La tercera es la vencida: Un vistazo al proceso de paz en Colombia
La tercera es la vencida: Un vistazo al proceso de paz en Colombia
Nunca habíamos estado tan cerca de concebir un país en paz. Estamos ad portas de la firma final del proceso de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP y el gobierno nacional. Hemos llegado a un punto del que parece imposible retroceder y los colombianos y colombianas podemos comenzar a ver hecho realidad ese sueño de un país en paz. No es la primera vez que se intenta negociar con las FARC. Antes del actual, desde la década de los años 80, hubo dos intentos fallidos de procesos de negociación con la guerrilla más antigua del mundo.
El primer intento fue en 1982, liderado por el entonces presidente Belisario Betancur, quien reconoce las causas objetivas del conflicto como la desigualdad, la propiedad sobre la tierra, la pobreza y la exclusión. Con menos de dos décadas como grupo insurgente, Betancur logra sentarse a negociar en La Uribe, en el departamento del Meta. El 28 de marzo de 1984 se firmó el acuerdo y un año después las FARC-EP como civiles forman el partido político de izquierda Unión Patriótica UP. Sin embargo, el Estado emprendió un exterminio contra ellos, plan llamado El Baile Rojo, que comienza el 30 de agosto con el asesinato de uno de sus dirigentes. Este exterminio sistemático que se extendió por casi 10 años acabando con todos sus miembros, condujo que muchos regresaran a las filas o ni siquiera comenzaran su proceso de desmovilización. Entre ellos está Iván Marquez, quien había alcanzado una curul en la Cámara de Representantes, y otros se unen a la lucha como Ricardo Palmera, conocido como Simón Trinidad.
El segundo intento es muy recordado debido al impacto mediático que tuvo en su momento y todo lo que implicó en los años subsiguientes debido a la creación de la zona de distención en el sur del país. Este proceso, encabezado por el presidente Andrés Pastrana (1998-2002), comenzó debido al clamor de la población a poner fin a la guerra. Durante la década de los 90, hubo un incremento de movilizaciones pacíficas las cuales, en 1997, condujeron a una votación, en la cual cerca de 10 millones de personas demandaron el fin del conflicto armado a través de un proceso de negociación. Las negociaciones iniciaron el 7 de noviembre de 1998 con la creación de la zona de distención que abarcaba 5 municipios en 42.000 kilómetros en el sur del país. Los principales desaciertos de este proceso de paz fueron, por un lado, la sociedad civil en su momento se sintió representada por las FARC en la mesa de negociaciones, volviéndose un actor pasivo casi invisible durante todo el proceso; por el otro, en las mesas no hubo representación ni participación de las víctimas y la zona de distención se convirtió en una oportunidad para que las FARC recuperaran poder militar y se debilitaran sus motivaciones ideológicas, incrementando las confrontaciones armadas dramáticamente y la violación al Derecho Internacional Humanitario y a los Derechos Humanos, perdiendo legitimidad, convirtiéndose un grupo terrorista ante la opinión pública.. Sumado a esta situación, el gobierno no cumplió con sus promesas de campaña acerca de las reformas sociales que llevaría a cabo paralelamente al proceso de paz, en vez de esto, se pone en marcha estrategias anti -droga y contra insurgencia llamadas “Plan Colombia”. Todo esto conduce al final del proceso de paz y la elección del ex – presidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez, quien implantó una estrategia de lucha frontal contra las FARC, ocasionando su debilitamiento militar.
