El Primer Ministro y las encuestas

El Primer Ministro y las encuestas

Hernán Chaparro Gerente General GfK
Ideele Revista Nº 234

El presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva Arévalo, encabezó la ceremonia de transferencia del cargo, acompañado por el ex titular del sector Juan Jiménez. (Foto: Andina)

En 2012, luego de que la aprobación del Gobierno bajó de 52% en abril a 36% en julio, se dio el cambio de Gabinete con Jiménez a la cabeza. Los resultados mejoraron notablemente para Humala en agosto (subió a 45%), aunque el Primer Ministro era muy poco conocido (solo obtuvo 11% de aprobación, y tres cuartas partes dijo no conocerlo). Más que recibir positivamente la noticia del nuevo Gabinete, fue como si la gente hubiese dado el visto bueno a que Humala pidiera el retiro de los ministros del momento. El tema no era tanto quién entraba, sino un aplauso por la salida de los que, se consideraba, no estaban funcionando. Tan bajo nivel de aprobación del Gobierno no se volvió a ver hasta, de nuevo, julio de este año (32%). Entre una fecha y otra, Jiménez llegó a ser más conocido (71% supo de él), pero su evaluación nunca llegó a mayores y terminó su mandato con 18% de aprobación (y con Humala en 24%, dicho sea de paso).

Hoy no conocemos todavía el impacto del nuevo nombramiento expresado en las encuestas, pero es obvio que éste se da en un clima político bastante más crispado. El ex presidente García le ha quitado el twitter a Nadine, y Humala, personalmente, se ve muy tentado a responder para entrar al infighting. Y eso que Villanueva, el nuevo primer ministro, ha dicho que la política no puede ser un ring de box. A ver si alguien escucha, porque no parece haber intención de tirar toalla alguna.

El nombramiento como Premier del presidente de la región San Martín se da en un contexto en el que el Gobierno ha bajado su nivel de aprobación en el interior del país de una manera significativa. Humala salió elegido por ese voto y, sin embargo, es ése el espectro del electorado más crítico, y no solo ahora. En enero el Gobierno llegó a 55% de aprobación a nivel nacional urbano, pero las diferencias entre la capital y las ciudades del interior ya eran importantes. Ese mismo mes, en Lima, la cifra era 60%; en el interior, 50%. En la última encuesta de GfK (octubre), la aprobación fue de 24% a escala nacional, pero en Lima obtuvo 28%, y en el interior, solo 20%. Si el lector repasa los porcentajes verá, además, que entre enero y octubre, en Lima, la aprobación bajó aproximadamente a la mitad (de 60% a 28%), pero en el interior la caída ha sido más fuerte (de 50% a 20%). Por un lado, puede que exista cierta decepción por no ver la salida de más ministros, pero es altamente probable que el ingreso de un presidente regional en el Gabinete sí esté en el lado positivo de la balanza, al menos para el poblador del interior.

Hoy no conocemos todavía el impacto del nuevo nombramiento expresado en las encuestas, pero es obvio que éste se da en un clima político bastante más crispado

En GfK hemos preguntado, hasta en dos diferentes oportunidades, con qué actores sociales o políticos debe dialogar el Gobierno. En julio del 2012 fue al indagar sobre los conflictos sociales (véase cuadro), y en agosto de este año para ver alternativas a una situación económica que se comenzaba a desacelerar (véase cuadro). Como se puede apreciar, en ambos casos los presidentes regionales fueron los segundos nombrados luego de la población misma. Antes que líderes de movimientos locales o de la oposición, la ciudadanía ha venido reclamando mayor presencia y protagonismo en la toma de decisiones de sus responsables departamentales.

No estoy seguro cuán institucional o caudillesco pueda ser ese reclamo, pero son los primeros mediadores reconocidos a escala nacional. Es cierto que, al pasar de una función a otra, puede que esa aura de “representante del interior” se pierda rápido, pero es un capital político que Villanueva no debería dejar de lado (a falta de miembros del Gabinete nombrados por él mismo o de partido con mayor peso). Al mantener a los actuales ministros, la apuesta es a que, en el mediano plazo, las políticas que se vienen implementando (si las hay) den frutos en su momento. Mientras tanto, entre las medidas de corto plazo que permitan dar un mensaje de cambio deberían ser evaluadas algunas acciones que tengan impacto en los gobiernos regionales o en el interior en general. Por ejemplo, en el combate a la inseguridad ciudadana, que es el principal problema del país para el 77% de la población, podría ser interesante que salga el nuevo Premier no solo con los responsables de las carteras implicadas (que son varias), sino, además, con los mismos presidentes regionales para dar un mensaje de respaldo político a lo que se quiere hacer. ¿Tendrá Villanueva esa capacidad de convocatoria?

Otro tema en el que las encuestas ayudan en el análisis es el nivel de aprobación de las medidas que el anterior Premier hizo públicas como producto de las primeras conversaciones con la oposición (véase cuadro). Como se puede observar, el nivel de aprobación es muy alto. Es cierto que muchas son generalidades y que la discusión está en los detalles, pero lo que vale la pena resaltar es que el nuevo Premier no tiene que convencer mucho sobre cuáles son los temas que se deben abordar. El asunto es ver con qué recursos cuenta para implementar o avanzar en las líneas de trabajo esbozadas. El problema no es tanto el qué sino el cómo. La capacidad ejecutiva y de concertación de Villanueva es lo que podría hacer la diferencia. Sus últimas declaraciones, en las que pone énfasis en que sus colaboradores (¿los ministros?) tienen que acercarse a él no solo con los problemas sino con las soluciones, o que las decisiones se deben tomar con rapidez, van perfilando a un político con un estilo que nos lleva a recordar que en la encuesta GfK de septiembre un 56% manifestó estar a favor de que un líder político es alguien que resuelve problemas, no importa cómo. La desesperación de muchos está a la base de estas demandas. Sin caer en autoritarismos u otro tipo de problemas similares, imprimirle velocidad y energía a la gestión puede ser importante para aquietar ánimos frustrados.

Julio 2012

Agosto 2013

Septiembre 2013

 

Septiembre 2013

 

 

 

Agregar comentario

Entrevista