¿Alan Gray? ¿Qué pasa con el candidato al que no podías mirar porque te convencía?

Me imaginaba una escena en la cual Alan mira su retrato y llega a convencerse de que esa figura, que va perdiendo la compostura por él, es la responsable de su fracaso y termina acuchillándola para reencontrarse con él mismo. En ese momento, cae desplomado y pierde cualquier capacidad. Metáfora literaria burda, disculparán el atrevimiento.
Sin embargo, es una incógnita que me queda pendiente: entender por qué diablos Alan García Pérez, dos veces presidente del Perú, líder de la oposición perenne cuando no es gobierno, considerado como el político más influyente donde esté, hoy no puede ni siquiera acercarse a un 10% de intención de voto, incluso con Acuña y Guzmán fuera. En la última elección que participó, a estas alturas, tenía 17% de intención de voto y un panorama maravilloso para demoler a su ahora aliada.
Hay dos temas que creo que son cruciales para entenderlo: el frente interno y el externo. Me baso solo en lo que puedo ver, no tengo fuentes más que las públicas. Y siempre, todo es discutible. Para que quede más claro el panorama. No he votado, no voto ni votaré jamás por Alan García, así que siempre tendré un sesgo que vale la pena mencionar.
¿Alan es el Apra?
En el frente interno, parecería que esa dimensión en la que el PAP se ha refugiado tanto tiempo en la figura de Alan como líder único e indiscutible hoy ya no lo es tanto. Esa percepción de que lo que diga Alan es lo que diga el partido da la sensación de que se ha relativizado un poco. No se ve un apoyo sacrificado de cuadros internos. Los eternos escuderos del Apra hoy solo se ven representados por el combativo Mulder y nada más.
A Cornejo se le ve apareciendo solo, tratando de ganar un perfil que le de solvencia para ser el elegible del partido post Alan. Del Castillo, ¿está en campaña? Pastor, inexistente. Quesada, poco peso. Si bien públicamente se ríen del trabajo de la Mega Comisión que investigó el gobierno aprista, pareciera que internamente ha generado debilitamiento de los cuadros y por lo tanto poco apoyo incondicional a su candidato.
Mi hipótesis es que internamente ya Alan puede estar siendo cuestionado por el Apra. Ya no da la sensación de que Alfonso Ugarte es Hamelin ni de que el partido está tan seducido por la música de su líder. En el tramo final de la campaña parece que se va a apostar más por la estrategia congresal y allí cada quien va a defender su voto, antes de hacer un cierrafilas por la candidatura.
Es que pareciera que Alan no ha hecho mucho por construir y más bien ha logrado generar fisuras internas. Se han oído voces juveniles que piden renovación. Hay maltrato a cuadros a los que se ha llamado con calificativos muy fuertes. Frente a crisis judiciales, donde históricos como Del Castillo, León Alegría o Pastor la han pasado mal, Alan ha personalizado el tema y ha sido muy duro con sus fieles. Hay desmarques que el candidato ha hecho de “su” partido que con justicia le pueden estar pasando factura. En los últimos días, la bajada de pulgar a su coordinador en el norte chico y los insultos a su gente en Huancayo, con su empujón más al tombo, grafican esto. Alan no parece cómodo con “su” partido y “su” partido tampoco parece cómodo con él. Pero nadie va a dejar el barco. Pareciera también que, como partido organizado, lo van a dejar ser y su suerte se verá hacia adentro. No me asombraría que si Alan no pasa del 10% en las elecciones, ya no sea el candidato natural del Apra.
Segundo, en esta lógica interna, ¿cuánto del aprismo militante puede sentirse tranquilo con aliarse con el PPC? No ha existido enemigo contemporáneo más encarnizado que el PPC, al cual han vapuleado como les ha dado la gana en los últimos 20 años. Me hacen notar que esto podría no ser fácil de aceptar por el aprismo de base. Ir en alianza con la “candidata de los ricos” quien fue una de las más encarnizadas anti Alan, podría pasarle factura en la interna.
En todo caso, parece que ni Alan ni el aprismo se muestran tan cómodos el uno con el otro. ¿Ese 6% hoy día podría representar más el capital de AGP fuera del Apra que dentro? A lo mejor.
¿A quién representa el Apra o Alan hoy?
Es interesante lo que ocurre en esta dimensión. Para ello, veamos cómo andaba Alan en el 2006, cuando salió electo. En ese año, a un mes de las elecciones Alan representaba el 21% de votos válidos, estaba muy fuerte en el interior y especialmente en el norte del país y en zonas rurales. En sectores C, D y E su intención de voto era bastante prometedora y entre los jóvenes se afirmaba como la segunda opción(Ipsos). Finalmente, pasó a segunda vuelta con el 20% del total de votos y el 24% de votos válidos.