También es pertinente rescatar que hubo otros intentos de procesos de paz con otros grupos insurgentes o ilegales, como el liderado por el ex presidente César Gaviria en 1990 para negociar con los grupos insurgentes más relevantes como el EPL, el ELN y por supuesto las FARC; este proceso llega a término debido a la muerte en cautiverio del ex ministro de obras, Argelino Durán. Otro proceso importante es el sostenido entre el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y los paramilitares, denominadas Autodefensas Unidas de Colombia AUC. Además, no se puede desconocer que Colombia es un país que siempre ha estado en guerra. Se considera como la génesis del conflicto el Bogotazo de 1948 con el asesinato del dirigente político Jorge Eliecer, sin desconocer que lo antecede la guerra entre aliados y enemigos de, las fuerzas regulares, los partidos políticos y los propietarios de la tierra. Después vienen las luchas bipartidistas y la actual, iniciada en 1964, cuando una oleada de campesinos y estudiantes deciden armarse y adentrarse en el monte para luchar contra las injusticias sociales del país, cuando nace las FARC-EP. Esta última etapa de la guerra en Colombia de 52 años, tiene sus propias etapas caracterizadas por el fenómeno del paramilitarismo y el narcotráfico. Es importante tener en cuenta todos los actores y las fases de la guerra y los distintos intentos de procesos de paz para entender que el punto en el que nos encontramos hoy los colombianos y colombianas, lo antecede muchas experiencias y mucho dolor, de los cuales se ha aprendido. Además de otras experiencias de otros países como Irlanda del Norte, Sudáfrica, Ruanda, entre otros.
La tercera es la vencida: el actual proceso de paz en Colombia
El 27 de agosto de 2012, el presidente Juan Manuel Santos anuncia oficialmente que llevaba seis meses en conversaciones exploratorias con las FARC-EP. Dichas conversaciones habían iniciado en Oslo, Noruega y se trasladan a La Habana, Cuba en donde se firma el “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, siendo anunciado el 4 de septiembre del mismo año. Académicos concuerdan en que estos acercamientos evidencian las lecciones aprendidas del pasado en: 1. la necesidad de que las partes realizaran conversaciones preliminares para definir los temas fundamentales sin la presión de los medios y la opinión pública; 2. Realizar las conversaciones y las posteriores negociaciones en un lugar neutral para no generar tensiones adicionales; 3. Establecer objetivos claros en las conversaciones; 4. Comenzar las negociaciones con el tema de la tierra, el cual es el asunto central del conflicto armado.
En este sentido en el “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto”, se define una agenda de negociación de 5 puntos:
- Política de desarrollo agrario integral: Fue el primer punto discutido en la mesa. Este punto se constituye en una reforma agraria profunda y necesaria para el impulso del sector agrario del país. Se determinan mecanismos para garantizar el acceso a la tierra, la formalización de la propiedad, se reconoce la importancia y fundamental rol de las zonas de reserva campesina, la creación de programas de desarrollo con enfoque territorial, se acordó que se debe mejorar las condiciones de vida de las comunidades campesinas mejorando e incrementando el acceso a derechos básicos como servicios de salud, educación y vivienda digna; también se acordó que se incentivará las asociaciones de los campesinos, con apoyo técnico y financiero, y finalmente se discutió sobre qué concepto se va a emplear en el acuerdo final sobre seguridad alimentaria, ya que ambas partes tienen visiones muy diferentes sobre lo que esto implica.
- Participación política: Fue el segundo punto discutido en la mesa. En este punto se incluyen aspectos sobre cómo va a ser la participación de los ex militantes de las FARC en política, cómo se va a garantizar que episodios de “El baile rojo” no se repitan, y que habrá una “legislación de garantías” para los movimientos sociales que será discutida con ellos y esta permitirá la participación política de dichos movimientos. Se plantea la necesidad de una reforma del sistema electoral y sus instituciones, y el gobierno se compromete a aumentar el acceso a medios a partir del incentivo y apoyo al desarrollo de los medios locales de comunicación, tales como radios comunitarias. Quedó pendiente a definir para el acuerdo final cuántas curules del senado van para representantes que provengan de las FARC y la definición de un estatuto de oposición que será debatirá con los partidos políticos una vez se llegue al acuerdo final.
