EsSalud y el populismo de consumo

La unanimidad expresada en la primera votación que estableció la exoneración permanente de los aportes a EsSalud sobre las gratificaciones, es acaso la decisión política más grave de los últimos lustros contra el aparato público. EsSalud tiene una serie de problemas que hacen que sólo atienda a una parte menor de los asegurados que buscan atención; el maltrato, la tramitología, la corrupción existen y afectan a los ciudadanos; pero convertir esa constatación en el pretexto para castigar a la institución es una irresponsabilidad.
Con todos sus problemas y limitaciones, EsSalud es la institución pública que más se acerca a los principios de un Estado de Bienestar: brinda atención integral y solidaria a unos 10 millones de peruanos por aportes que en promedio no sobrepasan los 100 soles mensuales; un seguro privado para brindar una atención integral no bajaría de 2000 soles al mes. Lo que hay que proteger y transformar es nuestro sistema público de salud, del que EsSalud es parte fundamental.
Ahora que la medida se ha aprobado, lo que corresponde es sincerar las brechas y determinar qué medidas se van a implementar para garantizar la atención de los asegurados, y eso pasa por varios aspectos.
El sinceramiento financiero: EsSalud cuenta con un monto per cápita anual de 650 soles (alrededor de 200 dólares) para la atención de salud; pero el hecho es que en Latinoamérica un sistema de salud que funciona bien como el de Costa Rica, dedica 1000 dólares per cápita anuales. Sólo para garantizar atención integral y oportuna se requiere un presupuesto 5 veces mayor.
El Estado debe asumir de forma inmediata al menos lo aspectos financieros de su competencia: 1) Pago a los jubilados de EsSalud que asume la institución por más de 500 millones de soles cada año, cuando eso debiera ser responsabilidad de la ONP. 2) Sunat debe dejar de cobrar a EsSalud los más de 100 millones de soles anuales por recaudación de las contribuciones. 3) El Estado debe asumir la deuda reciente (la del IPSS ya ni mencionarla) que asciende a 1800 millones de soles. 4) Los trabajadores en el régimen CAS del aparato público deben aportar el 9% íntegro ya que ahora sólo se calcula ese porcentaje hasta el tope de 3000 soles. 5) El Estado debe sincerar además los topes de aportes a EsSalud del magisterio nacional.
Por el lado privado es necesario que la agroindustria que emplea a decenas de miles de trabajadores del campo y a funcionarios de las empresas agroexportadoras, deje de aprovechar indebidamente el seguro agrario (4% de aporte pensado para el pequeño agricultor independiente) y pase a contribuir con el 9%. Asimismo el sector privado debe cumplir el pago de su deuda que suma más de 2300 millones de soles.
En relación a las necesidades de personal de salud, sólo para el caso de los médicos, EsSalud requiere al menos 4000 especialistas más de los que ahora tiene, a los que hay sumar enfermeras y demás profesionales de la salud. Mantiene una brecha de más de 10000 camas hospitalarias, lo que representa al menos 25 grandes hospitales.
En relación a la gestión y la participación:
Se debe recomponer el Consejo Directivo de EsSalud que hoy tiene nueve representantes, tres del Estado (MINSA, MINTRA, Poder Ejecutivo), tres del empresariado (pequeña, mediada y gran empresa) y tres de los trabajadores y pensionistas (CGTP, CUT, jubilados); este Consejo Directivo lamentablemente no representa las demandas de los más de 10 millones de asegurados; ni el Estado ni los representantes sindicales, asumen que su función es la de llevar la voz de los ciudadanos asegurados. Los sindicatos que tienen ahí representación no han logrado asumir que se deben a un tercio del país y no sólo a sus agremiados.
Asimismo es urgente establecer canales de participación y co-gestión en las redes de servicio de EsSalud, conformando Consejos de Salud en cada una de ellas, con una metodología adecuada que permita incidir en las decisiones y en un elemento clave: el trato digno. En paralelo se debe establecer una reingeniería no sólo de la organización, sino de los procesos que son enrevesados para aligerar el acceso a las atenciones; y en ese empeño generar una enorme labor de transformación de la cultura organizacional tanto interna como hacia los pacientes; esa quizá sea la tarea más ardua. Para todo ello es básico que EsSalud asuma que los asegurados son los que deben y pueden conducir desde canales bien diseñados los cambios que el sistema requiere.
Titulamos el presente artículo haciendo alusión al populismo de consumo, porque teniendo en cuenta que un trabajador en planilla de EsSalud en promedio gana 1000 soles mensuales, lo que significa que en su gratificación de julio y diciembre recibirá 90 soles más, 180 anuales, de un dinero ya existente producto de su trabajo. No se aumentado un sol de ingreso, sino que se ha trasladado ese monto de un bolsillo a otro, con el agravante de que se debilitará la respuesta frente a una necesidad de salud que puede costar cientos de miles de soles atender.
Y como para recordaros que estamos en el Perú, sepa usted que desde el año 2009 a EsSalud se le viene privando de este ingreso que representa a la fecha más de 4000 millones de soles, pero las EPS (seguros privados que más de medio millón de asegurados optan pagando el 25% del aporte mensual) no han sido afectadas con este recorte. Siguiendo el argumento del obsesionado Víctor Andrés García Belaúnde (que deberá cargar en sus conciencias este error histórico del país) que dice que la gente no se enferma 14 sino 12 meses al año, pues en las EPS sí se enferman 14 meses, porque éstas han seguido recibiendo indebidamente en este periodo una suma que asciende alrededor de 200 millones de soles.