Hoy, Alan, con su 6%, genera mayores simpatías en zonas urbanas del país. Solo destaca algo en el norte (donde ha recuperado parte de la votación que Acuña tenía allí). En términos de NSE, a Alan lo ha abandonado el A y el E. Los dos extremos de la pirámide no quieren nada con él. Y es claro que la sintonía con los jóvenes la ha perdido. Por edad, es mucho más fuerte su presencia en mi generación (Ipsos). ¿Qué pasó? Mis ideas son:
- Muy mala campaña. Del “no a los services”, “agua para todos” a… Ni idea. De las estrellas animadas a nada concreto. En esta campaña Alan no tiene ideas fuerza. No tiene un eje articulado que signifique algo más allá de él. “Voto seguro”, ¿hacia dónde va? ¿Qué significa? ¿Qué tiene de fondo? Hoy, creo que la gente esperaba más propuesta concreta y no se ve nada de eso. Al mostrarse en una muy mala campaña, se puede haber generado una decepción grande en segmentos relevantes (como el C o en el interior por ejemplo) que lo han dejado de considerar.
- Pasivos muy grandes. Hace algunas semanas Datum tuvo un dato que pocos levantaron en ese momento. Para el39% de los peruanos, Alan “es el candidato de los narcos” (para que se entienda mejor, Keiko solo tenía un 7% de asociación). No es poca cosa querer encargarle la presidencia por tercera vez a alguien que se asocia con algo que creo es mucho peor al “roba pero hace obra”. Mantiene un antivoto alto. Entonces, la paradoje sería ¿un “voto seguro” para quién? Otra vez, creo que la Mega Comisión, a la que tanto le gusta desestimar, le ha generado problemas serios de credibilidad y adhesión.
- Imagen. Vamos, la imagen influye e importa. Alan parece que ha perdido energía y chispa. A nivel personal, transmite poco de positivo. Se ha vuelto (más) violento. La agresividad que está teniendo los últimos días no le hacen nada bien. No transmite confianza, me parece, cuando se muestra desafiante, arrogante y prepotente. Cuando tomamos una decisión de alta implicancia, asumiendo que una elección presidencial lo es, ¿sólo miramos el fondo y la forma no importa? No, se busca la Gestalt adecuada, fondo y forma, redondear la expectativa. Nunca se había sentido a un Alan tan desdibujado. Obstinadamente desdibujado además.
- Entorno y otros candidatos. Como GfK ha mostrado, la búsqueda de alguien nuevo pesa en la elección. Obviamente, alguien nuevo que transmita entusiasmo, interés y aporte. Eso no juega a favor de García. Nuevo no es. Para su mala suerte, Guzmán no es el único asumido como nuevo. De pronto Barnechea aparece y se desdibuja la estrategia de bajarse al outsider. No es broma, Barnechea estaría (en condicional, porque otra vez, la encuesta de Ipsos nos pone a pensar en “qué pasaría si…”, más que en un escenario real) capitalizando mejor lo que Guzmán deja y después de él viene Mendoza. Y antes que ellos PPK, pero a ver qué hace en estos días. Para colmo de males, desde el Apra se acusa a Barnechea de ser aprista!.Si el ser “nuevo” es una variable que influye, entonces el gritar “experiencia” a través del voto seguro no ayuda. Si quieren sacar esa variable del juego, menudo trabajo tienen en tres semanas.
Mi hipótesis es que internamente ya Alan puede estar siendo cuestionado por el Apra. Ya no da la sensación de que Alfonso Ugarte es Hamelin ni de que el partido está tan seducido por la música de su líder.

En resumen, creo que el problema que actualmente tiene García pasa por:
- No verse que tiene una estructura y voceros incondicionales, a diferencia de otros momentos, y por el contrario, parecen presentarse algunas contradicciones internas en un partido que suele ser monolítico.
- Ha leído muy mal el proceso. Realmente muy mal. Dicen que la soberbia es la peor consejera. Creo que para estas elecciones García sólo se escuchó a sí mismo, ha descifrado pésimo el Perú de estos últimos años y no ha reaccionado de la forma en que muchos esperaban. Hoy se siente que uno puede mirar a los ojos a García y que ya no te convence como hace poco.
¿Esto puede cambiar? Todo es posible. García, entre los políticos, tiene un “doctorado” que lo puede hacer capaz de tener una reacción notable. Muchos aún me señalan: Jamás hay que darlo por vencido. Y pueden tener razón. Pero recuerden, si quieren hablar de una epopeya en el 2006, que a un mes de las elecciones García ya tenía 17%. No 6%. Y no ganó el pase a segunda vuelta con mucho más que eso. Lo que sí logró fue que Lourdes Flores, ahora su amiga, socia y compinche, se viniera en picada. Hoy no sé si le baste.
Entonces, mirando el espejo, Alan deberá decidir, cuchillo en mano, si es Dorian Gray o alguien más parecido al Ave Fénix.