- Fin del conflicto: Este fue el último discutido en la mesa. En este punto se acordó como va a ser la reincorporación de los combatientes a la vida civil, sobre las zonas de concentración de las FARC para su transición a la vida civil, el cese bilateral al fuego, dejación de armas, garantías de seguridad a los combatientes, especialmente por el fenómeno del paramilitarismo que ha amenazado directa y abiertamente el proceso de paz, y la desvinculación de menores de las filas de las FARC.
- Solución del problema de las drogas ilícitas: Fue el tercer punto discutido en la mesa. En este punto se plantea que la erradicación de cultivos ilícitos debe ser a través de una planeación participativa y comenzará con la erradicación voluntaria, seguirá con la manual forzosa y en última instancia con la fumigación. A partir de julio se comenzó un proyecto piloto en 10 municipios del país. También se acordó que es necesaria la prevención del consumo de drogas para enfrentar el problema del narcotráfico, y las FARC se comprometió a romper toda relación con el narcotráfico y esclarecer su relación con el conflicto armado y los cultivos ilícitos, producción y comercialización de las drogas y lavado de activos. Finalmente, las FARC se comprometen a dar información para agilizar el desminado, que de hecho en junio de 2015 comenzó un piloto de desminado conjunto en un municipio del departamento de Antioquia.
- Víctimas: Fue el cuarto punto discutido en la mesa. En este punto se habla de la conformación de un tribunal de paz, se acuerda sobre el marco de justicia transicional en la que los guerrilleros no tendrán que pagar sus delitos en la cárcel, siempre y cuando acepten su responsabilidad, y se someterán a la justicia aceptando ciertas restricciones como geográficas, laborales y de libertad. Se acordó crear la comisión de la verdad y las FARC y gobierno se comprometieron al esclarecimiento de la verdad sobre lo ocurrido en el conflicto y las violaciones al DIH y los derechos humanos. También se acordó la búsqueda de personas desaparecidas en el marco del conflicto armado entregando información, tanto gobierno como FARC, a la Cruz Roja, Fiscalía y organizaciones de víctimas, así como la creación de una Unidad Especial para la búsqueda de personas. Finalmente se establecen medidas para la reparación integral a las víctimas en las que se contemplan actos de reconocimiento de responsabilidad, reparaciones colectivas, rehabilitación, acompañamiento a retornos a las familias desplazadas.
- Implementación, verificación y refrendación: Este es el punto en el que el proceso se encuentra actualmente. En este se determina cómo va a hacer el proceso de refrendación de lo que se acordó en la mesa ya siendo aprobado por el congreso el plebiscito por la paz, que incluyó crear un umbral bajo, del 13% para su aprobación. Se estableció que el Consejo de Seguridad de la ONU realice las labores de verificación y seguimiento de cumplimiento a los acuerdos. Se debe establecer un cronograma para la implementación de los acuerdos, aunque ya se sabe que nueve después de firmado el Acuerdo Final, comienza a funcionar la Comisión de la verdad, y que dos meses después comienza el proceso de desarme. Finalmente se debe establecer el presupuesto para la implementación de los acuerdos.
Con la firma del acuerdo sobre el fin del conflicto el pasado 23 de junio, se marca un hito histórico para el país. Si bien aún no se ha firmado el acuerdo final, los temas claves discutidos en la mesa ya están acordados, sin desconocer que viene la parte definitoria del destino del proceso de paz y por tanto del país. Con la firma del acuerdo sobre el fin del conflicto se presenta una oportunidad de pensarnos en un país sin muertes violentas, y un país en el que no nos matamos entre nosotros solo por pensar diferente. El 23 de junio se constituye como el día para empezar a concebirnos distinto, para dejar la estigmatización y la polarización atrás. Es en definitiva una oportunidad para construir un país mejor.
El anuncio dado por el gobierno y las FARC el pasado 23 de junio dejó tres noticias fundamentales:
- Que serán 23 zonas las zonas de concentración de los combatientes de las FARC y 8 los campamentos.
