Los derechos de los animales
Los derechos de los animales
El derecho de los animales es un tema que cobra cada vez más vigencia. Aquí también existen una variedad de posiciones. El artículo que les presentamos, brinda un panorama completo de los principales postulados de este tipo de derecho.
El concepto derechos de animales se origina en Inglaterra en el siglo XIX, paralelamente a la formación de la Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (RSPCA por sus siglas en inglés). Tales derechos se basan en el imperativo filosófico de que los animales, al igual que los humanos, poseen ciertos derechos fundamentales e inalienables, por lo que deben ser tratados moralmente como iguales (lo que en filosofía se conoce como principio moral de igualdad en la consideración). Esta fundamentación ética e ideológica es la clave que marca una distinción con otros intentos que buscan aminorar o eliminar las prácticas cruentas en perjuicio de los animales.
Si los animales no humanos tienen derechos fundamentales e inalienables, es inmoral hacer uso de ellos como fuente de alimentos, de vestido, de entretención o como sujetos de experimentación. Quien sienta las bases filosóficas en el siglo XX para la protección de los derechos de los animales es el filósofo australiano Peter Singer, quien en su libro Liberación animal llega a la conclusión de que la base filosófico-moral en la que se sustenta la relación humana con el mundo animal y de donde se desprende el trato y la concepción que los humanos tenemos de los animales, planteaba un problema moral de grave índole. Singer concluyó que esta relación en sí es un sistema de opresión de otras especies por los seres humanos, o, como la define literalmente, una “tiranía de los humanos sobre los no-humanos”.
A través de sus tesis filosóficas, Singer busca acabar con esta tiranía, convencernos de que los animales son seres sensibles e independientes y no simples objetos cuya existencia se reduce a satisfacer nuestros intereses humanos. Sus postulados se dirigen a todo aquel que busca acabar con la explotación y la opresión en cualquier nivel en que ocurran y que considera que el principio moral de igualdad en la consideración no debe estar restringido al tratamiento de los miembros de nuestra misma especie.
Pero ¿qué es el principio moral de igualdad? De acuerdo con Singer, el principio básico de igualdad no requiere igual o idéntico trato, sino igualdad en la consideración. Igualdad en la consideración para seres diferentes conlleva diferentes tratos y diferentes derechos. Por lo tanto, el principio de igualdad, según Peter Singer, es una idea moral, no un hecho, de manera tal que: “[…] el principio de igualdad entre seres humanos no es una descripción sobre una igualdad pretendida entre los seres humanos: es una receta de cómo debemos tratar a los seres humanos”.
Jeremías Bentham incorporó la base esencial de la igualdad moral a su sistema de ética a través de la siguiente fórmula: “Cada uno cuenta por uno y ninguno por más de uno”; dicho de otro modo: los intereses de cualquier ser deben ser tomados en cuenta y dárseles el mismo peso que a los de cualquier otro ser. Posteriormente, Henry Sidgwick planteó el mismo punto así: “El bien de cualquier individuo no es de mayor importancia, desde el punto de vista del universo, que el bien de cualquier otro”. Recientemente el debate en la filosofía moral se inclina a un acuerdo al aceptar como un presupuesto fundamental en las teorías morales el dar a los intereses de todos los seres una igualdad en la consideración.
Es la consecuencia de este principio de igualdad la que nos lleva a que la preocupación por otros y nuestra prontitud a considerar sus intereses no dependan de la apariencia o habilidades de los otros. Singer establece que lo que este principio requiere de nosotros es precisamente que tomemos en cuenta las características de los seres afectados por nuestros actos. Así, la consideración por el bienestar de un niño requerirá que se le enseñe a leer, mientras que la consideración por el bienestar de un cerdo requerirá que se le deje en compañía de otros cerditos en un lugar adecuado con suficiente agua, comida y espacio para correr libremente. El elemento básico —el tomar en cuenta los intereses del ser, cualquiera que estos intereses sean— debe, de acuerdo con el principio de igualdad, ser extendido a todos los seres, negros o blancos, masculinos o femeninos, humanos o no-humanos.
Pero ¿qué es el principio moral de igualdad? De acuerdo con Singer, el principio básico de igualdad no requiere igual o idéntico trato, sino igualdad en la consideración.
Peter Singer deja claro que es en este fundamento filosófico-moral en el que se basaron los casos contra el racismo y el sexismo. Singer acierta al afirmar que es con base en este principio que debemos condenar lo que se ha denominado “especiesismo” en analogía con racismo. El término especiesismo refiere a prejuicios o actitudes predispuestas para con los intereses de los miembros de nuestra misma especie y en contra a los intereses de los miembros de otras especies. Singer establece que si el hecho de que un ser humano sea más inteligente que otro no lo faculta para que esclavice o use al otro para la consecución de sus fines, ¿por qué ese mayor grado de inteligencia faculta a los humanos a explotar a los no-humanos?
Diversos filósofos y escritores han propuesto como un principio moral básico el principio de igualdad en la consideración, pero pocos han reconocido que este principio debe extenderse a los miembros de otras especies. Empero, en un pasaje escrito cuando los franceses habían liberado a los esclavos negros pero éstos continuaban siendo tratados en Gran Bretaña y sus colonias en la misma forma que nosotros actualmente tratamos a los animales, Jeremías Bentham planteó lo siguiente:
Llegará el día cuando el resto de los animales de la creación adquieran esos derechos que nunca les hubiesen sido negados de no haber sido por la tiranía humana. Los franceses han descubierto que la negrura de la piel no es razón alguna para que un ser humano sea abandonado a los caprichos de su torturador. Vendrá el día en que será reconocido que el número de patas, la vellosidad de la piel, o la terminación de los sacrum son razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible al mismo destino.
¿Qué otra cosa debe ser trazada en esta línea insuperable? ¿Es la facultad de razonar o tal vez la facultad de discurso? Empero, un caballo adulto o un perro adulto sin lugar a dudas es más racional, y un animal con mayor capacidad de comunicación que un infante de un día de nacido. Pero supongamos que fueran de otra manera, es decir, menos racionales, ¿qué sucedería? La cuestión no es ¿pueden razonar?, ¿pueden hablar? Sino: ¿Pueden sufrir?
Singer declara que es en este pasaje donde Bentham plantea la capacidad para sufrir como la característica vital que otorga a un ser el derecho al principio de igualdad en la consideración. La capacidad de sufrimiento —y, más estrictamente, de sufrimiento, de gozo o felicidad— es el prerrequisito para “tener intereses”, una condición que tiene que ser satisfecha antes de comenzar el debate sobre otro tipo de derechos. La conclusión es que si un ser vivo —cualquiera sea éste— está sufriendo, no existe justificación moral alguna para no tomar en consideración su sufrimiento. Sin importar la naturaleza del ser vivo, el principio de igualdad requiere que su sufrimiento sea contado de manera igual con el sufrimiento de cualquier otro ser.
Singer argumenta así que el racista viola el principio de igualdad al otorgarle mayor peso a los intereses de los miembros de su misma raza cuando existe un choque entre sus intereses y los de los miembros de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad cuando favorece los intereses de los miembros de su mismo sexo. De la misma manera, el “especiesista” permite que los intereses de su misma especie pisoteen los intereses mayores —o bienestar mayor— de las otras especies. El patrón del racista y del machista es exactamente el mismo que el del “especiesista”.
Por ende, no existe justificación moral alguna para que sigamos ignorando los derechos de los animales.
*La autora es internacionalista, experta en derechos de los animales.