defunciones por cada mil nacidos vivos) pero es en las ciudades donde vive la masa poblacional fuerte y donde más niñas y niños carecen de acceso a servicios básicos y oportunidades educativas de calidad. Estas niñas y niños viven frecuentemente en entornos que no favorecen su desarrollo evolutivo y psicológico, lo cual tiene efectos a largo plazo.
Las zonas rurales, por otra parte, luchan con adversidades distintas: ausencia de servicios de calidad del Estado o con distancias y condiciones geográficas y climáticas que no les permiten llegar a establecimientos de salud. Las madres, las niñas y los niños reciben atención de salud no adecuada (en lengua distinta a la suya o con costumbres y técnicas que no respetan su cultura) y se enfrentan a una realidad que muchas veces carece de servicios básicos y oportunidades educativas y de desarrollo personal tanto para sus hijos e hijas como para ellas mismas.
Save the Children implementa un programa de salud materno neonatal e infantil en la zona urbano marginal de Huachipa donde la mayoría de la población trabaja de manera informal por lo que recibe poca remuneración por su trabajo y está expuesta a abusos y explotación. El proyecto contribuye a mejorar la vida de niñas y niños del Centro de Atención Integral Alecrim, sus madres, padres y maestras, con el objetivo central disminuir los factores que afectan de manera negativa el desarrollo temprano de las niñas y niños que asisten centro. Según los estudios de la zona y el diagnóstico llevado a cabo en el marco del proyecto, las madres carecen de información sobre los factores que promueven o limitan el desarrollo infantil temprano de sus hijas e hijos. Es por ello que se ha centrado la intervención en temas como la importancia de la lactancia materna, alimentación saludable, promoción de hábitos de higiene saludables e importancia de movimiento libre para el desarrollo integral del niño.
Adicionalmente, debido a que el diagnóstico y las visitas familiares realizadas en los hogares de los niñas y niños revelaron qué más del 20% de ellos son víctimas de violencia familiar - alineado con los resultados del ENDES 2014 que indica que más del 28% de las madres y 25% de los padres utilizan el castigo físico contra los niños - , se han realizado talleres sobre derechos de la niñez e importancia de la crianza positiva sensibilizando a las madres y padres de familia, y maestros sobre el derecho a la protección frente a todas las formas de violencia, la importancia de cariño, y la disciplina positiva.
Nuestras intervenciones en la zona rural incluyen dos proyectos sobre salud materno neonatal en el centro poblado de Ccasapata, Huancavelica, con el propósito de fortalecer las capacidades en las familias para adoptar cuidados adecuados en salud y fortalecer las competencias del personal de salud para asegurar una atención de calidad, con buen trato y adecuación intercultural. En esta zona las madres tienen que caminar varias horas para llegar al establecimiento de salud donde muchas veces reciben atención no adecuada. Mediante el proyecto se ha sensibilizado a los profesionales de salud sobre la importancia de atender a las madres en su propia lengua, la quechua, y ofrecerles la posibilidad de dar a luz en la posición vertical, que no solo es una práctica con la que más cómodas se sienten sino que es también internacionalmente reconocido que esta posición asegura mayor comodidad y menor dolor a la madre, permitiendo al mismo tiempo, un nacimiento más seguro y menos traumático para su bebé.
Dentro de esta propuesta se ha trabajado junto al Gobierno Regional para que priorice en su agenda pública la mejora de la salud materna, neonatal e infantil y para construir una casa de espera materna que brinda a la madre la posibilidad de instalarse en una casa cerca del establecimiento de salud en las últimas semanas cerca de la fecha prevista del parto a fin de que este sea bien atendido. Se ha demostrado que esta estrategia tiene resultados muy positivos para la reducción de los casos de muerte materno-infantil y neonatal.
Mediante las intervenciones de Save the Children hemos visto cambios en la vida de las niñas y niños: las madres y sus hijos e hijas saben cuidar su salud e higiene, las madres que tienen servicios de parto interculturales y un lugar seguro para puerperio en una casa de espera acondicionada de acuerdo a sus costumbres, niñas y niños que crecen con una alimentación más balanceada y una oferta educativa pertinente y de calidad. Sin embargo, por encima de todo queremos luchar por el reconocimiento de los derechos de la niñez: una comprensión y reconocimiento de los derechos de las niñas y niños por parte de las madres y padres, autoridades, sociedad civil y las mismas niñas y niños; un cambio en el enfoque que se revierta en un mundo mejor para las madres, sus hijas e hijos, y las comunidades enteras.
¿Cómo se puede mejorar la calidad de vida de las madres y sus hijos e hijas? Save the Children |
Más sobre el Informe “Estado Mundial de las Madres 2015”.