- Que la dejación de armas terminará 180 días después de la firma del Acuerdo Final.
- Que el mecanismo de refrendación será determinado por la Corte Constitucional.
De esta manera se definió que el mecanismo de verificación de dejación de armas será coordinado por la Fuerza Pública, la ONU y las FARC. Este mecanismo será el coordinador de la misión política no armada de la CELAC, quien a su vez realizará el acompañamiento a las unidades guerrilleras hacia las zonas de concentración. Estas zonas están ubicadas en donde históricamente las FARC han hecho presencia, tales como el sur, sur oriente, occidente, noroccidente, y parte del centro del país. El proceso de traslado iniciará cinco días después de la firma del Acuerdo Final, y las zonas son de carácter transitorio, los ex combatientes saldrán de allí como civiles y desarmados. Finalmente, la dejación de armas se dará de manera gradual: el 30% en los primeros 90 días después del Acuerdo Final, el otro 30% en los 120 días después, y el 40% restante en los 150 días después.
En este sentido, ha comenzado una etapa del proceso de paz con muchos desafíos debido tanto a los aciertos y desaciertos de las partes en estos casi cuatro años de negociación.
Aciertos y desaciertos del proceso de paz
Si bien los procesos de paz dependen de la voluntad política de quien sea el jefe en mando, lo cierto es que las lecciones aprendidas condujeron que millones de diferentes ideologías políticas, diversas realidades y perspectivas, se unieran alrededor de un único propósito: buscar una salida pacífica al conflicto armado que ha desangrado al país por generaciones. Esto ha permitido que el proceso sea más inclusivo y que se hayan tenido en cuenta diferentes puntos de vista a la hora de abordar los temas de la agenda. En este proceso se ha evidenciado la presencia de académicos, políticos de diferentes facciones, así como de diferentes movimientos sociales, como el de las mujeres.
Esto se refleja en la conformación de una subcomisión de género en 2014, la cual logró incluir la visión de las mujeres en los tres acuerdos que ya se habían negociado, así como en los pendientes en su momento, reflejándose así de manera más clara y directa nuestras necesidades, desde el reconocimiento de las afectaciones particulares que nosotras tenemos en el conflicto armado y nuestros aportes al a construcción de paz (Colombia 2020).
Es de resaltar también la metodología implementada, que recoge las experiencias pasadas del país y de otros países que han llegado a feliz término con sus procesos de paz. Los acercamientos previos para definición de una agenda, la conformación de comisiones para la discusión de asuntos fundamentales, tales como el género, el fin de conflicto, la seguridad de los excombatientes entre otros, así como la garantía de la participación de diversos sectores para apoyar al equipo negociador en la definición de temas y aspectos a discutir en la mesa, han sido elementos fundamentales para que el proceso de paz haya alcanzado la fase en la que se encuentra (Colombia 2020). Además, el apoyo internacional que ha recibido ha sido fundamental para su validación. Desde los países garantes, Cuba y Noruega, miembros de la ONU, así como países de la región, han manifestado su apoyo y reconocen la importancia que tiene la firma de del Acuerdo Final y la construcción de paz para el desarrollo de la región.
A pesar de hacer un intento por ser un proceso inclusivo, aún quedaron sectores por fuera, tales como el movimiento indígena, actor político relevante ya que es un movimiento que se ha organizado y consolidado en los últimos 30 años. Si bien, con la firma del acuerdo del fin del conflicto armado fueron invitados a las mesas de negociación, este había solicitado ser incluido mucho antes, como por ejemplo cuando se discutió el punto de las víctimas. A pesar de que en un principio el movimiento indígena se había negado en participar debido a que consideraban que el proceso no incluía un enfoque étnico y territorial, con la firma del acuerdo del fin del conflicto decidieron participar, es así que el pasado 26 de junio, una delegación de la Organización Nacional Indígena de Colombia ONIC, viajó a La Habana, con el fin de que sean escuchadas sus recomendaciones y para que se garantice la aplicación efectiva del Derecho fundamental a la consulta y consentimiento previo y plenas garantías para la salvaguarda de los pueblos indígenas.
