El invierno ha llegado
El invierno ha llegado
El invierno ha llegado y con él un Gabinete gris con algunos destacados ministros. Las nuevas designaciones en los sectores Defensa e Interior dejan mucho que desear frente a un manejo lamentable de la reciente incursión senderista en el VRAE. La oposición sigue siendo débil y desarticulada, como fruto de un sistema de partido precario.
Los fujimoristas quisieron aprovechar la crisis del VRAE para resaltar los méritos de la gestión de Alberto Fujimori; sin embargo, se limitaron a resaltar estrategias del pasado, sin ofrecer una alternativa renovada para el presente y el futuro cercano. La abundancia de recursos, producto de los logros en el ámbito económico, son una condición óptima para poder demostrar resultados positivos en materia de gestión, pero, a casi un año de iniciado el nuevo Gobierno, éstos son pocos tangibles.
Se está generando la sensación de que se continúa gobernando en “piloto automático”, y pareciera que la inercia se hubiera apoderado del Gobierno y la típica fría niebla de invierno redujera cualquier motivación para modificarla. No se percibe aún una administración pública de calidad que haga sentir los réditos de ese crecimiento a todos los peruanos; y no solo me refiero al Gobierno Central sino, especialmente, a los gobiernos regionales y gobiernos locales, que asumen cada vez mayores competencias en el ámbito social pero no el compromiso necesario para lograr resultados satisfactorios.
En ambos niveles de gobierno —el regional y el local— los gerentes de desarrollo social no duran en el puesto más de dos o tres meses. ¿Qué medidas piensa tomar el Gobierno para restringir esa alta rotación que impide continuidad alguna en la implementación de políticas sociales? La promesa de inclusión social no será exitosa solo con un nuevo Ministerio dedicado a la materia; es indispensable involucrar a la administración pública de las regiones.