Con la firma del acuerdo sobre el fin del conflicto se presenta una oportunidad de pensarnos en un país sin muertes violentas, y un país en el que no nos matamos entre nosotros solo por pensar diferente. (Foto: Jesús Abad Colorado).
Otra falla fundamental del proceso de paz ha sido la falta de información y pedagogía sobre el proceso de paz y lo que implica la implementación de los acuerdos. Los medios principales del país han sido cooptados por la más fuerte oposición al proceso de paz, liderada por el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez y el procurador Alejandro Ordoñez. Esta oposición se caracteriza por representar y defender ideas de ultra derecha y sus argumentos se basan en el resentimiento y el odio. Estos se han encargado en desinformar y generar una opinión, en la gente del común, errada sobre el proceso de paz. En este sentido, ha faltado que el gobierno nacional genere estrategias de comunicación que informe de manera objetiva, clara y sencilla sobre cada uno de los puntos discutidos y acordados en La Habana. Si bien se han realizado esfuerzos por hacer un proceso transparente, con la creación de la página de internet de la mesa de negociación, y la creación de materiales pedagógicos, estos no resultan de fácil acceso.
La campaña por la paz
Queda mucho por hacer. Aún hay puntos críticos de los acuerdos firmados que se deben afinar y se deben aclarar con la firma del Acuerdo Final. Se espera que a mediados de julio la Corte Constitucional determine el mecanismo de refrendación y de esta manera incentivar a los colombianos y colombianas que participen y voten por la paz. Es así que el reto está en todos y todas que creemos en el proceso de paz para realizar una campaña activa y decidida para informar, desmitificar y generar una opinión crítica e informada en la población sobre los beneficios y retos que llegan con la firma del Acuerdo Final. Ya se comienza a ver los esfuerzos de la sociedad civil y la academia para contribuir a la construcción de paz y a la campaña por y hacia la paz. Uno es llamado la “Paz querida” un grupo informa de personas, liderado por organizaciones de la sociedad civil que han incidido en la agenda política del país y han sido garantes de los derechos humanos en Colombia. Otro es “48millones” que busca apoyar iniciativas locales para la construcción de paz. Y vendrán más.
Por ahora, la mesa de negociación sigue debatiendo sobre algunos puntos específicos de los tres primeros acuerdos que quedaron pendientes sobre desarrollo agrario, participación política, solución a las drogas ilícitas, así como sobre el punto 6 de la agenda. La subcomisión del fin del conflicto ajustará los protocolos para la logística y seguridad de los equipos de monitoreo y verificación así como para poner en marcha los procedimientos para hacer posible la concentración de tropas de las FARC. Esperar la refrendación del proceso de paz y aprobación de los acuerdos de paz por parte del pueblo colombiano.
Nunca habíamos estado tan cerca de concebir un país en paz. Inclusive ahora, después de firmarse el acuerdo sobre el cese bilateral, cuesta trabajo pensar en un país que ya su principal tarea no sea la guerra. Con la paz se vienen muchos problemas, problemas que hoy en día existen pero que son invisibilizados por la guerra. Con la paz nos daremos cuenta que la guerra era el menor de nuestros problemas. Con la paz vendrán muchas dudas sobre la efectividad de los acuerdos porque precisamente no hay claridad sobre lo que implica vivir en paz, porque no sabemos que vivir en paz puede conducir a dejar el miedo a manifestarnos, a movilizarnos a luchar por una sociedad más equitativa y justa. También estará el coletazo de los procesos de desmovilización, desarme y reintegración. Los primeros momentos de una Colombia en paz serán de confusión, y con seguridad de agudización de la violencia y de la criminalidad. Se vienen tiempos difíciles, pero después de toda tormenta siempre viene la calma. Personalmente, quiero apostarle a esa paz, un poco confusa, aún sin tener muy claro lo que significará para los más de 40 millones de colombianos y colombianas. Estoy dispuesta apostarle a la paz, porque ya no habrá razones para las retaliaciones y el odio, porque comenzaremos un proceso de perdón, porque comenzaremos a pensar como construir sociedad desde el amor, la justicia y la verdad. Será difícil indudablemente, aun así, creo que el 23 de junio de 2016 es una fecha histórica, es un día que parte en dos la historia contemporánea de este país.
Referencias
AFP. (23 de Junio de 2016). La paz en Colombia: lo que resta por negociar. Obtenido de elespectador.com: http://www.elespectador.com/noticias/paz/paz-colombia-resta-negociar-art...
Baracaldo Orjuela, D. (9 de Febrero de 2014). La mala suerte de los diez intentos de paz que ha tenido Colombia. Obtenido de kienyke.com: http://www.kienyke.com/politica/los-diez-intentos-fallidos-de-proceso-de...
Bonilla, M. E. (6 de Abril de 2014). El Baile Rojo. Obtenido de Elespectador.com: http://www.elespectador.com/opinion/el-baile-rojo-columna-485275
Cardona Alzate, J. (25 de Junio de 2016). Memoria para un camino de paz. Obtenido de elespectador.com: http://www.elespectador.com/noticias/paz/memoria-un-camino-de-paz-articu...
Castrillón, G. (23 de Junio de 2016). ¿Qué pasa después del cese el fuego? Obtenido de colombia2020.elespectador.com: http://colombia2020.elespectador.com/pedagogia/que-pasa-despues-del-cese...
Colombia 2020. (s.f.). Así funciona la mesa. Bogotá, Colombia.
Humanas Colombia. (2012, Noviembre) Sigue a l 1325 No. 3 Boletín de seguimiento a la Resolución 1325 en Colombia Los diálogos entre el gobierno y las FARC-EP, http://www.humanas.org.co/archivos/boletinsigue3.pdf
García Duran, M. (2012, january) Caguán 10 años: más allá de un proceso de paz, http://www.youtube.com/watch?v=zheu8bzIU9M
Gómez-Suarez, A. and Newman, J. (2013) Safeguarding Political Guarantees in the Colombian Peace Process: have Santos and farc learnt the lessons from the past?, Third World Quarterly, 34 (5): 819-837.
Lewin, J. E., Arenas, N., Morelo, D., & Garzón, D. (22 de Junio de 2016). Lo que está a punto de anunciarse y lo que falta en La Haban. Obtenido de lasillavacia.com: http://lasillavacia.com/historia/lo-que-esta-acordado-lo-que-esta-punto-...
Nasi, C. (2012, january) Caguán 10 años: más allá de un proceso de paz, http://www.youtube.com/watch?v=sluRbqNWqyk
Redacción Paz. (24 de Junio de 2016). Estas son las 23 zonas de concentración donde estarán las FARC. Obtenido de elespectador.com: http://www.elespectador.com/noticias/paz/estas-son-23-zonas-de-concentra...
Redacción Paz. (23 de Junio de 2016). Las tres claves del acuerdo sobre el fin del conflicto. Obtenido de elespectador.com: http://www.elespectador.com/noticias/paz/tres-claves-del-acuerdo-sobre-e...
Redacción Paz. (26 de Junio de 2016). Organización Nacional Indígena se reunirá con el Gobierno y las FARC en La Habana. Obtenido de elespectador.com: http://www.elespectador.com/noticias/paz/organizacion-nacional-indigena-...
Semana.com. (11 de Agosto de 2007). El Baile Rojo. Obtenido de semana.com: http://www.semana.com/nacion/articulo/el-baile-rojo/87549-3
Uribe, D. (Junio de 2016). Dejemos de matarnos. Obtenido de Forjando Paz: https://www.youtube.com/watch?v=kVw_I9KItwc